Sin límites – Limitless


Empaqueta una historia con un cierto halo de ciencia ficción y ya me tienes en la cola de la máquinas en las que se cogen las entradas. No me hace falta mucho más. Y para aquellos que aún no lo saben, la ciencia ficción es un género muy amplio y que también cubre películas en las que no hay extraterrestres, naves espaciales ni superhéroes vestidos con leopardos de colores maricones y que parecen tener ciertas tendencias hacia los de su mismo sexo pero que se rodean de anoréxicas estúpidas porque eso es lo que debe hacer un superhéroe. Volviendo al tema, aunque el trailer no me gustaba, se trataba de ciencia ficción y no podía dejar pasar Limitless, película que se ha estrenado esta semana en España como Sin límites.

Un julay fracasado acaba convirtiéndose en un pastillero de mierda y haciendo lo imposible por conseguir su dosis

Un tipo más bien de la escuela de los fracasados y que dice ser escritor ve como su vida cambia cuando por casualidad se topa con el hermano de su primera esposa y este le pasa una pastilla de una nueva droga de diseño que le permite aprovechar todo su potencial cerebral. El hombre se las agencia para conseguir una gran cantidad de las pastillas y se convertirá en un gran triunfador, aunque en el fondo no es más que un puto drogadicto de mierda con los mismos problemas que los que están tirados por las calles y acabará metido en problemas con mafiosos y tiburones de Wall Street que quieren sacar tajada de su inteligencia o robarle las pastillas.

Esta es una de esas historias que están bien contadas, es amena, te pasas un buen rato, tiene sus dosis mínimas de acción y sus momentos para que pensemos y saquemos nuestras propias conclusiones pero que pierde un poco de fuelle por la mala elección de los actores. Es decir, Robert De Niro es grandioso pero está clarísimo que aquí trabajó por el sobre con la güita y se limitó a repetir el papel de capitán pirata chiflado de Stardust solo que sin deje julandro. El protagonista es Bradley Cooper, un chico que cae simpático pero que no termina de convencer y al que le falta aplomo para mantener una historia de este tamaño. El resto del elenco no existe, pasan por nuestras vidas sin dejar huella. Por lo demás, la película cumple con su objetivo que era el de entretener y nos mandan el mensajito ese que hemos oído tantas veces pero que al parecer muy pocos se creen de que las drogas son siempre malas, da igual lo chachis que te las pinte el capullo de turno.

Poco más de decir, una buena opción para una tarde de cine, bien hecha aunque no sobresaliente y que agradará de igual manera a la parienta, a la chama a la que le quieres poner la pierna encima o a los amigotes del clan.

07/10


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