Una de las paradas que hizo el capitán de mi chalana y que yo habría preferido ahorrarme fue para ver y fotografiar a las mujeres de cuello largo, las Padaung, que creo que pertenecen a la tribu Kayan. Mis reticencias eran porque me da la impresión que gracias a su popularidad y a que hacen dinero fácil, forzan a las niñas a ponerse los anillos y en el lugar y junto con la vieja había al menos una niña que me daba un montón de pena. Al final le tuve que hacer la foto porque la mujer estaba muy ofendida por verse totalmente ninguneada y puesto que la tengo, aquí queda, una mujer de cuello largo que aparece en millares de fotos en Internet y que seguramente mantiene a gran parte de la tribu con las donaciones que recibe.
-
Constancia y traición
Mi naturaleza me lleva siempre hacia el caos y la falta de constancia. Soy de esos que o no planean o cambian sus planes continuamente y sin motivo aparente. Hoy puedo ir hacia la izquierda y mañana no solo negaré que iba en esa dirección, sino que juraré por lo más sagrado que toda mi vida he avanzado hacia la derecha y tres días más tarde habrá un nuevo rumbo. Por suerte soy plenamente consciente de esto y hago lo que está en mi mano para prevenirlo o al menos mitigarlo. Sé que comprando billetes dos días antes no ahorras nada y no consigues buenas ofertas y me obligo al menos un par de veces al año a sentarme y planificar mis escapadas futuras. Fijo en mi agenda eventos y los respeto escrupulosamente y por suerte, mis amigos holandeses son cuadriculados y me marcan una hoja de ruta clarita y bien definida. Por ejemplo, ayer miraba lo que sucede esta semana y descubría que el jueves voy a ir a ver un partido de fútbol, algo que acordé con un colega en diciembre y que de no ser por mi agenda, ni recordaría. Otro de los grandes milagros que nadie se explica es el blog. Llevo desde el año 2004 forzándome a ser constante y escribir diariamente o al menos programar algo para que haya una anotación diaria y si es posible, dos. He respetado escrupulosamente este contrato conmigo mismo y pienso seguir haciéndolo tanto como pueda. A veces me complica la vida porque debo currar y exprimirme el cerebro para sacar historias para compensar los días que me voy de vacaciones y puede llevarme a un frenesí de actividad pero lo hago, luchando contra todo lo que me dice que si dejo pasar un día, el mundo seguirá rodando y no pasará nada.
Uno de los anclajes más extraños que tengo en la actualidad es con Duolingo. Hoy se cumplen CIEN días de actividad regular, con al menos treinta puntos de experiencia diarios, o lo que es lo mismo, unos quince minutos de ejercicios de italiano diarios. Me sorprendo a mi mismo porque resulta que con un poco de esfuerzo y para las cosas que me gustan, puedo ser muy constante y regular y cada día reservo un poquito de mi tiempo para algo tan simple como practicar el italiano, momento que normalmente sucede en el tren mientras voy o vuelvo del trabajo. Estoy a punto de acabar con este idioma en Duolingo y ya estoy debatiendo conmigo mismo y con algunos colegas cuál debería ser mi próximo idioma. En mi lista de candidatos están el Turco, el Portugués, el Chino y el que por ahora tiene más puntos, el Bahasa, el idioma que en múltiples variantes se habla en Malasia e Indonesia, simple y que casualmente me podría ser útil una vez al año, aunque visto que no está en Duolingo y que no parece que hayan alternativas a este programa gratuita, probablemente acabaré atacando el portugués o el turco.
Por último, ya va siendo hora de anunciar LA TRAICIÓN. Desde la semana pasada, mi iPhone está petando. Se apaga aleatoriamente y entra en unos ciclos de apagado continuos bastante molestos. Hay algo en sus entrañas que está podrido y su final cada vez está más cercano. El viernes tuvo una secuencia consecutiva de más de diez apagados y el sábado hizo dos y hoy mismo ha hecho cuatro. La alternativa debería estar muy clara pero en mi caso no es así. El sábado estuve media hora en la tienda Apple de Amsterdam, con el iPhone 6 en mis manos y no lo veo claro. No me gusta su tamaño, no me resulta práctico. El Rubio lo tiene, el Turco lo tiene y están en plena campaña para que cierre los ojos y lo compre. Yo sigo creyendo que el tamaño es erróneo. Esa monstruosidad que parece que todo el mundo anhelaba, a mí no me vale. Yo uso vaqueros y voy en bici a todos lados y en verano, en primavera y al comienzo del otoño no llevo chaqueta y esa cosa no me cabe en el bolsillo. Simplemente, es demasiado grande. Tampoco tengo claro que merezca la pena pagar por lo que recibes. Cuando lo miro y comparo su velocidad con la de un iPhone 4S, no veo el salto cuantitativo que había en entre el 3G y el 4S. Sí, es un pelín más rápido, pero no me deja con la boca abierta alucinando y al final, el tamaño predomina sobre todo lo demás. Compré tres fundas en China a precio de risa, me las llevé a la tienda, probé el teléfono con las mismas y con dos de ellas, a menos que en lugar de la talla 29 o 30 me pase a la 34, no habrá manera de meter eso en el bolsillo del pantalón y cuando esté en Asia con los pantalones, cortos, probablemente se me caigan con ese leño dentro de los bolsillos.
