La ciudad de Viena también tiene su servicio de bicicletas de alquiler con aparcamientos por toda la ciudad y que parecen ser muy populares entre la gente que vive por allí. Las bicicletas, aunque ligeramente diferentes, son extremadamente similares a las que se mueven por otras ciudades europeas y a estas alturas de la película estoy convencido que todas vienen de la misma fábrica y ellos se limitan a hacer unos pequeños cambios. Siguen el sistema de no poner asiento en la rueda trasera para que solo la pueda usar una persona y la de añadir una cesta en el volante para llevar las cosillas de los ciclistas. Hice la foto a primera hora de la mañana del sábado, antes de que la gente empezara a alquilarlas. Por la tarde en algunos de los aparcamientos no tenían ninguna.
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Álbum de fotos de Hoi An
En el camino desde la elección inicial hasta que hago la serie se quedan un montón de fotos y tienen una última oportunidad con el vídeo que contiene esa selección al completo. En esta ocasión ese vídeo, que está aquí, viene aderezado con la canción Hold My Hand de Jess Glynne y que seguro que os suena de cierta comedia romántica que aún está en los cines.
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Yo prefiero que me corten las uñas negras de los pies, esas que macero con cuidado y que han crecido lo suficiente para poder agarrarme a un tronco como un aguilucho sin problemas, prefiero perderlas a decir eso tan terrible de Mi keli es tu keli. Cada vez que he vomitado esa frase en un acto de soberana estupidez, se me ha llenado la choza de ocupas que entran fácilmente pero no veas lo que cuesta convencerlos para que se vayan.
En Distorsiones, lugar en el que Nada es lo que parece y aclamado universalmente como el mejor blog sin premios en castellano, la acción que se corresponde con el mi keli es tu keli es un lugar en la barra lateral, que hoy en día está en la parte derecha de la página pero que en cualquier momento puede saltar a la izquierda, en el que se invita a suministrar una dirección de correo electrónico para que ésta mi keli digital y tal y tal se chive y te haga saber que he actualizado la bitácora. Hasta esta semana, ese sistema lo hacía un módulo de una serie de herramientas llamadas jetpack y creadas por la misma basca que hace el WordPress, el motor que mueve mi blog. Ese módulo, el de las subscripciones, lleva meses petando y aunque lo han mirado de pé a pá, no han logrado solucionar el problema. Por eso, porque mi bondad es tan grande que redefine el concepto de infinito, esta semana instalé un programilla o eso que en inglés se llama plug-in y que mi cerebro traduce siempre como enchufar y me recuerda a todos esos familiares y amigos de politicastros españoles mamando de la teta pública a destajo, el cual viene a hacer la tarea que el otro se niega a realizar solo que de forma más sencilla.
Como me conozco a la parroquia y sé que alguno se muere de ganas de mandarme un emilio o dejar un comentario diciendo que no saben como hacerlo y como es bien sabido que un pantallazo vale más seis letras, en la imagen anterior se puede ver la caja en la que aquellos seres humanos que vivan pendientes del blog pueden dejar su correo para que el sistema les mande continuamente mensajes espartanos con un enlace, ya que esta nueva y avanzada tecnología es algo rácana en cuanto a lo que puedo poner. En el mismo pantallazo y a la izquierda se puede ver algo que descubrí de casualidad en el jetpack y que he activado. Hay una cosa que mediante un hechizo que no puedo explicar añade tres anotaciones relacionadas a cada cosa que escribo. La magia de la selección es de tal calibre que no me he podido resistir a revisitar algunas de mis más aclamadas obras en el Hembrario para ver lo que podía estar relacionado con ellas.
Resulta que cuando escribí aquel clásico titulado Callientapollas, en mi mente lo que se escondía eran ideas sobre los aparcamientos de bicicletas de Amsterdam, el metro de París y alcanzar cierto nivel de dominio del neerlandés o al menos eso es lo que esta magia de lo relacionado ha decidido, o quizás esa cosa tiene claro que abundan las Callientapollas en el metro de la capital de Francia, en los barcos para aparcar bicicletas de Amsterdam y en los cursos de idiomas holandés, aunque esto último igual es cierto si recordamos a La más molona, también conocida como LaMasmo.
Otra asociación fabulosa y épica es la de Empenenada, que resulta que es muy de flores y pagodas birmanas. Esto promete desvelar los intríngulis de mi ya corrupto cerebro …
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Puente flotante cerca de Hoi An
Esta es la última foto de la serie sobre Hoi An y podría haberla puesto perfectamente en la serie sobre bicicletas pero me gusta tanto que prefiero que cierre la visita a la ciudad vietnamita. Desde la isla de Duy Vinh regresamos a Hoi An en bicicleta haciendo varias paradas y saltando islas y uno de esos saltos fue por un puente flotante. Los más ñangas se bajaban de la bici y caminaban por el puente pero lo divertido es ir de un lado a otro pedaleando mientras el suelo se mueve continuamente ya que el puente realmente está flotando sobre el río. El puente era bastante largo. Si no recuerdo mal, la foto la hice una vez lo crucé.