El cinco de diciembre por la tarde es el equivalente en España del día de Reyes. Es el día en el que se dan los regalos y en el que la magia de Sinterklaas (San Nicolás) llega a estas tierras. Esta mañana, me pegué un madrugón, salí de mi casa mientras granizaba, cogí el tren para ir a Hilversum, volví a batallar con el granizo y finalmente, a las ocho menos cinco llegaba a la oficina y me encontraba en la puerta a Sinterklaas y uno de sus Zwarte Piet (Pedro el Negro). Me recibieron con pepernoten, unas galletitas pequeñas que te tira el Zwarte Piet y me dieron un regalo, además de posar para mi foto junto a uno de mis compañeros de oficina.

Sinterklaas es una tradición muy arraigada en los Países Bajos y el día favorito para los regalos. De hecho, es probable que a partir de la semana que viene comiencen las rebajas ya que la gente ya ha comprado y dado los regalos. Sinterklaas, originalmente, se trataba de San Nicolás de Bari y nació y vivió en tierras que hoy vienen a ser turcas. En Holanda, como no molaba mucho que viniese con los regalos desde un país de terroristas islámicos de mierda, se pensó en reubicarlo en otro país del tercer mundo y acabó en España, esa España tuya, esa España vuestra, ay, ay, ay ?? 

Desde allí, sale todos los años tres semanas antes del 5 de diciembre y viene a los Países Bajos en un barco de vapor (aunque ahora viaja en líneas de bajo costo y el barco le espera en Holanda). Su llegada es televisada y cuando aterriza, tiene una gran cabalgata en Amsterdam, acompañado de sus Zwarte Piet, los Negros Pedros (o los Pedros Negros), sus ayudantes y los que en realidad hacen el trabajo y cargan los regalos, ya que él, como buen jefe que es, prefiere el ponerse falda y traje de locaza y saludar con la mano y procurar tocar niños, ya que la tradición viene del cristianismo y ya sabemos todos que en esa secta, lo del manoseo de menores como que se da por sentado. Durante su permanencia en los Países Bajos, cada día hay varias cabalgatas en diferentes ciudades del país, presididas por este, el auténtico Sinterklaas ya que aquí se trata de evitar que los niños se confundan y duden y el hombre solo aparece en un lugar cada vez. Además, tiene un programa diario en la tele en el que pide ayuda a los niños del país con diferentes misiones y tareas y estas cosas se sincronizan incluso con los colegios.

Que te reciba Sinterklaas en tu lugar de trabajo es un dudoso honor y privilegio solo reservado al Elegido, The Chosen One, De Uitverkorene, o sea, un servidor y lo hizo porque hasta este hombre quiere que lo incluya en mi círculo de confianza y le conceda el honor de pasarle mi número de teléfono, ese misterio antológico del que tanto se habla y que sólo conocen un puñado de personas en el mundo y en el universo.

El Zwarte Piet que se trajo esta mañana estaba ya muy talludito y al Sinterklaas no se le veía con muchas ganas de tocarlo, pero fue verme a mi y no había manera de que me quitara las manos de encima. Mismamente parecía uno de esos julandrones que trabajan de azafato en las cutre-compañías aéreas de hoy en día.

Supongo que el gancho ese tan grande que lleva es para que no se le escapen los chiquillos ??