Seguimos con el cine británico y con una nueva comedia para adolescentes a la que casi me dio vergüenza entrar porque era con muchísima diferencia la persona más vieja en la sala y seguramente al único al que se referían como Señor. Al final pesó más el que tenga buenas críticas y que coño, que a mí me gusta ese género. La película se llama Angus, Thongs and Perfect Snogging y en España se estrenará a finales de diciembre con el aberrante título de Mi Gato Angus, El Primer Morreo Y El Plasta De Mi Padre, lo cual nos recuerda que cuanto más iletrado y subnormal eres, más posibilidades de llegar a un puesto alto en tu vida. El capullo que le puso el título aún no se ha enterado que el uso de mayúsculas en el idioma español no es igual al del inglés. Y ya puestos a desvariar, si lo que quería era ponerle un nombre chimpúnico y esperpéntico, porqué no llamarla: Papá, Me Se Ha Hinchao La Pipa Del Coño y posiblemente atraigan más público a las salas aunque solo sea por la curiosidad por ver qué hay detrás de esa frase.
Una julay megahormonizada se pasa el día restregando el chichi por todos los rincones
Ser una joven adolescente es un trabajo muy duro. Una es feliz y dichosa y de repente un día te empiezan a crecer las tetas sin ton ni son, te sale una alfombrilla allí donde antes no había pelo y sin venir a cuento comienzas a sentir por cualquier hijo de vecino lo mismo que tu perra cuando ve una buena pierna y se lanza a por ella para restregarle el potorro. Algo parecido es lo que le sucede a nuestra protagonista que vive en medio de una tormenta descontrolada de hormonas y se inventa reglas que deberían explicar los cambios y que no le funcionan nunca. Ella lo que quiere es ser popular y conquistar al hombre de su vida, un chaval nuevo por el que hasta comerá verduras con tal de tenerlo cerca. Sus amigas están como ellas, con el pitorro girando desbocado y la olla a punto de reventar. En el bando de los chicos las cosas no van mucho mejor y han de sufrir el acoso desmedido de unas hembras que han perdido el norte, el sur, el este y el oeste. Todo esto envuelto en música pop y con algunos adultos poco convencionales y tenemos una receta muy buena para echarnos unas risas.
Lo cierto es que te lo pasas bien con esta peli. Las escenas las hemos visto una y mil veces pero de alguna forma siempre consiguen mirarlas con un ángulo nuevo y fresco y cuando todo lo anterior falla, alguien se da una hostia del copón y sacamos las risas brutas de nuestro interior. Los diálogos de los chiquillos son fascinantes, hablan de sexo aunque sin saberlo (o sin querer reconocerlo) y siempre están tramando algo. Curiosamente aquí las hembras son retratadas como devoradoras de hombres que se sacarán los ojos unas a otras por ser la que agarre la zambomba y la agita con gusto mientras que ellos, los chicos, son meros comparsas que solo esperan que quede una ganadora para poder dejar las manualidades y que sean otras quienes les hagan el trabajo. La banda sonora es muy cool, de esas llenas de canciones chachis y con un par de números musicales repartidos durante la película. Al final ya sabéis que en este tipo de cine solo puede haber un final y es siempre feliz lo cual no le quita ningún mérito.
Pese al pésimo título es una buena opción para ir al cine con los amigos en navidades y ver algo que no viene de los Estados Unidos y tiene ese sello de politicamente correcto con el que estampan todos sus productos los americanos.