Formas de comunicación


Esta semana ha resultado muy interesante desde un punto de vista comunicativo. En mi empresa cerraban un ciclo y comenzábamos otro, con cambio de nombre, de direcciones de correo y de muchas cosas más. La mano que sujeta la correa de la que tira el perro es ahora completamente japonesa, algo que puede que a muchos les haga pensar que es lo mejor que te puede pasar en la vida pero para los que los sufrimos no pensamos igual. De hecho, esa mano mostró como se las gasta con el nuevo convenio colectivo que pretenden imponer. Un documento estúpido y que nos hace volver atrás veinte años en un montón de cosas que costó mucho trabajo conseguir.

En Holanda hacer que la gente vaya a la huelga es muy complicado. Hay razones de varios tipos. Los sindicatos tratarán de convencerte para que no lo hagas porque si vas a la huelga y perteneces a un sindicato, éste te tiene que pagar el dinero que no recibes de la compañía que te emplea y eso hace que los sindicatos hagan lo imposible para evitar las huelgas. Después están los otros que como yo no pertenecen a ningún tipo de unión y que no quieren ir a la huelga porque no cobran y a eso le añades que trabajo en una compañía con personal «altamente educado» y el resultado es que en toda la historia de nuestra división, JAMÁS se ha ido a la huelga. Por eso, al ver la propuesta unilateral de la compañía, tratar de mover a ciento y pico personas se antojaba imposible. A nuestro favor estaba el que el uno de abril había una fiesta en la compañía para celebrar el cambio de amo y varios decidimos boicotearla para mandar un mensaje a nuestros jefes y avisarles que ni con vaselina nos la van a meter esta vez. Al no tratarse de una huelga sino de un acto de rebeldía «a la japonesa» por el que estaríamos trabajando en las horas de la fiesta, los sindicatos accedieron a apoyarnos y el miércoles comenzó una carrera contra reloj para convencer a un personal reacio de antemano. Fuimos tres los que llevamos todo el peso para hacer que la convocatoria fuera un éxito y decidimos que si no conseguíamos que se unieran a nosotros al menos cuarenta de los compañeros, no merecería la pena. Yo añadí unos quince al grupo y entre los otros dos y algunos más que nos sorprendieron y decidieron ayudarnos, al final del día teníamos sesenta y un empleados dispuestos a no comer pescado crudo gratis y quedarse trabajando para demostrar su enojo a la gerencia.

Por la tarde, cuando ya se sabía que el número superaba los cuarenta, los jefes se comenzaron a poner nerviosos y el director de RH entró en acción. Su lenguaje y sus formas son las de un matón de escuela, esos chiquillos que abusan de los demás porque saben que no les harán frente. ?l nunca contó conque nosotros podíamos rebelarnos y mucho menos tener éxito así que cuando la situación escapó de su control y el presidente lo llamó, ninguno de los dos supo como atajar el problema. La solución era tan simple como enviarnos un correo a todos diciendo que descartaban la propuesta inquisitorial que nos enviaron y que se sentarían a negociar de nuevo con los sindicatos pero no lo hicieron. Al final del día, el miércoles, se reunieron los jefillos de la compañía porque tenían un problema enorme entre manos.

El jueves por la mañana el hombre corría de oficina en oficina amenazando y amedrentando y yo iba detrás usando sus mismas palabras para contrarrestarlo. Hasta ahora no creo que me haya tenido en cuenta ni que me considerara como un elemento a vigilar pero estoy seguro que desde ayer estoy en su lista de prioridades. Llevo años estudiándolo y sé como son sus modos y maneras y él desconocía que yo me gradué Cum Laude en la universidad de la manipulación y que si no uso ese don con el que nací, es porque me aburre el controlar a la gente a mi alrededor y me gusta más la incertidumbre y la sorpresa. Pero como la Fuerza que todo Padawan lleva dentro tras mamarla de su maestro, no me tomó demasiado esfuerzo el controlar a aquellos que el quería amenazar y devolverles la calma. En algún momento de esta zafia batalla decidieron que mis superiores directos me amenazaran a mí y así me llegó el mensaje de que me tendría que atener a las consecuencias si no iba a la fiesta del pescado crudo. Yo envié otro mensaje de vuelta, tan sutil como el suyo y en el que les decía que si eran lo suficientemente hombres, me lo dijeran a la cara para yo responderles a la cara. Los amarillos no están acostumbrados a este tipo de actitud y decidieron no hacerlo, aunque sé que me la tienen guardada. A través de otro mensajero me llegó voz que me obligarían a atender la fiesta tratándola como una reunión y si me negaba, me echarían por no hacer lo que se me pide. Mi mensaje de vuelta fue bien sencillo: ven y pídemelo a la cara si tienes cojones pero ten en cuenta que yo sí que no lo perdonaré jamás. No se atrevieron.

Al final quitaron las mesas de la sala en la que se celebraba la fiesta para que no se vieran los huecos y en lugar de ciento sesenta personas, acudieron noventa y pico. Mi jefa posiblemente no ovule este mes del disgusto tan grande que se ha llevado y de lo mala que se le ha puesto la leche y yo, de rebote, es probable que consiga lo que he querido desde que era un chiquillo y jugaba a las canicas en la Isleta: que me echen, que me indemnicen con el año que me corresponde y que les den por culo a todos.

El matón de barrio de RH ya tiene preparado su siguiente asalto y es tan estúpido que no se da cuenta que un manipulador nace, no se hace y yo ya he previsto sus próximos movimientos y con cada uno de ellos le devolveré el palo multiplicado por cinco. El martes tendremos el siguiente episodio y ese va a ser épico. Para mí este ciclo ha terminado, es hora de moverse a un entorno laboral en el que la gente hable de cosas positivas y la empresa sea capaz de producir dinero y salir de esta compañía que lleva en números rojos cinco años y en la que los gerentes ni siquiera se han dado cuenta que el mercado en el que competíamos ha desaparecido y con el se han ido todos nuestros competidores.


12 respuestas a “Formas de comunicación”

  1. ¿Por qué será que casi todo me suena tan cercano? En especial la última frase. Esa en la que dices que «que el mercado en el que competíamos ha desaparecido y con él se han ido todos nuestros competidores». Algo muy similar he dicho en alguna ocasión durante los últimos meses. Y eso es lo que les «empujó» a mandarme de vuelta a mi casa 🙂

    Bueno, a lo mejor el 2010 sí será un buen año para ti. Suerte.

  2. La subnormalidad de la mayoría de los Gerentes, Gerifantes y demás Gen-tuza de ese tipo no les hace ver más allá de sus narices. Es increíble.

  3. Lo triste es que acudieran más de 90 papanatas a la fiesta.

    Enhorabuena por tu actitud.

  4. Y se ve que los de RRHH son iguales en todos lados, siempre buscando el beneplácito de su amo a base de chinchar trabajadores.

  5. O soy estúpido o tengo demasiado dinero en mi cuenta corriente y me la suda lo que un par de enanos amarillos que comen pescado crudo me puedan querer hacer.

  6. mi querido maestro Obi-Wan,
    que la fuerza sea contigo, y ten cuidado de no sobrepasarte en el uso de los midiclorianos que a un descuido te pasas al lado oscuro.
    ya cuentas (espero que pronto)
    suerte

  7. Estoy deseando saber qué ha pasado hoy, estarás ahora mismo en el segundo asalto, creo. Mucha suerte. Tu relato es como la vida misma en todos lados hoy día. Menos mal que tienes el dinerillo ahorrado.