The Invisible Woman


Una mañana me voy a levantar y voy a decir en voz alta ¡Hasta aquí he llegado! y no vuelvo a poner una pezuña en la filmoteca ni de coña. Claro, eso sucederá en un universo paralelo a este. Por más que sé lo que está por caer, en este seguiré entrando a los cines y mamándome pallufo tras pallufo embadurnado en una gruesa capa de artisteo del malo. Viendo el lado positivo, he completado el desarrollo de mi módulo contra el aburrimiento y los minutos que pasan desde que comienzo a aburrirme hasta que estoy durmiendo a pierna suelta en el cine se han reducido a dos. La película que no va a salir muy bien parada hoy se titula The Invisible Woman y para España todavía hay esperanzas de que no se estrene nunca jamás y de llegar a hacerlo, el título sugerido es el de truscoluña no es nación.

Una julay busca polla de famoso pa’chupar

El Charles Dickens es un famosete con una mujer que parece un tanque de gorda y fea y un montón de hijos pero al que lo que le mola es el famoseo, los lameculos y una pava adolescente con los pelitos del chichi recién salidos a la que empala todo lo que puede y más. En un punto determinado anuncia en la prensa que deja a la Orca por vieja y fea pero niega que esté follando con la joven, aunque sigue haciéndolo. Por lo demás, boberías a tutiplén.

Hasta que comencé a escribir esto no me había dado cuenta que el director de esta cosa es el actor principal, el famoso Ralph Fiennes, el cual, en una sola película, ha conseguido demostrar que lo suyo es la actuación y deberían prohibirle acercarse a una cámara para tomar el control. El hombre no tiene ni puta idea de como dirigir cine y eso se nota en una historia que por más que todo el mundo lleve bonitos trajes de época, aburre, aburre y aburre. Dura ciento once minutos y deben sobrar como cien, ya que no hay una gran historia que contar, solo planos y más planos de Ralph Fiennes demostrando lo gran actor que es. Según comenzaban yo me dormía, una y otra vez, creo que me desperté como veinte veces para ver si la cosa mejoraba pero nunca fue así. La joven está interpretada por Felicity Jones y parece que la han puesto a posta a hacer un mal papel para que no le haga sombra al director y protagonista. El guión no tiene sustancia, es simplón y estúpido hasta niveles nocivos para la salud. A la hembra de cuando en cuando le entraban calenturas o algo parecido y se ponía a caminar deprisa con la cámara siguiéndola y todavía no tengo ni puta idea de por qué sucedía eso. Todos los actores secundarios son meros comparsas que están ahí para añadir bulto pero de los que se espera muy poco o mejor aún, nada. En resumen, un desastre.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos y por error entras a un cine a ver esto (en el hipotético caso de que se estrene en España), se te puede freír el cerebro. Si eres un sub-intelectual de GafaPasta te deseo esta basura para que se te bajen los humos. Para los demás, cruz y raya al título.


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