Un pequeño cambio en mi rutina de transporte diario


Desde tiempos inmemoriales que yo recuerdo perfectamente y que se pueden ubicar más o menos en octubre del año 2005, tengo un abono ferroviario de trayecto. Si tenemos en cuenta que compré mi keli la primera semana de octubre de aquel año y que me mudé prácticamente al día siguiente, son más o menos once años y un puñado de días que llevo usando el tren como parte de los medios de transporte para desplazarme desde mi keli al curro. En todo ese tiempo y hasta ayer, mi contrato me permitía viajar ilimitadamente entre Utrecht Centraal y Hilversum. En esos once años, mi empresa se mudó a otra oficina más cerca de la estación Hilversum Sportpark pero no cambié el contrato porque no ahorraba dinero alguno bajándome una estación antes. En ese tiempo también se ha ido completando alguno de los planes para mejorar el transporte público y entre mi casa y la estación central de Utrecht se construyó una nueva estación de tren llamada Utrecht Vaartsche Rijn y que lograron acabar un año antes de la fecha de inauguración pero tuvieron que esperar porque la parte relativa a las vías de tren y demás no estuvo acabada hasta este año. En agosto, cuando estaba de vacaciones en Gran Canaria, se inauguró la estación y al regresar de Gran Canaria me puse a mirar y resultó que pagando lo mismo, podía cambiar mi contrato e ir en tren desde Utrecht Vaartsche Rijn hasta Hilversum Sportpark, con un tiempo de transporte muy similar ya que las conexiones cuajan de fábula. Llamé a la compañía ferroviaria, me lo confirmaron y cambiaron mi contrato anual con efecto el día de hoy.

Esta mañana, al salir de casa, fui hasta la mentada estación que está a menos de dos kilómetros de la otra pero tiene un puntillo que la hace muy atractiva. En la estación hay un aparcamiento vigilado y gratuito (las primeras 24 horas) de bicicletas, el cual es un punto muy grande a su favor porque los aparcamientos alrededor de la estación central de Utrecht están petadísimos y a veces pierdo el tren buscando un lugar en el que poner la bici. En la nueva, como todavía no la usa mucha gente, hay un montón de aparcamiento y por circunstancias que solo se pueden explicar y culpar a mi ángel de la guarda, resulta que saliendo de casa a la misma hora, largo la bici allí, espero unos tres minutos, sigo en tren y tengo entre siete y cuatro minutos para conectar con mi tren a Hilversum frente a los cinco minutos antes con los que suelo llegar a la estación en mi rutina hasta ahora habitual. En el caso de perder el tren, tengo otro tres minutos más tarde con lo que tanto en la ida como en la vuelta tendré dos oportunidades para completar el trayecto, algo, que definitivamente, es un milagro.

Un día de estos haré algún (cutre)vídeo de la estación y su entorno. Dentro de un año por allí también pasará la nueva línea de tranvía que conectará el centro de la ciudad con la zona universitaria, el estadio y el hospital principal y cuando eso suceda, imagino que habrán multitudes por allí conmutando entre medios de transporte.


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