Fin de semana con vacas, piscina, cine y mucha comida


Desde hace unos meses tenía en mi agenda bloqueado el pasado fin de semana. La cita la puso la Primera Esposa del Rubio, el cual, como todos sabemos, es mi más-mejor amigo. Su hembra iba por trabajo a Londres y después se quedaba a pasar el fin de semana con unas amigas y me había pedido que lo ayude un poco con las actividades del fin de semana. Tras arduas negociaciones, acordamos que iría el sábado hasta el domingo y como siempre, no había demasiado planeado ya que mi amigo es de los que improvisan y deciden sobre la marcha. Por culpa de eso, yo tengo que ir preparado para múltiples futuros posibles, que igual me llevan a la piscina que a caminar por el bosque o pasear en bicicleta por algún canal. En la parte en la que él no se mete es en la de la comida y yo había propuesto llevar una Tortilla de papas con cebolla, un delicioso Brownie y unas Magdalenas del carajo para que así tengan algo decente que desayunar el lunes. Además, los habituales jamón serrano, salchichón español, una botella de tres cuartos de litro de cerveza belga y un trozo de queso manchego, vamos, lo mínimo que lleva uno cuando va a visitar a un amigo. El viernes me quedé en mi casa trabajando remotamente y aproveché para hacer la Tortilla de papas con cebolla y dejé las otras dos cosas para el sábado por la mañana. Después de mi tradicional desayuno de chocolate con Churros, hice las cosillas dulces y preparé la mochila. Sobre las dos de la tarde salí de mi casa y fui a Woerden, lugar en el que me recogió el Rubio. Cuando estábamos en su casa habíamos acordado dividirnos en dos bandos. Yo me iría con una de las Unidades Pequeñas a Woerden en bicicleta para comprar algo que se le olvidó en el supermercado y él se iría a correr acompañado por las otras dos Unidades Pequeñas, que irían con él en bicicleta. Al final los chiquillos querían ir todos al super y terminamos en una expedición masiva con cinco bicicletas pedaleando por la preciosa campiña holandesa y disfrutando de los veintidós grados de temperatura que teníamos. Después del pasar por el super nos fuimos a una heladería a regalarnos un delicioso helado italiano y regresamos de nuestro pequeño paseo. Ahí el Rubio siguió con su idea de ir a correr y dos de los chiquillos iban a cortar el césped mientras yo jugaba en la mega-cama elástica saltando con la más pequeña. En esas estábamos cuando aparecieron un montón de amigas:

La adorable Dicton

La adorable Dicton, originally uploaded by sulaco_rm.

Las vacas que pastaban por la zona se acercaron a una valla que está a unos diez metros del linde del Rubio y me miraban todas flipando mientras yo saltaba y saltaba hasta lo más alto de los cielos. Cuando fui a la valla todas tenían un montón de curiosidad por ver de cerca al Elegido, The Chosen One y hubo un pequeño tumulto. La más cariñosa fue la Triniti:

Triniti la vaca curiosa

Triniti la vaca curiosa, originally uploaded by sulaco_rm.

Mientras yo las rascaba a todas y ellas intentaban darme unos pedazo de lametones del copón, el Rubio regresó, se asoma al jardín y me ve con una de las Unidades Pequeñas y un montón de vacas:

Hice un pequeño vídeo (que si no lo podéis ver, está aquí) y en este documento espeluznante se pueden ver las vacas y se escucha la voz del Rubio que se acercó a la cama elástica y también la voz de la Unidad Pequeña número 1 que estaba conmigo y con las vacas. Más tarde y más tranquilos cenamos y acabamos las actividades de la tarde. Por la mañana, a las siete, yo me levantaba para preparar la masa de los Poffertjes y una hora más tarde volvía a levantarme para cocinarlos. Desayunamos con la algarabía del que puede que sea el último domingo con un tiempo de veranillo y nos fuimos a la piscina, ya que la Unidad Pequeña Número 3 tenía que practicar algunas cosillas en su curso para el nivel B y los demás nos dedicamos a lanzarnos por los toboganes, nadar, jugar y correr por la piscina. Allí nos duchamos y nos fuimos directos al cine para ver Cómo entrenar a tu dragón 2 – How to Train Your Dragon 2, aunque nosotros la vimos doblada al holandés y con el título Hoe Tem Je Een Draak 2. Después del cine me acercaron a la estación de tren y nuestros caminos se separaron.

Esta tarde hablando con el Rubio me comentaba que los chiquillos se lo pasaron bomba y que habían tenido un fin de semana fantástico, lleno de actividades y buena comida. Ya él está maquinando otro aunque va a tener que esperar un tiempo porque los próximos fines de semana están todos petadísimos de actividades y además, pasado mañana, comienzo con el curso de Italiano, mi cuarto año con esta lengua que aunque me cueste reconocerlo, ya hablo con algo de soltura y que practico todos los días cuando voy en el tren con el Duolingo, la mejor herramienta gratuita para aprender lenguas bárbaras.


4 respuestas a “Fin de semana con vacas, piscina, cine y mucha comida”

  1. El Rubio está convencido que cuando me levanto a preparar los poffertjes también le pongo un poquito de crema a la leche para que los capuchinos sepan más ricos y por eso todas las vacas se ponen en la puerta de la casa … esperando su dosis de cremita.

  2. Me crié en un mini-pueblo gallego… ya tuve suficientes vacas.
    Me gusta la voz de la unidad pequeña 1, es dulce, aunque no tenga ni idea de que carajo dice.