Hace ya casi tres semanas que fui a Amsterdam por última vez para ir al cine y la razón de aquella visita a la ciudad fue la película que quiero comentar hoy y que solo ponían en un multicine de los siete que están en mi circuito de visitas. Como siempre que paso por la ciudad, me monté una sesión doble aunque la segunda película era una repetición de otra que ya he comentado por aquí. Hoy hablaré de My Cousin Rachel y al parecer se estrena en España en octubre de este año con el título de Mi prima Rachel.

Un julay se encoña de su tía aunque piensa que la pelleja mató al tío a polvos

En una casa inglesa, el chamo que es el dueño de todo más o menos ha adoptado a su primo que se quedó huérfano. Cuando se pone malito, el chamo se va a Italia porque aquellos aires son mejores y allí se encoña de una pava, se casa con ella y al poco la diña. El primo está convencidísimo que la arpía lo mató y aunque hereda la finca, cuando la chama se le planta en la keli, quiere vengarse hasta el infinito y más allá pero la pava le enseña un par de cachos de carne, se la pone morcillona y el chamo se enciega y pasa día y noche pensando en como montarla. Entre que está convencido que la chama es una arpía y al mismo tiempo que no le importaría darle uno o varios vasitos de su leche condensada, la cosa va de mal en peor y su vida parece que está enfilando la ruta del garete.

Una deliciosa comedia y drama de época, con las movidas formales de los británicos, la esclavitud encubierta que tenían en sus casoplones y todo lo demás. La película funciona porque el guión no trata de agobiarnos con mil historias, nos centramos en la que queremos conocer. Sam Claflin está fabuloso como el primo de la Raquel y a la chita callando se está convirtiendo en uno de mis actores favoritos. En este caso ayuda un montón que tiene una química brutal con Rachel Weisz, que es la primita y que borda su papel de hembra misteriosa que no sabemos muy bien si es santa, víbora o requetequete-puta. La trama se irá complicando con giros absurdos pero que nos sirven para reírnos un rato y el desenlace nos dejará con la boca abierta. Pese a esto último, tengo que reconocer que me lo pasé bien y que salí del cine con la sensación de haber visto una buena historia que se sostiene en unas fabulosas actuaciones.

Esto no es cine para los miembros del Clan de los Orcos que pueden sufrir dantescos dolores de cabeza con tanto diálogo. Sí que puede agradar a los más liberales de los sub-intelectuales con GafaPasta. Por el tipo de cine supongo que de llegar a la tele, ira directa a las pelis de la sobremesa de los sábados y los domingos en TelaJinco o AntenaTriste.