La maquinaria cinematográfica ya ni se molesta en buscar nuevas ideas y prefieren ordeñar viejas vacas que en su momento dieron rica leche y de las que ahora no sacan más que calderilla. Lo vemos una y otra vez y ya no se respetan ni viejos clásicos que tuvieron un mal final. Hace once años veíamos la tercera y última película de Scream, una en la que tuvieron que retorcer tanto el guión para superar las dos anteriores que acabamos sin saber muy bien de qué iba. Alguien tuvo una mala noche en Hollywood y lo pagamos los espectadores con Scream 4, la cual nos llega más de una década más tarde, con todos los protagonistas muy envejecidos y un montón de carne de matadero nueva ya que como todos sabemos, en estas películas hay que mantener un buen ritmo de asesinatos. En España se estrena la semana que viene.

La julay a la que siempre le querían hacer pupita de la mala vuelve a Vecindario y allí la reciben los Orcos dispuestos a recordarle sus mejores pesadillas

La protagonista de las tres primeras películas vuelve al poblacho diez años más tarde para firmar libros y ver a la familia y se desata una nueva oleada de crímenes en la que parece que está relacionada o al menos siguen la misma pauta que en las ocasiones anteriores. De nuevo, sus amigos se unirán para resolver el misterio mientras cada pocos minutos muere alguien en pantalla.

El guión de esta historia debe ser una de las cagadas más legendarias de esta década. Una sucesión de escenas que van confundiendo más y más a los espectadores, de las que muchas no aportan nada y en las que lo único que merece la pena es saber quién será el próximo en morir.

Neve Campbell está acabada, ya no tiene aquel magnetismo animal que lucía en pantalla hace más de diez años. A su lado, el tonto de David Arquette hace el mismo papel de simplón de siempre y Courteney Cox nos recuerda que los malos cirujanos estéticos existen y que si trincas un cacho de piel y lo estira, se quedará más terso que un tambor pero más falso que unos presupuestos del gobierno. Los tres dan lástima, sobran totalmente y el hecho de hacer la película con ellos en lugar de reiniciar la saga demuestra lo poco que les interesaba a los productores el conseguir un producto de calidad. Hay una ausencia casi absoluta de sustos, no da miedo y las muertes resultan tediosas y muchas veces sin sentido. Se repiten continuamente y tiene uno de los finales más estúpidos de la historia del cine, uno de esos que terminan de joder lo poco bueno que podía tener la película.

No merece la pena perder el tiempo ni el tiempo.