Ya estamos entrando en temporada de comedias románticas, si es que la hay, ya que llegan una detrás de otra sin descanso y siempre con el mismo y repetitivo tema y siempre somos los mismos los que vamos al cine a verlas. Este género parece incombustible. ?ltimamente lo que se lleva es poner super-mega-hiper estrellones que brillan más que una supernova y descuidar un poco el guión y así nos va. La última de estas películas que he visto es Just Go with It que en España se estrenó en febrero como Sígueme el rollo y dudo que siga en cartelera.

Un julay que quiere meter salchicha en bollo se encoña de la chocha del martes y se inventa un matrimonio ficticio con su ayudante para conquistar a la otra y su encoñamiento parece que cambia de norte y mira más bien hacia el sur o algo así

Un cirujano plástico se enrolla con una tía de esas que empalman hasta a un muerto y que le descubre un anillo de casado en el bolsillo. Como ella no le cree su excusa, se inventa una ex-esposa ficticia con su asistente y cuando la mentira comienza a rodar es como una bola de nieve bajando una montaña y va creciendo más y más hasta que de lo grande que es resulta imparable.

Una película en la que en el elenco tenemos a Jennifer Aniston y Adam Sandler tiene que ser divertida casi que por necesidad. Ambos son fantásticos y aunque se les empiezan a notar los años, saben hacer su trabajo muy bien y te diviertes con ellos, sobre todo cuando las escenas funcionan. El problema es que hay partes de la película en las que el ritmo cae mucho o las escenas están tan trilladas que resulta totalmente previsible y sabes de antemano lo que va a pasar, lo cual me hace pensar que hay alguien por allí que copia guiones a destajo.

La película tiene el final que todos esperamos desde el segundo segundo y no decepciona. No pasará a la historia como una de las mejores comedias de ninguno de sus protagonistas pero tampoco es la peor que han hecho, simplemente es una más del montón, un producto para matar el rato y desconectarte. No hay mucho más que decir.

Perfecta para una tarde en casa con la parienta o uno de esos días tontos en los que no sabes que ver y no quieres complicarte demasiado.