Este fin de semana conseguí no quedar con nadie. Bueno, no completamente pero al menos logré limitar el negativo efecto social de ser UnoPuntoCero al viernes por la tarde. Después de trabajar fuimos al Café Cartouche para celebrar que uno de mis compañeros ha conseguido un trabajo en otro lado. Vinieron varios de los colegas que normalmente se apuntan a estos eventos y en la oficina obligué a los dos que venían a mantenerlo en un discreto tercer plano ya que no quería publicidad. Todo forma parte de las estrategias de manipulación pre y post ajuste de tamaño. En un juego tan complejo y en el que muchos sacan a relucir su peor parte, yo no quiero perderme por nada del mundo las caras de traición y decepción de unos cuantos cuando se enteren de que no los invité. Solo un tonto puede creer que me la puede hacer sin esperar que yo se la pague. Llegamos a las cinco de la tarde y esta vez no me molesté en reservar mesa porque éramos un grupo pequeño pero el dueño nos conoce y nos puso en la mesa más grande, con la condición de que la teníamos que largar a las siete y media porque la tenía reservada. Como comer y beber son dos actividades diferenciadas, no teníamos ningún problema. No hace falta tener muchas luces para saber lo que pedí para cenar. Me encochiné con esa deliciosa carne de cochino y acompañé la pitanza con Leffe Blond, mi favorita entre las diferentes variantes que fabrica esta marca y una que se puede considerar dubbel ya que tiene un porcentaje de alcohol del 6.7%. Huelga decir que el viernes por la noche dormí como un bellaco y el sábado me desperté cuando quiso mi cuerpo. La idea principal era un poco de tocamiento de güevos pero como siempre, me desconcentro y pierdo el norte. La cosa comenzó bien con un chocolate con Churros para desayunar:

Después me entró el frenesí y me fui al supermercado a aprovisionarme. Esto no estaba planeado pero de alguna manera conseguí pasar todo el día con algo al fuego. Así,preparé un Pastel de carne braseado:

Y un Estofado de carne y cerveza Guinness al que no le he hecho ni fotos ya que congelé la mayor parte inmediatamente y esta semana me comeré una de las porciones. Después hice Bollos Suizos o Cristinas y unas Magdalenas. Mientras la comida pasaba por su ciclo de preparado, me puse manos a la obra en el jardín y recogí un contenedor completo de hojas. Fueron cerca de dos horas sacando kilos y kilos y más kilos de hojas que son el resultado de la llegada del otoño. Por ausencia del propietario, las últimas tres semanas no realicé ningún mantenimiento y el jardín estaba petadísimo de hojas. Creo que aún necesitaré de otra sesión de limpieza antes de dejar el jardín en paz durante el invierno. Por la tarde/noche había pensado en ir al cine (e incluso reservado mi entrada) pero comenzó a lloviznar y no me apetecía el paseíllo con agua a tres grados.

El domingo por la mañana me levanté a las ocho, seguramente el efecto de haber dormido casi diez horas. Me hice unos Panqueques americanos para desayunar:

Con la tripita llena y una tanda de panqueques congelándose, me fui a Amsterdam para ver un par de películas en el cine y al regresar me hice un Stamppot Boerenkool para cenar:

Lo dicho, que no fue el fin de semana de no hacer nada que esperaba pero dentro de lo que cabe me sirvió para volver a llenar el congelador con comida preparada y para escuchar dos audiobooks y limpiar el jardín, lo cual no está nada mal.