Mi lanzador en el 2021


Hace ahora prácticamente un año, hablaba en Mi lanzador de mi uso continuado del Microsoft Launcher para mi teléfono androitotorota, un programa ligero y que me permite acondicionar mi teléfono como más me gusta. Un año más tarde, sigo utilizando el mismo lanzador pero mis gustos van cambiando y se ha ido adaptando a los mismos.

El fondo de la pantalla sigue cambiando diariamente y de vez en cuando aparece uno tan espectacular como el que se ve en el pantallazo, que no permite ver la hora, pero que da igual es un balde de color y alegría. La distribución de los programas ha cambiado ligeramente e incluso algunos se han caído de la página principal, como el programa para usar el tren, que dado que ahora somos presos en nuestros propios domicilios, no me sirve de nada. Uno que ha conseguido un puesto en esta zona tan lujosa es el Microsoft Authenticator que cada vez uso en más programas para la autenticación en dos pasos y que acabó en esta pantalla. También se puede ver una pequeña barra en la parte inferior que con un gesto mágico y secreto abre un cajón en el que hay diez programas más de uso relativamente frecuente. Mi segunda página ahora está mayormente ocupada por un güidché con la lista de la compra y en el que añado elementos cada vez que veo que hay escasez de algo y casi siempre uso la voz, que lo de escribir es como muy de los años noventa. Mi teléfono ahora usa también dos tarjetas móviles, la de toda la vida y una prepago que tiene el número que comparto cuando solicito trabajo, que si hay algo que aprendí hace veinte años es que el número que das, se vende, se revende, se regala, se presta y acabas hasta los mondongos de recibir llamadas de gente con la que no quieres hablar y aunque ahora hay bastantes mecanismos para bloquear ese tipo de llamadas (como el bloquear llamadas de números de teléfono ocultos o incluso llamadas de números de teléfono que no están en tu agenda), prefiero el tenerlas totalmente aisladas en un segundo número de teléfono que siempre puedo desechar cuando ya no me haga falta. En el año que llevamos encerrados, mi uso del teléfono no ha variado mucho, sigue siendo un dispositivo para escuchar audiolibros y podcasts que además se comunica con la pulsera que llevo en mi muñeca cuando voy a correr (y que ha cambiado y antes era una de xiaomi y ahora es una de honor) y para recibir y enviar mensajes, ya que al parecer hacer una app para que el güazá se pueda usar en el iPad es una misión imposible y los del CaraCuloLibro llevan años prometiendo que la están haciendo y nunca jamás la hemos visto, mientras que otros, como Signal o Telegram, no tienen problema alguno en saltar de un dispositivo a otro. Ya llevo casi dos años y medio con el telefonino actual, que creo que es un récord para mí y probablemente seguiré con el mismo hasta cerca del fin de año o más allá, no veo la necesidad de cambiar algo que funciona perfectamente y que no me da problemas.

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4 respuestas a “Mi lanzador en el 2021”

  1. Si no conoces aún bel-me-niet.nl, deberías apuntarte: es un registro en NL para indicar que no aceptas ningún tipo de llamada comercial, con lo que te ahorras muchas molestias, y si alguno se lo salta le dices que como estás en Bel-me-niet lo que hacen es ilegal y jamás vuelven a atreverse a incordiar. Una bendición.

  2. estoy ahí, pero no sirve de nada si tú les has dado tu teléfono o a una empresa que tiene veinticuatro empresas más y en las sesenta y nueve páginas de condiciones ponen que se lo pasarán entre ellas. Por ejemplo, con el cambio de energía anual, hay varias compañías con mi número y como fui cliente, pues a llamar, que no me suena igual porque usan números ocultos. A mis vecinos a su fijo los llaman a diario.

  3. Me encanta el fondo de pantalla! Tienes razón, es una explosión de color que levanta el ánimo! Hace tiempo estuve buscando algo parecido para una pared blanca y aburrida que tengo en una zona de paso, mucha gente pensará que es una horterada, pero como es mi scatergories, hago lo que me sale del moño. Además soy de las que se aburre enseguida con las cosas decorativas, y una lámina tiene fácil solución. Por cierto, al final encontré otro dibujo que me gustaba, y que también digamos que «llama la atención», mi casa, mi feng-shui.