Ayer vimos el Buda que está encerrado en un lado del mondop y hoy vemos al otro, que está en la clásica postura tratando de detener la invasión de truscolanes, que esa chusma y gentuza de la peor también pretendió convencer a los tailandeses que en realidad ellos son truscolanes. Por más que toma el sol, este Buda tiene la cara con un color chunguísimo. En esta foto se aprecia mejor la falta de espacio del Buda. El pobre, si hubiera nacido en Europa en nuestros días no habría montado la religión esa, con los orejones, el unicornio en la cabeza y esas manos con esos dedos deformados, en Europa tenía seguro una o varias subvenciones y no habría dado un puto palo al agua en su vida.