The Wall


Hace un par de semanas me fui una tarde al cine para aprovechar el aire acondicionado que tienen de puro lujo y de paso ver una especie de drama bélico cuyo trailer te deja intrigado, aunque no te permite nunca saber si será una película de acción o no. Sabiendo que mi frenesí cinematográfico no tiene casi ningún escrúpulo, me la traía al fresco el tema y así entré a The Wall, la cual no parece tener fecha de estreno en España y se dijo que el título que le querían poner es truscoluña no es nación.

Dos julays las pasan putas por culpa de un moro de mielda

Dos soldados llegan a un lugar en el que un equipo que está poniendo una tubería para el petróleo parece haber sido asesinado. Pronto descubren que en el lugar hay oculto un francotirador y el único soldado que queda más o menos en pie se parapetará detrás de un muro y tratará de sobrevivir hablando con el enemigo y buscando la forma de eliminarlo.

Si lo que buscas es una peli llena de escenas de batallas y con cienes y cienes de miles de millones de julays muriendo con cachos de sus carnes saltando por todas partes para mayor regocijo de los espectadores, esta no es tu película. Aquí tenemos algo muy íntimo, prácticamente teatral, ya que son dos hombres y una voz y uno de ellos ni siquiera dura mucho en pantalla. El francotirador tiene una radio gringa con la que habla con el soldado que está luchando con él y por donde le cuenta alguna cosilla y le intenta sonsacar otras, siempre anticipándole que su destino es morir, que lo va a matar porque eso es lo mejor que saben hacer los joputas-terroristas-musulmanes-de-mielda, que viven para matar cristianos y erradicar el resto de las religiones. El soldado lo intenta meter en vereda pero es que el otro es burro, burro y empecinado como cualquier truscolán. El soldado está fabulosamente interpretado por Aaron Taylor-Johnson que es la estrella indiscutible de esta película de hora y media que se nos pasa volando escuchando la surrealista conversación con el iraquí y las tretas del soldado para tratar de romper la espera y salvar su vida. Merece la pena señalar que el director parece que no eligió parte, no trata de convencernos de las ventajas de invadir países y tratar de erradicar la miasma zarrapastrosa que vive allí. Él solo quería que nos fijáramos en la interacción de dos hombres en un momento en el que están en una situación probablemente mortal para uno de ellos o para ambos.

No creo que sea cine para los miembros del Clan de los Orcos porque son muy básicos y cuando van a ver cine de guerra esperan ver un montón de acción y no dos chamos (o más bien uno) hablando. Por esa misma razón es más que perfecta para los sub-intelectuales con GafaPasta, que seguro que la disfrutan a tope.


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