Se escoñó


Yo desde que se escoñó el año y llegó el encierro he tenido claro que sucedió algo en el multiverso y que eso es lo que ha provocado esto. Por supuesto cada uno tiene sus propias teorías alocadas con conspiraciones y seguramente truscolanes, podemitas y la escoria que gobierna en Venezuela, todos tratando de destruir el universo.

En todos los universos normales, lo que estamos viviendo no debería haber pasado. En todos esos universos, el viernes de la semana pasada no debería haber sido el inicio de algo Más largo que el parto de la burra y en ellos, a mí me habrían despedido. Ese día, esa mañana, alguien me habría llamado, seguramente la de recursos INhumanos y mi vicepresidente y me habrían contado unas milonjas y en algún punto yo los habría interrumpido y les habría dicho que tienen ciento ochenta segundos para decir lo que quieren decir y que tras ese tiempo, yo no veo la necesidad de desperdiciar mi precioso tiempo con ellos. Sin lágrimas, sin silencios, sin que sus cursos les hubieran servido de nada. Sencillamente, una buena ración de desprecio y tras esto, el vacío. Pero no sucedió en el multiverso en el que he caído, el malo o el malísimo y por eso, mi portátil de la empresa, a las doce y doce minutos de la mañana, cuando me fui a caminar un rato porque ya asumía que no me iban a llamar, reventó. O más bien, su unidad de estado sólido o SSD, que es como algunos lo conocen, aunque somos más los que lo llamamos truscoluña no es nación. Cuando volví de caminar, el ordenador tenía una pantalla de error y estaba jodido, pero tras un par de minutos y un chequeo rápido que se hizo el chisme solito, se recuperó. Hoy por la mañana, primer día laborable de esta semana corta porque ayer fue el último día festivo en los Países Bajos hasta el día de Navidad, le expliqué lo que pasó, entró remotamente en mi portátil, hizo algo y después me dejó instrucciones para hacer cuando acabara de trabajar. Eso hice. Según él, tardaría horas y mañana le debería informar del resultado. En la práctica y tras menos de una hora, la unidad de estado sólido acabó de reventar y el portátil es un ladrillo o un dispositivo para evitar que se te vuelen un montón de folios en caso de vientos fuertes. Está muerto, acabado y esa es la prueba. En ninguno, repito, en ninguno de los otros universos del multiverso, en trillones y trillones de ellos, yo no iba a usar este ordenador más desde el viernes pasado porque me habían despedido. Pero no sucedió y ahora, el trasto, muere porque su mera existencia como ordenador que yo uso atenta contra las leyes físicas del multiverso. Esto es una pesadilla, yo debería estar feliz como una perdiz por haber recibido finalmente la patada y mírame, con trabajo y sin ordenador. El acabose. A ver como me lo monto porque paso de ir en tren a Hilversum con la máscara en la boca y todo el mundo paranoico pa’l coño. Tendré que ir en bici.


2 respuestas a “Se escoñó”