Con las adaptaciones cinematográficas de obras de Stephen King pasa como con los bombones de aquel totorota con suerte, que a veces te sale uno bueno y otras te sale uno malo y te tienes que joder. Después de una racha de estos últimos yo casi había perdido la fe y por poco me dejo pasar esta historia pero al final me pudo mi ciega y sincera adoración por el mejor de los escritores vivos y fui a ver 1408. Por si no quieres seguir leyendo te lo puedo confirmar. Es un PELICUL?N.

Un julay se caga de miedo

Hacía años que no veía una película que te prepara tan bien para lo que está por llegar. Es todo un ejercicio de excelencia con una gancho fascinante y una introducción al protagonista de esas memorables. Si no fuera porque el género d las películas de terror está maldito esta película debería estar nominada a varios Oscars en la próxima edición. La trama es sencilla, un investigador de lo paranormal recibe una tarjeta con la indicación de ir a la habitación de un hotel de Nueva York que está embrujada y la curiosidad le pica tanto que termina por hacerlo. Pese a la oposición del director de hotel entra en la habitación y tras unos instantes de alegría y cosa buena aquello se convierte en un infierno terrible en el que vivirá pesadilla tras pesadilla y siempre que cree estar a punto de escapar descenderá un escalón más en su camino hacia una muerte segura, ya que de la habitación nadie ha salido con vida. Hay algo muy malo allí dentro y a veces se escapa de la pantalla de cine y se sienta a nuestro lado y puede sentir esa presencia incómoda y terrorífica.

Estamos hablando de TERROR, de mirar a los lados con recelo porque no sabes si hay algo que busca acabar contigo, de entrar al baño y mear controlando la puerta, de no apagar las luces de tu casa después de haber visto la película porque no sabes lo que puede haber escondido en la oscuridad. Es lo bueno que tiene este cine, que cuando te toca esa fibra, disfrutas la película y los dos días siguientes con la misma intensidad. Gran parte del mérito lo tiene John Cusack, un actor sobradísimo que crea un personaje fascinante y con el que uno se identifica totalmente. Normalmente vemos estos actores y actrices mediocres, con más silicona encima que otra cosa y que solo esperan a largar sus dos frases y gritar mientras mueren y aquí tenemos a un tipo que sabe hacer su trabajo, que nos hace creer la historia y que se toma el tema en serio.

Por lo demás es una gran película. Buena historia, sustos impresionantes y todo eso que se espera del cine de terror. Esta no te la puedes perder.