Llevamos años viendo bicicletas y creo que en alguna ocasión he mencionado algo que sucede con mucha frecuencia en los Países Bajos y sobre todo en los alrededores de las estaciones y en el centro de la ciudad. Al haber más bicis que julays, pero muchísimos más millones, las bicicletas son abandonadas continuamente, por todos lados y los aparcamientos se llenan y llega un momento en el que es literalmente imposible encontrar un hueco. Por eso, los ayuntamientos, con frecuencia, ponen las etiquetas que vemos en las fotos a las bicis de una zona avisando que en quince días volverán y todas las bicis que permanezcan en el lugar CON la etiqueta, se las llevarán a los depósitos y sus dueños tendrán que apoquinar guita para recuperarla, con lo que alguna comentarista jamás la volvería a ver porque todos sabemos como se agarra al leuro. Después, en ese almacen, pasado un tiempo, las bicis se subastan y los que reparan bicicletas las compran por prácticamente nada, las reparan, las adecentan y las vuelven a vender como bicis de segunda mano y así sigue el círculo de la vida de las bicicletas neerlandesas.

En la estación cercana a mi keli, se llevan cientos al menos tres veces al año y en unos meses vuelve a estar todo lleno de bicis abandonadas. Siempre me he preguntado qué julay puede hacer esto, algunas se ven super-hiper-mega chulas. El título de la anotación, LET OP, viene a ser truscoluña no es nación y si eres menos literal, ATENCIÓN COÑO.

La bicicleta de la foto es una Swapfiets, con lo que el julay del dueño ya está pagando como dieciséis leuros al mes de alquiler y al parecer no la usa, ahora se la llevan y sacarla le costará un pastizal.