Un viaje a horas intempestivas


Desde hace años huyo como de la peste de los viajes a horas raras. Me he acomodado y prefiero salir durante las horas normales de día y regresar también a horas normales. Atrás he dejado la época en la que dormía en el aeropuerto esperando la salida de mi vuelo a las cinco de la mañana o regresaba a Holanda llegando a las dos de la mañana y después iba a mi casa. Por eso mismo nunca tomo vuelos charter desde Schiphol, prefiero los horarios naturales de los aeropuertos de Rotterdam o Eindhoven.

Esta vez, todo lo dicho anteriormente no se ha cumplido y he tenido que viajar saliendo a las seis y cuarto de la mañana y volando con Arkefly. La aventura comenzó a las tres de la mañana que fue cuando me levanté. Me duché tres horas antes y lo único que tuve que hacer fue vestirme, lavarme los dientes y terminar de empaquetar. A las tres y cuarto el taxi que había contratado estaba esperándome en la puerta. A esas horas la autopista A2 que va desde Utrecht en dirección a Amsterdam es una carretera fantasma con cinco carriles vacíos.

Sobre las cuatro caminaba por el aeropuerto buscando los mostradores de facturación de Arkefly y aprovechaba para sacar mi tarjeta de embarque en una de las máquinas para acudir engañado a la cola en la que supuestamente dejas tu equipaje rápidamente y en la que en realidad te pegas media hora porque se tarda lo mismo.

Una vez me deshice del equipaje tuve que caminar hasta el otro lado del aeropuerto porque nuestro avión salía desde allí. Crucé el control de seguridad fascinado porque aquí el metal de mis zapatos no pita y una vez dentro caminé hacia la puerta desde la que salíamos. Pese a lo que había leído parece que el iPad recibe el mismo tratamiento que un ordenador normal y hay que sacarlo del bolso aunque así aprovechas y chuleas un poco con los wannabe y los envidiosos que quieren aparatos con la mierda del Flash y cuatro puertos USB. Para ser un trasto tan inútil como dicen a mi me va de perlas e incluso para escribir boberías como estas no tengo ningún problema.

Medio en coma me senté en la sala de espera hasta que comenzó el embarque alrededor de las cinco y media. El avión tiene una configuración de asientos bastante extraña y la mitad del aparato tiene una clase medio especial y atrás vamos los pobres. El resultado es que medio avión va totalmente vacío y la otra mitad esta petada de gente. Una julay intentó cambiarse pero las guardianas de seguridad que en sus ratos libres hacen de azafatas le dijeron que a menos que pague dieciséis eurolos se tendrá que joder y seguir con la plebe.

Después comenzó el zoco de las aerolíneas de bajo coste en el que te intentan vender de todo lo habido y por haber. Yo me centré en jugar y ver vídeos en esa pequeña pantalla que al parecer es de una compañía que no te permite hacer nada con los productos que compras ?? ni falta que te hace.

Se me pasó el vuelo muy rápido y cuando me quise dar cuenta ya se veía por la ventana las islas de Tenerife, la Palma, Gomera y el Hierro. El piloto anunció que aterrizaríamos pronto y al hablar de la compañía se refirió a ellos como Miami Air International lo cual me sorprendió porque el avión va pintado con los colores de Arkefly aunque por otra parte eso explica que solo un miembro de la tripulación habla holandés.

Según comenzamos a descender noté que por mi ventana empezaban a caer gotas de agua o sea que o el aire acondicionado hizo un pegote de hielo por ahí arriba o hay algún problema en el fuselaje. En cualquiera de los dos casos, estas cosas no molan nada y para mi significa que en lo sucesivo procuraré esquivar esa empresa como ya hago con otra.

Durante el aterrizaje tuvimos unas vistas increíbles de Gran Canaria que habrían sido mejores de no ser porque llovía agua fría por el interior de la ventana. Al salir del avión la gente se agobia como siempre y me miran como un bicho raro por mi total despreocupación. En la cinta de recogida de equipaje, mi maleta salió la tercera y así, media hora antes de lo previsto dejaba el aeropuerto y mis padres me recogían. A las diez y media de la mañana hora canaria yo ya estaba en la playa de la Garita torrándome al sol.

Como nota anecdótica de esta anotación, está escrita completamente en el iPad, esa cosa que no tiene teclado físico, ni puertos USB ni permite ver cutre-contenido Flash.


4 respuestas a “Un viaje a horas intempestivas”

  1. Sigo sin haber tenido contacto con uno de tus amados ipad por eso no se muy bien a que te refieres, pero del resto, si que te entiendo…
    Salud

  2. Por cierto no se si has leído sobre los problemas de rendimiento de la release final de flash para android. Y me llamaron loco cuando dije que Apple tenía razón…. Joas joas.

  3. Yo espero que funcione de puta madre, que toda la chusma, la gentuza y los frikis se pasen a la altruista plataforma de Google y que el universo manzana siga su marcha en paz y sin flash.