Un mensaje desde el puente de mando


Ayer fue un día un tanto extraño. No solo por lo que sucedió sino por cómo acabó. A primera hora de la tarde tenía un encontronazo pendiente con mi superior directo y fue antológico, aunque creo que no voy a hablar del mismo hasta que pasen unos días. Después me fui a casa con un subidón de adrenalina del copón y tras darle la cena gratis a la Chinita y que esta despreciara la carne, me fui a clase de neerlandés. Al volver a mi casa, sobre las diez y media, tenía pensado sentarme y escribir sobre lo que había pasado, en caliente y con las cosas aún muy vivas.

Sin embargo mi sorpresa fue mayúscula al descubrir que por primera vez en nueve años de ADSL, la línea se había caído. Yo a eso lo llamo un mensaje de mi ángel de la Guarda y porque lo escucho y sé que se preocupa por mi bien, le haré caso y esperaré a que mi juicio sea algo más subjetivo y así poder contarlo de una manera entretenida.

Como al parecer todos estáis viviendo el asunto en plan Gran Hermano o culebrón por episodios, os adelanto que sigo trabajando para el mismo amo y la pelota está ahora en su lado del campo. Yo soy una persona muy desequilibrada y que procura mirar el mundo boca abajo porque considero que ya hay muchos mirándolo del otro lado y no deja de sorprenderme las reacciones de aquellos que sufren mis arrebatos rebeldes. Me sorprende pero creo que estoy comenzando a entender el por qué de su reacción. Es miedo y lo más fascinante parece ser que es miedo a que haga aquello que digo. Ciertamente soy un privilegiado cuando hay gente que tiene la lengua marrón de todos los culos que lame y toda la mierda que tragan para conseguir que no les quiten la silla antes de fin de mes y a mí, hago un envite y se disparan todas las alarmas habidas y por haber.

?? y hasta aquí puedo leer ??

Yo soy de natural vago y parcialmente creativo. Me gusta crear cosas pero no soy muy bueno acabándolas. Esta bitácora es un buen ejemplo. Hace seis años que debería haberla cerrado y sin embargo sigo con ella, no consigo poner el punto y final y eso me obliga a profundizar más y más, escarbando en mi universo anómalo para encontrar cosas nuevas que compartir conmigo mismo y con los cuatro que leen regularmente esta cadena continua de trocitos de mi realidad.

Si me empujas, corres el riesgo de hacer que me eche a caminar y quizás no te guste la dirección en la que lo hago. Con esta manera tan abstracta de no decir nada contándolo todo, se tuerce un renglón y en ese espacio nace algo bueno. La semana pasada uno de mis amigos me recomendó un par de libros para orientarme en éste océano de dudas y encontrar el continente hacia el que quiero navegar. Devoré uno de esos libros en ocho horas y me sorprendió porque lo que cuentan explica lo que sucedió ayer y lo que ha vuelto a suceder hoy. El libro parece escrito pensando en mi, hay tanto de mi ahí dentro que me asusta y hasta he considerado el que su autor me haya espiado. Un efecto colateral es que posiblemente comience a escribir una nueva bitácora, una muchísimo más personal y a la vez más impersonal y que no estará vinculada de ninguna forma o manera con mi buque insignia. Aún estoy madurando la idea y ya sé que no tendrá una frecuencia diaria, ni habrán fotos y el tema siempre será el mismo. En el futuro, si ese ramal que crecerá en un universo paralelo se llega a tocar con esta bitácora, las fusionaré en este contenedor de contenido. Quizás nunca se encuentren o no llegue a nacer o se le acabe el combustible antes de coger carrerilla y despegar.

Otra cosa de la que me he dado cuenta en estos días es lo difícil que es concretar en un currículo aquello que supone la esencia de uno mismo. Yo soy un genio en un montón de cosas que cualquier organización no puede cuantificar pero sin las que no pueden vivir. No me puedes poner a seguir un procedimiento porque me rebelo y me aburro pero si me sueltas en el acuario de tu empresa, te encontrarás con un montón de sorpresas inesperadas. Es un don natural, que muchos han intentado machacar pero que yo uso para darme una ventaja competitiva difícil de igualar. Creo redes naturales y las optimizo, las moldeo a mi antojo y los nodos que las forman ni se dan cuenta de las sutiles alteraciones que hago para que la red resuelva una tarea. No se sabe muy bien lo que sé hacer en realidad pero sí que se sabe que puedo resolver cualquier problema porque uso la mente colectiva para solucionarlo y lo hago en un periodo de tiempo muy corto. Estas cosas no encajan en un currículo que desde siempre ha estado pensado para convertirnos en meras matrices de educación y tareas en la que marcas casillas y buscas gente que encajen en una estructura muy estática.

Y algo aún mejor ha surgido de todo esto. Me divierto y duermo mejor que nunca. Citando la penúltima línea del poema Invictus, soy el amo de mi destino ??

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6 respuestas a “Un mensaje desde el puente de mando”

  1. Joder tio, que suerte ser el amo de tu destino…
    Yo ni de coña, pero en cualquier caso te estoy agradecido porque me has dejado mucha materia prima en este post para reflexionar y para transformar…
    Salud

  2. Efectivamente, se adquiere una sensación de poder increíble cuando descubres que no te pueden doblegar. Es mi caso también. Siempre intento amoldarme, pero nunca dejo que me dominen. Y los procedimientos estúpidos y creados para hacer que la gente no tenga voluntad ni criterios propios suelen sacar mi parte más rebelde.

    Ánimo con el spin off, que seguro que será igual de entretenido que este.

    Por cierto, el poema me ha encantado. Lo desconocía (no he visto tampoco la película). Me siento inspirado y reflejado, a partes iguales, en esas palabras.

  3. Cuando pasé la entrevista personal, la primera con mi super-jefazo actual para entrar en mi trabajo, me salté todos los protocolos, cursillos y técnicas de entrevistas de un plumazo. Siempre lo he achacado a que en ese momento me importaba más bien nada conseguir el trabajo o no, estaba con otros estudios en marcha y me sacaba bastante pasta currando los fines de semana, asi que simplemente, fui a ver que pasaba, tranquilísima y siendo yo misma. Eso fue un viernes, empecé al lunes siguiente y llevo 11 años. Siempre he sido de las que piensan que si uno mismo puede solucionarlo, no hay de que preocuparse, y si no está en tu mano, tampoco tienes de que preocuparte, no? Simplemente: que te vaya bonito.

  4. Este texto me gustaria mas sino fuera acerca de algo tan aburrido y tan de poca importancia como un trabajo. Un beso