Segundo día de buceo en Guraidhoo, tiburones de punta de aleta blanca y Napoleones


El relato comenzó en Desde Utrecht a Fuvamulah

Llegamos a este día todavía con las consecuencias de la comida en mal estado que comí en Malé y vamos, durante toda la noche, cada hora, me levanté a jiñar, aunque aquello era agua rala. Por la mañana, a las siete desayuné y después me fui al club de buceo. La primera inmersión la hice yo solo, no habían más clientes y me llevaron a Cocoa Corner, una pared vertical petadísima de corales y de vida. Era una inmersión llevándonos por la corriente, que esas son más agradecidas porque haces poco trabajo, el agua te lleva y tú te limitas a mirar. No sé si lo he dicho pero aquí en Guraidhoo estoy buceando con Aire Enriquecido, o eso que se conoce como Nitrox. Al tener aire dopado de oxígeno, te cansas menos. Durante la inmersión vimos de todo y abundantes tiburones de punta de aleta blanca, aunque el momento épico fue cuando nos cruzamos con dos tiburones y dos Napoleón, que son gigantescos, fue un encuentro flipante. En esa misma inmersión también vimos alguna tortuga verde, que son las que tienen el hocico redondeado y la cantidad de bancos de peces diminutos no se puede contar y los peces aún menos, ya que debían ser millones y millones. En esta inmersión iba con el Dive Master que está obsesionado en mejorar mi flotabilidad, así que no me dejaba poner aire en el BCD y tenía que subir y bajar usando los pulmones.

Para la segunda inmersión apareció una española que estaba con el novio, que no bucea porque en un pasado muy lejano se escoñó el tímpano o algo así. Fuimos a Manta Point, aunque el lugar es conocido como Dunas de arena. Había un montón de barcos de buceadores así que decidimos bajar, pero no vimos mantas así que comenzamos a explorar la zona, que es arenosa y hay como unas islas de estructuras masivas de corales en donde se oculta y protege toda la vida diminuta. Cuando nos estábamos moviendo entre zonas, vimos dos mantas. Después seguimos yendo de una a otra y explorando todo el lugar y mientras todo el mundo esperaba las mantas en un lugar, nosotros vimos una tercera en otro, y fue un encuentro fabuloso, pero hice algo mal y no tengo vídeo. En esta inmersión vimos varios tamborines o como quiera que se llamen en español los pufferfish, esos que se inchan cuando se estresan.

Después de la segunda me fui a almorzar y con la noche que tuve, me tumbé un rato, antes de volver para la tercera inmersión, que además hacía de nuevo solo. El lugar era Back Kandooma y en realidad, la primera y la tercera fueron en la misma zona pero en lados diferentes de la pared. En esta inmersión volvimos a ver dos Napoleón, algún tiburón de punta de aleta blanca y una cantidad ingente de morenas, además de unos fabulosos corales.

Al salir pasé parte de la tarde con los del club de buceo, después me fui a duchar, me puse la ropa de salir, que es el pantalón que traje para volar y que se puede hacer corto, aunque aquí lo uso en su modalidad larga para no dar opción a los mosquitos y tras la cena, helado y para la habitación. Por la tarde regresó a la isla uno de los buceadores del club que buceó conmigo la vez anterior que estuve aquí, con lo que supongo que en los próximos días bucearé con él.

El relato continúa en Tercer día de buceo en Guraidhoo, el regreso a Kandooma Thila


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