El carnicero en tu puerta


Una cosa que odio de los Países Bajos y a la que jamás me podré acostumbrar es que en los supermercados no hay carnicería o pescadería pero de las de verdad, con su personal, su producto y en donde puedes pedir lo que necesitas. Aquí se estilan las líneas de neveras y congeladores con productos ya empaquetados y tienes que comprar las cantidades en las que los empaquetan y además, solo las cuatro cosas que venden con lo que la cantidad de carne o pescado disponible es muy pero que muy limitada. Después te vas a una carnicería o eso que se llama en la lengua bárbara local slagerij, pronunciado como truscoluña no es nación y nada más entrar flipas porque no es una carnicería, es una tienda para comprar embutidos, aceitunas y otras polladas ya preparadas y de nuevo, con una variedad mínima y en muchas ocasiones, ya cortado y empaquetado. Casi que los únicos carniceros que quedan son en las tiendas de los turcos y todos sabemos que esos pobres desgraciados, saben mucho de terrorismo y esas cosas, pero no tienen ni puta idea que el mejor animal del universo conocido es el cerdo y además, como su carne la matan de la manera errónea, ni tiene sangre ni ná.

Antes, cuando quería hacer Pulled pork, en uno solo de los supermercados que hay entre la estación central de Utrecht y mi casa, que son exactamente nueve en las rutas que yo hago, solo en uno de ellos y únicamente una vez por semana ponían dos o tres bandejas con pedazos de cuello de cerdo de unos ochocientos a novecientos gramos. Era un sinvivir, tenía que ir todos los días al super hasta que finalmente aparecía (o igual ni lo veía porque otra persona se lo llevaba) y hasta esta poca alegría desapareció cuando el supermercado dejó de ponerla. Entonces me pasé por unos cuantos carniceros de esos y no la tienen y te dicen que te la pueden encargar, que tarda unos días y te la cobran a un precio de fábula, absolutamente increíble. Por suerte, un chamo al que echaron hace ya cosa de dos años de la empresa que me ha puesto en la puta calle me había comentado que comenzaban a aparecer carnicerías onDEline, que desde tu ordenador pedías y te llegaba a casa congelado al día siguiente. Me harté de las movidas de esos falsos carniceros y encontré una de esas carnicerías online que te garantizan que si compras antes de las diez de la noche, lo tienes en tu casa la tarde/noche del día siguiente. Hice mi primer pedido y compré un trozo de dos kilos y cien gramos de cuello de cerdo congelado y de paso añadí seis hamburguesas Angus. No sucedió nada y al día siguiente sobre las doce de la mañana me llega un mensaje que ya lo van a empaquetar y lo recogerá la empresa de paquetería. Cuatro horas más tarde me informan que lo acaban de recoger y el vehículo está en una ruta de distribución y lo tendré en mi casa entre las ocho y las diez de la noche. Que angustia tan grande sufriendo por mis dos kilos de cuello de cerdo. Finalmente, sobre las nueve menos cuarto de la noche se para un camión refrigerado en mi puerta y perdí la ninguna dignidad que tengo corriendo a abrir la puerta a recoger mi paquete, que yo suponía que me mandarían en una bolsa de plástico con la carne dentro. Me equivoqué:

Era una caja de corcho enorme, como un sarcófago para deshonorable truscolán. Me lo dieron con el mismo cariño que tiene la cigüeña cuando entrega a los niños a sus padres y yo casi lloré de alegría. Entré en mi casa, cogí el cuchillo y corté toda la cinta adhesiva que lo protegía para mirar en su interior:

Dentro traía un plástico mortuorio celeste que lo envolvía todo y al abrirlo te encontrabas con el hielo superior, unos paquetes de un hielo especial y tal y tal. La carne todavía estaba desaparecida. Al sacar esos cuatro paquetes de hielo vi por primera vez a mis preciosos:

A la derecha tenemos mi cuello de cerdo requetequete congelado y a la izquierda una bolsa con mis seis hamburguesas congeladas y empaquetadas indivualmente. Por debajo de ambos, otra tira de bolsas de hielo. Aquello estaba total y completa y absolutamente congelado, en ningún momento se había interrumpido la cadena de frío. Veamos una imagen con todos mis niños a la vista:

Toda la carne siguió ruta directamente a mi nuevo y fastuoso congelador y el sarcófago, con sus bolsas de hielo, fue a la keli de las bicis, ya que en algún lugar de la página de la carnicería leí que si les envío tres cajas vacías de vuelta, pagando yo los gastos de envío que serán siete leuros, ellos me darán un crédito de diez leuros, con lo que además podré ser ecológicamente ecológico y sentirme aún mejor conmigo mismo.

