El juez – The Judge


Una de las cosas de mis cavidades interiores de la que estoy más orgulloso es mi capacidad para arrinconar mis prejuicios e ir al cine a ver películas que me dan mal rollo por algún motivo determinado. Esta regla que rompo continuamente solo tiene una excepción que no destrozaré jamás. Pase lo que pase y vaya a ver lo que vaya a ver, jamás de los jamases voy a una película basada, inspirada, pensada en base a una historia del pollardón de Tolkien, un autor que no sabía ni hacerje un pajote y dirigida por el despreciable de Peter Jackson, director que es como una ladilla y que chupa de la obra del otro para entretener a orcos, retardados y todo tipo de seres inferiores que van a ver sus películas. Esto viene a cuento de que hoy por primera vez me torturaron con el trailer de la sexta película del señor de los julandrillos, trailer que seguramente veré unas cuarenta veces y que acabaré por ignorar y jugar con el teléfono para evitarlo. Ese trailer es más de lo mismo, un grupo de mariconas feas (orcos), también feas (jobis), afeminadas (elfas) y folclóricas (enanas) se juntan en una barriada periférica y acaban como los maricones de la Isleta con la virgen del Carmen que se inventaron, a hostia puta. Después de padecer ese trailer y cuando ya consideraba el suicidio, comenzó la película The Judge, la cual se estrena la semana que viene en España con el título de El juez.

Un julay más cabrón y rastrero que un político truscolán regresa a casa para joder a todo hijo de vecino

Un abogado cruel y eficiente vuelve al poblacho americano del que salió para el entierro de su madre y enfrentarse al padre que odia. Estando allí se descubre que su padre ha asesinado a alguien con el coche y como el viejo es juez, pues como que se monta un pitote. El hijo decide quedarse para defender a su padre y en el proceso saldrá a la superficie un montón de mierda y de alguna manera, la familia se volverá a unir.

En base a la serie de películas basura que lleva Robert Downey Jr. y que le hacen parecer más pesetero que hijo de truscolana, dudaba de ir al cine a ver esta peli porque este hombre me ha decepcionado tantas veces que ya no tiene crédito. Por suerte desprecié mis escrúpulos y esta tarde, después de salir del trabajo, me fui al cine y flipé en colores. Hay que celebrar que Robert Downey Jr. ha vuelto, que nos recuerda que cuando quiere, es un pedazo de actor del copón y aquí borda su papel. A su lado, Robert Duvall da una lección magistral de actuación y el duelo entre ambos es sencillamente mágico. La película borda esta historia dramática, de amor y odio, de pasión y venganza, de pérdida y recuperación y en el fondo de todo, de perdón. Junto a estos dos hombres que brillan como supernovas hay un elenco fantástico y un director que los lleva dulcemente a través de la historia, la cual vivimos prácticamente en primera persona. La película va ganando y ganando y según se acerca el final mejora y sigue mejorando. No hay un solo momento que sobre, no hay un minuto que le podrían haber quitado. Un pedazo de historia fabulosa.

No es cine para los miembros del Clan de los Orcos por la falta de efectos especiales y de peleas. Es cine para aquellos que aman este arte y para todos y cada uno de los sub-intelectuales de GafaPasta que puedan existir en el universo. Sí, es un drama. Sí, es una película de casi dos horas y media y sí, es un peliculón.