Wild Chile


El virus truscolán ha estirado el concepto de cine hasta niveles que si alguien los llega a contar hace un año, nadie lo habría creído. La sequía ha sido tan grande que en los cines tuvieron que echar mano de documentales y ya he comentado varios que fueron agrupados bajo el paragua del WFFR on Tour, un festival de cine sobre la vida salvaje excluyendo a truscolanes. Hoy llegamos a la que creo que ha sido la película más corta que he visto en mi vida en un cine, ya que fueron cincuenta minutos. Se trataba de Wild Chile y yo diría que si reconocéis el marco del poster sabréis en qué canal televisivo lo podréis ver, aunque creo que la serie entera son tres episodios.

Unos julays que no vemos nos llevan a descubrir las maravillas de la naturaleza chilenas y a veces hasta con chimpún animal.

En este documental recorremos miles de kilómetros en Chile y en ese viaje acompañamos a un montón de animales, tanto terrestres, como aves o marinos. Es una celebración de la vida salvaje que puebla las montañas chilenas, sus mares o su costa.

Mira que es grande mi ignorancia que yo hasta este documental no tenía ni puta idea de toda la naturaleza salvaje que hay en Chile y he flipado en colores. El documental es espectacular y visto en una pantalla gigante y solo en el cine, fue aún más maravilloso. Pumas, ballenas y otros animales aparecen y sorprenden por lo cercanos que se les ve gracias a la magia de las cámaras de hoy en día que permiten maravillas. Hay también tiempo para ver la vegetación de ese país y como todos los animales y las plantas forman un ecosistema que ha sobrevivido durante miles de años y que cuatro pollardones y algún politicucho gringo están poniendo en peligro. El documental tiene muchos momentos en los que te deja con la boca abierta.

No se puede decir mucho más y tampoco hace falta. Es un documental, así que por definición es algo que está prohibido para los miembros del Clan de los Orcos y supongo que muchos sub-intelectuales con GafaPasta, sobre todo los más pedantes, no lo considerarán cine y no lo verán. Merece la pena.


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