Este año hubo una perturbación gigantesca en la Fuerza, que yo creo que la provocó mi Ángel de la Guarda y la caminata que hacemos tomando cervezas Bok y comiendo tapas, que siempre era el último domingo de octubre, la movieron al segundo domingo del mes. Yo creo que mi Ángel de la Guarda provocó el cambio después de lo que pasó el año pasado, que en la Amsterdamse Bokkentocht 2021 la hicimos el Moreno y el Elegido y en el Amsterdamse Bokkentocht 2022 se nos acoplaron unos cuántos y este año amenazaba con ser una guagua llena de gente. El cambio chafó los planes a todos los demás y nos volvimos a ver nosotros dos y se nos acoplaron dos compañeros de su trabajo que casualmente también iban a hacer la caminata. Como siempre, lo primero es poner la tarjeta ya con todos los sellos.

Además de cambiar la fecha, crearon tres recorridos distintos, con dos similares y un tercero que en lugar de ocho bares, recorría trece y se caminaban trece kilómetros. Nosotro elegimos el segundo recorrido porque para aguantar trece cervezas tienes que ser profundamente alcohólico. También transmití a la organización la grandísima decepción que tiene Virtuditas porque no hacen esto yendo por los aparcamientos de hipermercados, que los culocochistas se apuntarían a algo así.

En esta primera foto es la única en la que salimos y por detrás de nosotros, sobre la mesa, se pueden ver las camisetas de los otros dos. En un momento determinado, una julay turista nos preguntó por qué veía a tanta gente con la misma camisa y como conseguirla y le explicamos que de-que-no, que las camisas solo se consiguen si compras tu invitación durante el mes de septiembre y que es un evento super-hiper-mega exclusivo, con unos doscientos julays. En el Café Zilt, que era nuestro punto de partida, además de darnos las camisetas, nos tomamos una Hertog Jan Bok, pero no la que compras en tiendas. Ellos compraron allá por el año 2017 y la dejaron macerando seis años bajo el bar, cogiendo sabor, que todo el mundo sabe que las cervezas Bok, cuanto más las dejes, más ricas se ponen. De allí fuimos al Bierproeflokaal in de Wildeman y la que elegimos fue la Mommeriete Bock, que vemos en la parte inferior derecha de la foto anterior con la tapa, que en ese lugar era con mejillones.

La tercera parada fue en el American Beerbar Beertemple y la que tomé allí tenía un nombre espectacular, Poesiat & Kater Van Vollenhoven Bok y la cuarta fue en el Het Lagerguys con una con un nombre aún más fastuoso, Uiltje Great Granny’s Cosy Coffee Cocktail Espresso Doppelbock y en la foto anterior se pueden ver algunas de las tapas que íbamos comiendo.

Seguimos hacia el Café de Spuyt y allí fue la Dochter van de Korenaer Bok. Tengo que decir que la calidad de las tapas este año fue espectacular y que yo sigo sin comprender como pueden hacer dinero cobrando treinta y cinco leuros por ocho cervezas maravillosas, ocho tapas y una camiseta buenísima de regalo. Es que no me cuadran las cuentas, pero no me quejo, que el año que viene también volveremos. La siguiente parada fue en el Gollem’s Proeflokaal Overtoom y allí tomé una Bokketanusie porque me moló el nombre.

Los dos últimos locales están en la zona del Vondelpark, bastante lejos de la estación. El primero fue el Tap West y allí optamos por la Amsterdamse Leeuw Bok ‘n Roll y en el último, el Craft & Draft, elegimos una Frontaal Heel Holland Bock 2023. En lugar de caminar cuatro kilómetros hasta la estación central de Amsterdam, regresamos en tranvía desde Leidseplein y de allí cada uno a su casita y puedo confirmar y confirmo que el lunes ese, la resaca era brutal, pero por suerte lo amañé para trabajar desde la keli y nadie me vio desmejoradísimo.

Como uno de nuestros colegas se quedó rascadísimo por no poder hacerlo, igual volvemos para una ruta que hay con cuatro cervezas en cuatro de esos bares y te dan otra camiseta especial y lo combinamos con una cena de costillas en el Cartouche en Hilversum o cenamos en alguno de los locales que visitamos.