A cada cerdo le llega su San …


Y finalmente cayó la bomba en Camelot …

No lo comento mucho por aquí pero de siempre se dijo que la manipulación es muy fuerte en mi familia y yo, sin quererlo, voy sobradísimo de la misma. En mi empresa, por mucho que le pese al equipo directivo, no se mueve un pelo sin que yo reciba un informe más o menos detallado. Por eso, cuando hace cosa de un mes empezaron a esconderse para reunirse y tramitar su marrullerismos, yo ya los tenía bajo mi lupa puesto que recibí el soplo antes de Navidades desde la oficina del reino desunido. Allí alguien me avisó que llegaban los vientos salientes, esos que empujan empleados hacia afuera y los hacen caerse de sus sillas. Ya en ese momento yo informé al Sanedrín de los coleguillas que un par de meses más tarde, la marea alcanzaría la costa holandesa y nadie me creyó, como siempre, vamos. A primeros de enero pasó por aquí el director de los inhumanos para Europa en visita sorpresa y de nuevo, yo avisé que la guillotina la estaban instalando y era cuestión de tiempo, que no teníamos ya en cantidad y nuevamente, me dijeron que soy super-hiper-mega negativo, que lo soy, pero lo uso en mi propio beneficio. El jueves de la semana pasada tuvimos la reunión mensual en la que la directiva nos explica los resultados y los problemas que hay y después de la misma yo les dije a mis colegas que detrás de todo aquel despliegue de palabras vacías habían menos sillas con lo que algunos se tendrían que ir. Nadie me creyó. El viernes me soplaron que el documento ya había sido enviado al comité de empresa y que ellos estaban en estado catatónico porque no se esperaban una traición de tal calibre. Técnicamente, lo tendrían que haber publicado en su página ese mismo día pero no lo hicieron y me obligaron a morderme la lengua el lunes en la oficina, con serio riesgo de envenenamiento.

El lunes por la tarde hubo una reunión del Comité de Empresa secreta que casualmente sucedió en la sala de reuniones situada a cuatro metros de mi puesto de trabajo, con lo que avisé a mi red de informadores y comencé a mover el molino de los rumores. A las cinco y treinta y seis minutos de la tarde el documento secreto apareció en la página del comité de empresa y en ese mismo instante yo recibí un correo del sistema avisándome del evento, ya que mientras otros prefieren recibir información de noticias y pellejas, yo estoy subscrito a ciertos lugares interesantes dentro de la red interna y cuando hay alteraciones en los mismos el sistema me lo indica. Hace cosa de año y medio actualizaron el motor de toda nuestra red interna y en el proceso se cargaron las suscripciones antiguas, algo que alguien me sopló y yo me volví a apuntar y parece ser que soy la única persona que lo hizo.

Hoy por la mañana, a las siete y treinta y un minutos, le amargué el cafelito a mi jefa y distribuí copias del documento a un grupo selecto y especial de agitadores laborales. Llegó la reorganización, que ahora en esta ocasión han bautizado como plan para corregir el desequilibrio pero que detrás de ese nombre pachanguero no es más que un proceso claro y simple para echar a gente. Por supuesto, como en las doce veces anteriores, YO SOY CANDIDATO FAVORITO y ya he puesto mi nombre en la parte superior de la lista. No nos queda muy claro el ámbito en el que se elegirá a los que serán invitados a marcharse sin derecho a réplica. Aunque el número que se dice es de tres, esos son solo los que tengan empleo fijo, ya que también dicen que aquellos con contrato temporal o que trabajan para sub-contratas tienen los minutos contados. Aparte de un holandés en la sección de recursos inhumanos, el resto de los que tienen contratos temporales son los del club de los hindúes, los turcos y un ruso, con lo que la selección parece ser que se hará en base al lugar de nacimiento y eso me da aún más puntos ya que pese a teñirme el pelo de blanco platino y disimular mi acento, todo el mundo en el edificio que yo soy AFRICANO y que en el hipotético caso de suceder una emergencia, mi código genético es muy diferente al suyo y yo salgo por patas hacia el árbol más cercano y trepo al mismo, que es como hemos hecho desde siempre en el continente para escapar de los peligros. En mi caso, al ser canario, preferiría que el árbol fuese una palmera pero me tendré que apañar con cualquier otro tipo de árbol.

Toda una desgracia que todo esto me pille a puntito de irme de vacaciones una semana a Gran Canaria. Con todos los asalariados y trabajadores depositando su fe ciega en mi para provocar marejadas y fuertes marejadillas hacia el consejo de administración, voy a perder una semana crucial en la que les podría amargar todos y cada uno de los días, algo que puedo hacer fácilmente y que me produciría una enorme ilusión. En fin, que los tres años de paz han pasado y vuelven las carnicerías a mi entorno laboral. ¡Ajolá y me toque esta vez!

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6 respuestas a “A cada cerdo le llega su San …”

  1. Ya es la enésima vez, pero yo creo que a ti no te sacan de ahí ni con agua hirviendo, a menos que no desees que te echen… 🙂
    Salud

  2. Como se nota que no me conoces. Yo no me he ido porque me hace ilusión y fantasía que me echen. Si no, habría salido hace diez años de aquí. Lo tengo todo preparado para una evacuación del recinto en 180 segundos sin tener que volver nunca más y en ese tiempo incluyo una visita al Moreno para despedirme. Esto lo llevo planificando desde el 2002. Tengo el correo de despedida a los compañeros escrito desde ese año y lo voy actualizando cada vez que hay una ronda.