Tarta de tres chocolates con hojas de gelatina


Una de las recetas que llevo años viendo pero que no hacía por no tener uno de los ingredientes es la de la tarta de tres chocolates. Todo el mundo la hace con sobres de cuajada y ese producto jamás cruza las fronteras españolas y cuando estoy en Gran Canaria y paso por el supermercado, se me olvida comprarlo. Por eso pasé un tiempillo tratando de encontrar alguien que lo sustituía por hojas de gelatina para calcular las cantidades y una vez tuve ese dato esencial, se me abrieron los cielos. La diferencia entre esta tarta y la que lleva cuajada es que las capas espesan mucho más lentamente con lo que se tarda unas horas en tenerla lista, aunque no hagas nada en los tiempos de espera. Una ventaja brutal de esta variante es que congela fabulosamente y si eres avaro como un servidor, la haces, cortas las porciones, las congelas y cuando te quieres dar un gustazo, sacas una porción por la mñana antes de ir al trabajo y la dejas en la nevera y al regresar a casa y cenar estará de fábula. En mi receta, yo no añado azúcar al chocolate ya que me gusta con los sabores del chocolate y lo compenso un poco usando un tipo de galletas que en Holanda se llaman kandijkoek y que son galletas a las que se les ha añadido caramelo. A la hora de hacerla, uso el molde de tarta desmontable.

Los ingredientes: La base lleva 1 paquete de galletas (Kandijkoek) y 150 g de mantequilla. Para los tres niveles de chocolate, yendo del más negro al blanco, uso 100 g. de chocolate con un contenido de cacao del 86% y 50 g de cacao en polvo, 150 g de chocolate con leche y 150 g de chocolate blanco. Además, 600 ml de nata líquida, 600 ml de leche y 12 hojas de gelatina neutra.

La implementación: Para la base, derrito la mantequilla y en paralelo, paso por la picadora el paquete de galletas para triturarlas. Mezclo en un bol ambos productos y los pongo en el molde desmontable, el cual he recubierto en su parte inferior con papel de horno y cuyas paredes he untado con mantequilla. Al poner la base, se aplasta un poco con el fondo de un vaso y se enfría la mantequilla en la nevera para que se ponga dura.

El orden de las capas es el que a cada uno le haga más gracia. Yo voy siempre del negro al blanco así que ese es el que seguiremos en la receta. Ponemos en un cazo 200 ml de leche (1 tercio del total) y lo ponemos a calentar. Cuando aún no está muy caliente, ponemos cuatro hojas de gelatina y removemos para que se disuelvan mientras seguimos calentando. Añadimos 200 ml de nata (1 tercio del total) y revolvemos de cuando en cuando hasta que hierva. Cuando suceda, añadimos el chocolate negro troceado y el cacao en polvo y mezclamos bien con varillas hasta tener una crema que hierve durante un par de minutos. Lo quitamos del fuego y vertemos la crema en la tartera ayudándonos de una cuchara para que el chorro no acabe haciendo un agujero en la base. Lo ponemos en la nevera al menos hora y media.

La siguiente capa es la de chocolate con leche, que ya trae una buena cantidad de azúcar en su composición. De nuevo, ponemos al fuego 200 ml de leche y cuando empiece a calentarse, añadimos las cuatro hojas de gelatina, cuando se disuelvan ponemos 200 ml de nata líquida y seguimos calentando hasta que hierve. En ese punto añadimos el chocolate con leche y mezclamos bien con varillas hasta tener una crema que hierve durante un par de minutos. Sacamos la tartera de la nevera y rayamos con un tenedor la superficie para que no sea muy lisa y ambas capas se peguen bien. Añadimos la crema que conforma la segunda capa y lo volvemos a meter en la nevera hora y media.

Para la capa final, el proceso es el mismo. Ponemos al fuego 200 ml de leche y cuando empiece a calentarse, añadimos las cuatro últimas hojas de gelatina y cuando se disuelvan ponemos 200 ml de nata líquida y seguimos calentando hasta que hierve. En este paso el chocolate troceado que añadimos es el blanco y mezclamos bien con varillas hasta tener una crema que hierve durante un par de minutos. Sacamos la tartera de la nevera y rayamos con un tenedor la superficie de la segunda capa. Añadimos la crema que conforma la tercera capa y lo volvemos a meter en la nevera. Yo la hago el día anterior para dar tiempo a que el conjunto adquiera la textura adecuada.

El resultado es fantástico, es muy adictiva y ya tiene que ser rara la persona a la que no le guste.

Hay un montón de recetas más en Mi pequeño libro de recetas de cocina


2 respuestas a “Tarta de tres chocolates con hojas de gelatina”