El recorrido comercial de una película gafada es todo un misterio y la de hoy bate récords. Comenzó como una película fracasada hace más de dos años y medio y jamás levantó cabeza, llegando a poquísimos mercados en los que no interesaba a nadie. Después entró en el circuito de la tele y la venta de DéuVeDés y cuando todo parecía acabado a algún espíritu enfermizo se le ocurrió estrenar la película en Holanda. Aunque no me interesaba en absoluto, coincidió que cuadraba para verla junto con otra película minimizando los tiempos de espera y si hay algo a lo que yo soy adicto es a las sesiones dobles, así que sabiendo de antemano que iba a ver un producto «difícil», entré en el cine para ver Catch .44, película que se estrenó a comienzos de año directamente en tiendas con el título fascinante de Situación límite.

Julays que viven, julays que mueren y más julays

En una sucesión de eventos que están temporalmente desordenados, tres chochas intentan robar o algo parecido en un bar de carretera y acaban tiroteadas en un sangriento espectáculo. Como llegaron a ese punto y lo que sucederá después nos es mostrado en un inteligible espectáculo de pedazos mal ordenados y sin inspiración alguna.

Este es un buen ejemplo de un vehículo al que se suben las estrellas para trincar dinero sin hacer esfuerzo y así pagarse las rallyas de lo que quiera que esnifen. Si no, no se explica que alguien convenciera a Bruce Willis para poner su nombre y su reputación en semejante mierda. Aún menos se explica que Forest Whitaker participe de esta charada sin pies ni cabeza, mal escrita y peor contada. Si prestas atención en el primer minuto, ya conoces el final, algo que es capaz de hacer hasta un lerdo despistado como yo. Después, cuando llega el primer salto temporal y vemos la misma escena repetida una y otra vez, con cada iteración añadiendo un poquito más pero sabiendo como acabará y escuchando unos diálogos que los tuvo que escribir el primo subnormal de Forrest Gump, la cosa va de mal en peor. Al director deberían prohibirle acercarse a una cámara para los restos, ya que lo suyo fue ensañamiento con los espectadores. No hay un solo plano interesante y ni siquiera la violencia extrema y la sangre te salva del aburrimiento. Es un espectáculo tan soberbiamente superfluo que dan ganas de levantarte e irte del cine y puedo comprender que alguien que no puede ver todo el cine que quiere por una cantidad de dinero como hago yo se rebote y decida no regresar a un cine y hacer como el resto y participar en las olimpiadas piratas. Esto es una mierda, de pé a pá, con tres chochas, pero mierda igual.

No merece la pena ni perder tu tiempo y verla si la dan por la tele. es un tiro sin pólvora de un pobre desgraciado que en algún momento pensó que podía llegar a ser director de cine. Para olvidar.