Sesión cuádruple


Los tres o cuatro que leen el mejor blog sin premios en castellano asiduamente saben que el Cine está en el corazón del código genético de esta bitácora. Me hago sesiones de una peli, sesiones dobles, sobre todo cuando voy a Amsterdam o Amersfoort y hasta sesiones triples, también con visitas a esas ciudades y para maximizar el tiempo y tener más días para hacer otras cosillas o cuando regreso de Asia y el cine está lleno de películas que están a punto de desaparecer y no me las quiero perder, como las tres sesiones triples que tuve en mayo tras volver de las Filipinas. Lo que no es tan habitual es hacerme un cuádruple, cuatro películas durante un solo día y por ejemplo, el año pasado solo lo hice en una ocasión y este año hasta el sábado no había ocurrido. Mi primer cuádruple fue cuando era un chavalín y fui al cine a ver en cuatro sesiones consecutivas la película Indiana Jones y la última cruzada. Un amigo mío trabajaba de taquillero y me coló y estuve allí desde las cuatro de la tarde hasta pasada la medianoche viendo la misma película una y otra vez.

Hoy en día, evito estas maratones porque aunque parezca que sentarte en un cine no cansa, no es así, llegas a la cuarta baldado. El fin de semana pasado quería ver dos películas en Amsterdam y ambas eran por la tarde. También me apetecía repetir con La llegada – Arrival pero no había manera de organizar una sesión triple ya que tenía que ver esa película a las diez de la mañana y después esperar unas horas para continuar a las cinco de la tarde. Por eso colé otra película de por medio, otra repetición y acabé con un día entero en el parque temático en el que se ha convertido Amsterdam, que antes era ciudad y ahora no lo es. Me levanté temprano, me hice unos Pannenkoeken para desayunar ya que no hay nada más zafio que no homenajearte con un buen desayuno los días del fin de semana y después salí escopeteado para la capital holandesa, parando en el mercado de Utrecht para comprar castañas. Tras la primera película tenía algo más de una hora que empleé en visitar tiendas que rastreo de cuando en cuando, particularmente tiendas de cocina. Tras la segunda película cambiaba de cine y me desplazaba desde el Pathé City al Pathé de Munt y en los tres cuartos de hora que tenía aproveché para comer algo. Tras la tercera película tenía unos veinte minutos que aproveché para ir a una cadena de (super)mercados medio biológicos que hay en Amsterdam y en donde había leído en un foro que se podía conseguir tinta de calamar, objeto preciado que llevo anhelando desde que era pequeñito para probar algunas recetas. Ahora que sé donde conseguir la tinta, si encuentro las recetas adecuadas tendré una razón adicional para ir a Amsterdam. Con la tinta, las castañas y un batidor de varillas que llevaba buscando desde hace tiempo, entré a ver la cuarta y última película. Al salir del cine, comenzaba a llover (de nuevo) y comencé el regreso a casa, operación que incluía viajar en tranvía, metro, tren y finalmente bicicleta. La primera y seguramente única sesión cuádruple de cine en el 2016 había sido un éxito. Es como ir a un festival de cine solo que en este caso, puede suceder en cualquier momento. Esta semana, para compensar el esfuerzo de la pasada, las cuatro películas que quiero ver están repartidas en cuatro días entre los dos cines de Utrecht que están incluidos en mi abono ilimitado.

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10 respuestas a “Sesión cuádruple”

  1. Mi sesión cuadruple era frecuente yendo a dos cines de programa doble en Madrid, me encantaba, era yo tan jovencito… 🙂
    Salud

  2. Este fin de semana tiré yo la de dos chopos enormes que me mandaron pescados delante de casa, porque ya estaba descongelada y porque en mi casa están hartos de luego cagar negro dos días.

  3. Después de estar un mes entero cagando millo, el negro no me afecta. Ahora estoy en la fase castañas y por donde paso no crece la hierba. Los dos ascensores de mi oficina ya están en la lista de lugares más nocivos en Holanda. Al que le pilla después de usarlos yo, se acuerda de todos los santos y todos mis difuntos …

    Cambiando de tema, se me olvidó comentar en la anotación que en holandés el calamar se llama inktvis o pescado de tinta y la tinta de calamar es la inktvisinkt o la tinta del pescado de tinta. La pronunciación es similar a truscoluña no es nación.

    Y para confundirlo aún más, para los holandeses el pulpo es también inktvis o cualquier otro bicho similar, con lo que toda la riqueza de vocabulario del español con las diferentes especies de cefalópodos se concentra en una sola palabra INKTVIS

  4. Pues si estás en fase castañas, mira la receta de la misma que la masa de la empanada en la Voz, flan de castañas. Mi madre lo hace y no es que esté bueno, es que está DE-MUERTE.

  5. Yo con tal de no pelarlas ya ni las como. Recuerdo que de pequeño que tenía más tiempo y paciencia sí que me inchaba.