Cazafantasmas: Más allá – Ghostbusters: Afterlife


Todavía tengo grabado a fuego en el cabezón la puta mierda del copón aquella que estrenaron en los cines hace algo más de cinco años titulada Cazafantasmas – Ghostbusters y que eera una mamarrachada terrible con un grupo de pellejas meando y cagándose en la sagrada memoria de uno de los clásicos de nuestra niñez. Parece que alguien se ha dado cuenta y han hecho una película que continúa con la historia de las originales y que ignora totalmente la aberración que existió en el 2016. La nueva peli se titula Ghostbusters: Afterlife y en España se estrenó a principios de mes con el título de Cazafantasmas: Más allá y todos sabemos que incluso más allá, truscoluña no es nación.

Una julay pre-reglote descubre que en la keli de su abuelo ha espíritus y que el pueblo está infectado de demonios truscolanes y podemitas.

Una pava arruinada se entera que su padre la diñó y corre a heredar, encontrándose una mierda de casa en ruinas en el medio de la nada. Se llevó a sus hijos, que tampoco están contentos en el poblacho, hasta que la hija aspergiana o autista descubre el equipamiento del abuelo para cazar fantasmas y ya se enrala toda acompañado de un amiguito del cole que le busca el ángulo para empetársela hasta los pelos de los güevos que aún no tiene. En paralelo el hermano mayor ha localizado a una hembra a la que también se la quiere empetar y la madre se encariña de la zambomba del profesor del colegio de verano o así, que allí en la periferia y en donde no hay ni internetes, solo queda el sexo. O algo así, que después hay fantasmas y demonios y movidas por el estilo.

Tengo que reconocer y hasta reconozco que por culpa de la peli de hace cinco años, yo ya entré al cine muy pero que muy en contra de esto y no fue hasta pasado un rato largo que descubrí que estaba disfrutando la historia simplona que nos cuentan y que la película es más bien un homenaje a las antiguas, solo que adaptado a las circunstancias de la vida del siglo XXI (equis-equis-palito) y a partir de ahí, ya me divertí horrores sin tomármela en serio porque no es una peli que te pida que te lo creas todo a pies juntillas, que ellos saben que vas al cine por el entretenimiento y no pretenden darte nada más. Por supuesto, los chiquillos están interpretados por actores que tienen muchísimos más años de los que deberían, que el hijo de quince años tiene en realidad veintiuno y esa es la edad que aparenta, pero bueno, los niños no montan el mismo ruido que los mariquitas y las tortilleras y no demandan que los papeles en los que salen ellos sean realizados por actores de su edad, parece que el buenismo de este siglo no los incluye. En fin, que te ríes, te diviertes y te entretienes, aunque sales del cine lo olvidas todo en un rato.

Esto sí que puede molar a los miembros del Clan de los Orcos, al fin y al cabo, no tiene una trama compleja y hasta ellos pueden apreciar el esfuerzo del guionista escribiendo al menos media página de guion y gastándose una pasta en fabulosos efectos especiales. No sé por qué, me temo que no le gustará pero que nada a los sub-intelectuales con GafaPasta.


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