Shanghai


Las historias con espías, guerras, enemigos y amores intempestuosos que todos sabemos que tendrán un mal final me atraen como la miel a las moscas. Hay una atmósfera a desgracia a punto de ocurrir que lo rodea todo y que hace esas historias más interesantes, liberadas de las falsas pretensiones de la comedia romántica o del agobio del género dramático (del que también beben). Por desgracia estas películas no se prodigan demasiado y una de las raras excepciones ha sido Shanghai, la cual no tiene fecha prevista para España y es más que probable que no llegue nunca a los cines.

Un americano julay de altos vuelos llega a Shanghai para espiar a la chusma y a la gentuza japonesa y allí, entre polvos y disgustos se encoña de una guarrilla autóctona

Meses antes del ataque a Pearl Harbor y en plena Segunda Guerra Mundial, Shanghai es una ciudad ocupada por los japoneses. Allí llega un supuesto periodista americano que realmente es espia y que quiere averiguar lo que le sucedió a un amigo al que mataron. Mientras revuelve la mierda va sacando trapos sucios de todos los parroquianos y se termina enamorando de la esposa de uno de los jefes de la mafia china, una mujer muy guapa y que oculta un huevo de cosas a su marido.

Vamos a empezar por lo más obvio, Ken Watanabe es el puto amo y cuando sale en pantalla eclipsa a cualquier otro julay que esté en ese momento. Se me pone el vello de punta solo de oírlo hablar en inglés, es un pedazo de actor. El único que está casi a su altura es John Cusack, un hombre que siempre aporta credibilidad a sus papeles y que según va madurando estira sus registros y se arriesga con personajes más traumatizados. Entre los dos nos llevan por una densa historia de espias, de dobles vidas que a veces son triples, de traiciones y engaños y finalmente amor en tiempos de guerra. Todo un cóctel explosivo que te engancha a la butaca y consigue mantener nuestra atención fija en la pantalla durante toda la duración de la película.

No se puede contar mucho de la trama para no estropearla. Diré que el guión es bastante asequible y lineal y por una vez en la vida parece que los guionistas no quisieron machacar a los espectadores a base de flashbacks que marean hasta a un ciego y optaron por desarrollar la historia de manera natural, con las acciones transcurriendo en paralelo y viendo solo una de ellas en cada momento. Al buen guión se une una dirección muy lograda y un excelente trabajo de todos los actores. La película tiene la ambientación y el aspecto del cine que se hacía hace unas décadas y aunque eso seguro que echa para atrás a mucho intelectual del eSeMeSe, a los que hemos tenido la suerte de leer cientos de libros y vivir una infancia llena de aventuras nos sabe a gloria.

Si te gusta el buen cine, esta es una que deberías tener en cuenta. Seguramente acabará en alguna televisión en un pase de medianoche. Para los orcos y demás habitantes de Mordor, es demasiado compleja e intensa y vuestra única neurona no será capaz de procesarla, así que volved a casa y seguid revolcándoos en los lodos de vuestra cutre-red social del caraculolibro.

08/10


2 respuestas a “Shanghai”

  1. El argumento y la ambientación me resulta un poco del estilo de «El americano impasible», o sea que también debe merece la pena. Esta he de verla.