The Rider


Este año vamos a explorar nuevos territorios cinematográficos durante mis vacaciones y pondré una crítica de cine también los miércoles, con lo que el menú será muy poco variado y consistirá de fotos por la mañana, relato de viajes por la noche y cine por un tubo. Comenzamos con estas películas adicionales con una que me flipó y me gustó un montón y que se titula The Rider y al parecer se estrenará en España a final de julio con el mismo título, o quizás se atrevan con ese que todos sabemos que debería tener, truscoluña no es nación.

Un jualy está mal pagado y definitivamente, bien jodido

Comenzamos con un chamo que tiene una herida en el cabezón chunguísima y que se está quitando los puntos directamente él mismo. A partir de aquí descubriremos que el colega monta caballos en rodeos gringos y que ha tenido un accidente. Mientras todo el mundo espera que se recupere pronto y que vuelva a los rodeos, el va descubriendo que esa herida básicamente lo ha jubilado de lo que más le gustaba en la vida y que ya no podrá hacer ni eso, ni domar caballos, que también se le daba bien. Iremos con él por ese viaje a afrontar su presente mientras conocemos a su hermana, que es como tonta o algo así, su padre, que parece también un alma en pena y su mejor amigo, que está en un hospital después de un accidente de coche y que no parece que se vaya a recuperar en la vida.

Tenemos un drama, con pocos momentos agradables y positivos que nos lleva por el camino por el purgatorio de un joven que ve truncados sus sueños. La historia es tremenda y si no te engancha, hay algo muy pero que muy mal en tus entrañas y quizás deberías buscar a un exorcista para que te lo saque. Brady Jandreau se descubre aquí como un pedazo de actor y nos lleva de la mano por su triste historia. El director controla las escenas y las compone de forma delicada, con movimientos amplios y lento de la cámara, nos lleva poco a poco hacia aquello que nos quiere enseñar y le da un tono poético a la historia. El montaje está muy conseguido. Las escenas entre el chaval y su mejor amigo en el hospital son exquisitamente íntimas y prácticamente te da vergüenza mirarlas porque parece que los estamos espiando. Lo mismo sucede con los momentos del chaval con su hermana. La película no decae en ningún momento, nos lleva por una historia preciosa que por desgracia, no puede tener ningún final feliz, pero tampoco le hace falta, ya que el mensaje nos llega bien alto y claro.

No es cine para los miembros del Clan de los Orcos, que morirán si son expuestos a algo así. Es obligatoria para todos y cada uno de los sub-intelectuales con GafaPasta, este es el cine que ellos buscan. Fabulosa.


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