En realidad si quieres leer esta serie desde el comienzo, tendrás que saltar a Regresando al viaje a Asia para ver las fotos y avanzar desde allí y por si la cosa no es complicada, esta saga de fotos y vídeos está relacionada con el relato que comenzó en Desde Utrecht a Kuala Lumpur y si estás confundido, pues que sepas que así es la vida
Vaya por Dios, casi no ha pasado ni el tiempo y ya llegamos al segundo episodio de este repaso por las fotos y vídeos que hice con mis dispositivos móviles y que excluyen a mi cámara grande o grandísima, que igual que muchos colegas farfullean del tamaño de sus órganos, yo me conformo con el de mi objetivo, que es mucho más grande y gordo que el suyo. Hoy vamos a ver las pocas fotos que hice en los tres días siguientes, que son poquísimas ya que solo usé la cámara grande en algunos momentos y se me olvidó completamente que el teléfono casi siempre está conmigo. Relacionado con el relato que contaba en Kuala Lumpur a Phuket tenemos que ese día, para desayunar, me jinqué una tostada Kaya, un vicio al que estoy enganchado como perra truscolana a lazo amarillo y lider exiliado con puteta rumana porque le dan asco las de los lazos, igual que a mí:
De ese día no hubo más nada y al día siguiente, que teníamos el relato en Un día de playa y poco más en Phuket, comenzaba el día con un desayuno modesto y sencillo en el hotel o motel en el que me estaba quedando:
Está claro que el desayuno es fusión total de occidente y oriente, con el arroz con verduras y las tostadas. Esto se te conglomera en el estómago y después por la tarde echas unos jiñotes a base de bien y como no te dejan tirar el papel higiénico por el retrete, en el cubo que te ponen en el baño dejas las mismísimas escrituras. Ese día completo en Patong me di un homenaje en la cena a base de bien, con dos platos que me requintaron:
Y el plato principal, con unos bichos modestos y sencillos que imagino que son el equivalente local de las cigalas y que las chupé todas por dentro:
Al día siguiente, estuve primero en la playa y por la tarde me venían a buscar, como conté en Playa en Patong y comienzo del mini-crucero de buceo y de ese día solo hay una foto, aunque es un documento estremecedor y terrorífico porque creo que en la misma se puede ver a dos con los que todavía me hablo. La que lleva las cortinas del salón arregladas como una falda grande es una amiga chino-argentina, mezcla rarísima y el otro que está por su derecha es japo-portugués, otra mezcla aún más rara. Al final va a resultar que el único ser humano normal en el universo conocido y en el que está por conocer es el Elegido, que no sale en esta foto porque era el que sostenía el teléfono. A propósito, el que está por detrás del mostrador en el que están la china y el japonés es españó, españó, españó:
Y así nos quedamos a un paso de la primera sobredosis de vídeos marinos grabados en el fondo del agua del mar.
Si quieres continuar con la serie, el siguiente capítulo está en El vídeo del primer día buceando en las islas Similan
Una respuesta a “Tres días con algunas fotos de comida como si dijéramos”
No, ese tipo de comida, a priori, a mi no me va, pero en fin, es cuestión de estar en el sitio y tener hambre, que yo no le hago ascos a casi nada 🙂
Salud