La experiencia al completo ha sido extra-super-hiper-mega positiva. Ya por mi se pueden ir a tomar por culo los carniceros holandeses, no volveré a pisar uno de sus locales en lo que me queda de vida. Esta carnicería, además, tiene una selección de carnes que roza el asombro. Ya le he echado el ojo para la próxima vez a unas hamburguesas que se llaman Rubia Gallega dry-aged y que al parecer, como todos sabemos, salvo el Ancestral, que la leche del noroeste de España no es la mejor del mundo, al parecer para lo que si sirven esas vacas es para hamburguesas y en la explicación, algo confusa porque les dicen rubias pero después explican que pertenecen a la raza de las Morenas del Noroeste, que igual los holandeses se confunden con los colores de pelo.

Que suerte tan grande vivir en un país que es del tamaño de una barriada periférica y en el que puedes comprar algo un día y te lo traen a tu puerta al otro. Ahora solo me falta que algún día me llegue la vez con el picnic, una especie de supermercado onDEline únicamente, que solo funciona con una APP en el telefonino y que solo acepta clientes cuando tienen capacidad de distribución y en estos momentos y tras seis mese en la cola, solo quedan cinco mil dieciocho por delante de mi.

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5 respuestas a “El carnicero en tu puerta”

  1. La carne de rubia gallega deja al angus como mierda triturada… Lo que no te puedo asegurar es que sea de verdad, porque incluso aquí hay que andar con pies de plomo para que no te la cuelen, pero si la quieren hacer pasar por rubia gallega, algo de calidad te llegará .
    Me llama la atención que aún hayas descubierto ahora ese tipo de entregas, aquí hay oferta de todos los productos que se te ocurran directos de los productores a domicilio . A mí este sábado me trae el señor agricultor mi pedido de cositas ricas disponibles solo esta semana , porque el jueves nos remite lo que está perfecto cada semana , y es lo que hay. A la puerta de casa. Hay pescaderos, carnes… Tenemos hasta servicio de reparto directo desde los puestos del mercado… Es curioso que nunca lo hubieses probado, y más si tenéis es rollo montado con las carnicerías .

  2. Aquí los supermercados no llevan a casa. Puedes hacer pedido online, pero primero tienes que conseguir un turno de entrega y por lo general, es a dos semanas y después, a menos que compres cincuenta leuros o más, hay que pagar el transporte. En el mercado no te llevan nada. En el sector de la alimentación, las movidas online son nuevas y el virus truscolán las está acelerando.
    Hay unas cajas de verduras a las que te puedes subscribir y te las traen cada mes, pero no puedes elegir el contenido y yo prefiero decidir lo que compro y lo que como.
    El problema de todo esto son los gastos de envío, que suelen ser de seis leuros o más, con lo que te suben el coste de la compra un montón.

  3. Pues que atraso, sinceramente… yo aquí cerca tengo un mercado en el que cada día los puestos de pescado, carne, verduras y demás, actualizan la mercancía y los precios (al ser mercado no siempre tienen lo mismo y también varían los precios, sobre todo en el pescado). Haces el pedido y alguien mágicamente coge un cesto y va por los diferentes puestos escogiendo de lo bueno lo mejor, y de ahí a la puerta de casa, puedes pagar en la web o por tpv. Lo de mis verduras en concreto empezó hace poco, porque este señor vendía sobre todo a hostelería, y con los cierres y la bajada de clientela, abrió mercado a particulares, y se corrió la voz como la pólvora, no te cobra gastos de envío, solo hace reparto dos veces por semana, te mete en una lista de correo donde te manda lo fresquito de esos días, y escoges lo que quieres. Este sábado además de pimientos morrones, acelgas, lechuga… le he pedido 10 kg de patatas y aparte otros dos kg. de patatas enanas, que son ideales para tu mojo picón…. Ñam.

  4. Aquí los mercados son mercadillos, una o dos veces por semana en aparcamientos o plazas y definitivamente, no se puede pedir nada. Hay que ir allí y pagar con tarjeta maestro holandesa o efectivo. Los supermercados desconocen el concepto de entrega a casa. Solo el de comprar por su web y como no consigues turno sino para dos semanas más tarde (con algo de suerte), para mí son una opción NULA. Conozco gente que está hasta las 23.59 de la noche de un día, digamos hoy, delante del ordenador para cuando lleguen las 00.00 poder pillar turno para dentro de dos semanas, en el caso de hacerlo hoy, el viernes de dentro de dos semanas. Yo lo flipo que no veas. Si hay tanta demanda sigo sin entender porque no incrementan la flota de vehículos de reparto, montan el hacer las compras en un almacén en algún lado y sacan más dinero. En lugar de eso, la compra viene del supermercado más cercano y como parece ser que salen una vez al día y reparten quince o veinte compras, la demanda de esos puestos es brutal.