Tercer día de buceo en Guraidhoo, el regreso a Kandooma Thila


El relato comenzó en Desde Utrecht a Fuvamulah

Llegamos al ecuador de mi semana en Guraidhoo, que al contrario que la otra, tiene cinco días de buceo completo y una sola inmersión al día siguiente. En el tramo de las buenísimas y fabulosísimas noticias, por fin se me cerró el grifo de agua chirría y aunque aún no soy capaz de producir el mítico y legendario jiñote, ese con el que he bloqueado retretes en prácticamente todos los países del sureste de Asia, ya creo truscos, que es un gran avance. Además, estoy convencido que si reviento el retrete con un jiñote, estos lo sacan, lo llevan al puerto y se lo venden a algún pavo como pez de fondo oceánico y se lo hincan con un estofado. Los problemas de oído creados por el avión a hélice parece que también se han solucionado. Tras el desayuno, salí por patas para el club de buceo. En principio me habían dicho que volvían los rusos, esos que dicen no estar en guerra contra un país que han invadido y que somos los europeos los que estamos en guerra con ellos. Yo es que los veo y les deseo todo lo peor, siempre y como vuelan en Aeroflot, que se les caigan los aviones petados de esa gentuza de los cielos y que mueran por cienes y cienes

La primera inmersión era en Kandooma Caves, una pared con cuevas. Era una inmesión llevada por la corriente, con lo que lo pasamos un poco mal al principio para engancharnos a la corriente y después es solo dejarte llevar. Por el camino, vimos varias tortugas carey, que da alegría porque es una especie en peligro crítico de extinción y se dice que gran parte de la culpa de la extinción la tienen podemitas y truscolanes. En una de las grutas había como siete tortugas verdes, con lo que fue espectacular entrar a verlas y nada más salir nos topamos con un tiburón de punta de aleta blanca. Como en las inmersiones anteriores, corales y peces pequeños por millones. Los rusos dijeron que volverían para la última del día, que era la especial-especial.

Para la segunda fuimos a Back Aquarium, que en realidad es el lateral de Manta Point. En la superficie vimos las putas mantas y después cuando bajamos no estaban allí, así que recorrimos la zona, que tiene muchísimos corales mesa, enormes y petados de crías de peces, que se alejan del coral y cuando los asustas se esconden instantáneamente en el susodicho, con lo que en algunos momentos me dediqué a hacer ruido con el aire y se me acojonaban. También vimos una morena enorme que se veía perfecta para freír. Al salir, las mantas estaban al lado de nosotros comiendo plancton y descojonándose.

Después me fui a comer a un sitio nuevo porque me apetecía hamburguesa de carne, que tiene que ser pollo. Estaba bien, pero vamos, que siendo yo su único cliente comiendo, los cincuenta minutos en prepararla son un flipe, aunque como ya me he acostumbrado porque parece ser la norma en las Maldivas, me lo tomo con pachorra que estoy de vacaciones.

La tercera y útima inmersión del día fue el retonno a Kandooma Thila. Venían los rusos y la española del día anterior, pero se vinieron tres Dive Masters, yo iba con el mejor, la española con otra española porque ella solo puede bajar hasta dieciocho metros y los rusos con el que buceó conmigo por la mañana. No había corriente alguna en el lugar, que es rarísimo y tampoco veíamos tiburones, así que estábamos recorriendo el lugar buscándolos y buscándolos y cuando parecía que no tendríamos suerte, vimos un tiburón y después otro y por la dirección en la que iban, mi Dive Master sabía que su dirección era la estación de limpieza de la zona, que estaba por debajo de la profundidad que habían acordado. Nos acercamos y aquello estaba petado, pero petado, de tiburones de arrecife grises, como veinte, todos dando vueltas a unos metros de nosotros. Tremendo flipe. Cuando se nos acababan los minutos subimos un poco y nos encontramos con un banco de barracudas gigantesco y después con un banco de Jackfish tan grande como el otro, un pasote, es que nos llegaban de banco en banco de peces hasta la salida. Fue la mejor inmersión del día y de la semana y como premio invité a todos en el club de buceo a helado para motivarlos y que se repitan estas inmersiones. Los rusos no vieron un puto tiburón y estaban que se los llevaba el puto putín de la rabia. La española vio una tortuga grande y salió super-híper-mega emocionada, en fin, que cada uno que se alegre con lo que quiera.

Volví a cenar en el sitio del almuerzo porque había visto que tenían PULPO. Me pedí pulpo a la parrilla, que lo de Kandooma Thila hay que celebrarlo y tiré la keli por la ventana y me gasté casi ocho leuros en la cena. Después me pateé la isla, o el islote y descubrí que hay al menos dos mezquitas más. También me fascina la hipocresía de podemitas, suciolistas y demás miasma rastrera de la rancia izquierda española. Se meten con los cristianos todo lo que pueden, porque son una banda de cobardes, pero después no dicen nada de como en las mezquitas tienen un rincón sucio y rastrero rodeado con biombos para que no se vea nada y ahí es dónde único pueden rezar las hembras, mientras los machos tienen el espacio fabuloso y maravilloso. Me gustaría oír a un podemita denunciando esta discriminación de la mujer.

Después regresé a mi habitación, que mañana quieren ir por la mañana a Kandooma Thila. Ya veremos si se cumple.

Sigue en Cuarto día de buceo en Guraidhoo, tiburones grises de arrecife y águilas marinas


Una respuesta a “Tercer día de buceo en Guraidhoo, el regreso a Kandooma Thila”

  1. Mira a ver si te llevan a los rusos a una zona petada de tiburones arrechos para que se los coman, lo malo es que los pobres tiburones se pueden envenenar si se comen a los rusos… 🙂
    Salud

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