Yo debo ser el único julay al que el estreno de esta película como que se la traía floja y no porque no conozca el juego, que recuerdo que lo jugaba en una consola pequeña que tuve y de la que ya no recuerdo el nombre, es más bien porque el trailer nunca despertó mi interés y yo voy al cine a ver películas y esto más bien daban a entender que es una partida del juego en la pantalla grande y tú de espectador. Como la ponían en DosDé y en inglés, le di una oportunidad y fui a ver The Super Mario Bros. Movie y en España está en los cines como Super Mario Bros.: La película.

Unos julays van del tingo al tango, sin chimpún.

Pretender que esto tiene una historia que nos cuentan es pretender mucho. Hay ideas, sugerencias, cosas que pasan, pero todo está como cosido con un hilo tan fino que resulta imposible de ver. Tenemos a dos panolis fontaneros que cada vez que abren la boca sueltan cuatro o quizás seis frases, siempre las mismas y que acaban siendo succionados por un agujero mágico que no es el coño de la Veneno y entran en un mundo diferente en el que vive una basca muy colorida y ayudarán a una panoli a luchar contra un malo-malísimo y después por razones que escapan a mi entendimiento, regresan todos al mundo supuestamente real y allí tenemos la batalla final o algo así y acabamos con final feliz.

Noventa y dos minutos y me dio tiempo de dormir un rato del aburrimiento tan grande, que una vez mi cerebro descubrió que no había historia, se difuminó totalmente. Bonitos colores, todo muy brillante, pero por lo demás, una historia estúpida y unos dibujos animados que aunque están bien hechos, siguen contando una historia estúpida. Tiene muchísimos ratos en los que no se sabe si estás viendo una película o la pantalla de alguien que está jugando al juego y tiene algunos de los diálogos más absurdos que he escuchado en el cine en muchísimo tiempo. Supongo que a los niños y a las nuevas generaciones les encantará porque está hecha para cerebros sub-desarrollados o directamente sin desarrollar y hasta puedes mantener una conversación con los otros espectadores sin prestar atención a la pantalla, acabarla, volver a mirar y no te has perdido nada porque no había nada que perderse.

Como no hay que llevar el cerebro al cine, esto es perfectísimo para los miembros del Clan de los Orcos, que hasta pueden llevar a las hembras y a sus bestezuelas. Puede provocar daños permanentes a los sub-intelectuales con GafaPasta si son expuestos durante mucho tiempo.