Como un Androitotorota está descartado ya que padezco uno de esos dispositivos en el trabajo y lo odio con todas mis ganas, la única alternativa se encuentra en los teléfonos del güindous. Encontré uno de Microsoft que por cien leuros mantiene un tamaño para seres humanos que pueden querer usarlo mientras pedalean y que siempre lo llevarán en el bolsillo y que me puede servir como teléfono de transición o de salto. Siempre nos queda la esperanza de que en el próximo ciclo Apple decida sacar un tercer modelo en las medidas humanas de las 4 pulgadas, teléfono que compraría con los ojos cerrados. De no ser así y si Güindous Fone 8,1 es tan bueno como promete, tras un año saltaría a otro de más calidad y cambiaría de barco. El Rubio me ha amenazado con regalar un gato a los niños si abandono Apple. Yo no reacciono bien a las amenazas y mi reacción fue recordarle que no creo en las amistades eternas y que una bestia felina a la que soy alérgico implicaría la pérdida instantánea de su estado preferente. Hoy el Rubio buscaba como loco alternativas e insistía en que me compre un modelo viejo y más pequeño, algo a lo que me niego por sistema. También le recordé que a él su empresa le compra el teléfono y que él mismo ha reconocido que si se lo tiene que pagar de su bolsillo, saltaría de barco. Me fascina porque el hombre se lo toma como algo personal, cuando yo lo veo como una prueba más de mi volatilidad.
En la última semana me he estudiado y he prestado atención a mis hábitos de uso de los dispositivos electrónicos que tengo. Mi conclusión es que el iPad es crítico pero el iPhone es prescindible. Mientras que el primero lo uso todo el tiempo cuando estoy en mi casa, para jugar, para mandar correos, chatear, aprender idiomas, ver la previsión del tiempo o incluso controlar mi Apple TV y cuando viajo lo llevo con vídeos y escribo en la bitácora con el teclado blutús, el iPhone permanece en mi dormitorio enganchado al cargador hasta un minuto antes de salir de casa, lo uso para escuchar audiobooks y practicar con el Duolingo en los momentos en los que estoy viajando o de compras y cuando llega al destino lo vuelvo a abandonar. No hago prácticamente llamadas, ya que con el Rubio y el Turco hablo siempre desde la oficina y tampoco estoy enganchado a la mensajería. Conviene recordar que sigo la regla 21 y para conseguir mi número de teléfono, una persona ha de perderlo ya que no me interesa tratar con más gente. Haciendo un inventario de lo que uso tengo que los programas a los que acudo con frecuencia son: iMessage, Güazap, Pathé, WordPress, Duolingo, Buienradar, Yahoo weather y CityMaps2Go. El primero es exclusivo de Apple y lo puedo sustituir con el segundo y para el último tendré que buscar alternativas. El resto está disponible en esa plataforma. Tras comprobar esto, la suerte está echada. Si Apple me quiere de vuelta, ya se pueden currar un iPhone de proporciones humanas.
Entre mis amigos por aquí, cuando se corra la noticia será como una bomba atómica. Todo el mundo da por sentado que yo única y exclusivamente uso productos de la manzana mordida y quizás esto era cierto hasta el iPhone 5s pero no desde que doparon sus teléfonos y renunciaron a un tamaño adecuado. Tampoco he mostrado el más mínimo interés por el iWatch, después de ver que lo tienes que cargar todos los días. La pila de mi Tissot ttouch le dura años y hace todo lo que necesito y mucho más.
-
Represa semiabierta y puente
Ya lo comenté cuando subimos a Inthein. Desde el lago escalamos el río ayudados por un montón de represas abiertas en el medio que nos permiten ir subiendo escalones con la barca. La bajada es por el mismo camino y es básicamente una atracción alocada de parque de atracciones sin seguridad alguna, lanzándote con la barca por los escalones y saltando como cabras locas. En la imagen tenemos como se ven las represas cuando estás bajando y aunque no se note, el escalón es de al menos medio metro de altura. También podemos ver uno de los múltiples puentes sobre el río.
-
La semana pasada en Distorsiones
El relato del viaje a Nápoles y alrededores acabó en Pompeya y Ercolano antes de regresar a casa y relacionado con este viaje vimos Otro tipo de arte romano. La estupidez es más abundante de lo que muchos creen y una prueba palpable la tenemos en La noche de la borregas y el frenesí que le ha entrado a un montón de hembras calenturientas por ver una mierda cuando en Internet tienen muchísima y mejor pornografía disponible de manera gratuita y si lo que les gusta es ver tíos arreando moquetazos a tías en eso que llaman sado-estupidismo, también es fácil de encontrar. En Planes pasados y futuros recupero un poco el espíritu de diario que debe tener este blog y también delineo eventos futuros que parecen estar concretándose.
Seguimos por el lago Inle y durante la semana vimos los Tesoros del Shwe Inn Tain, seguimos viendo unas Estupas antiguas en Shwe Inn Tain y al día siguiente vimos unas Estupas nuevas en Shwe Inn Tain y la última imagen de este complejo tan curioso fue una general de Shwe Inn Tain y acabamos la semana con una vista del lago Inle visto desde Inthein. Creo que me quedan fotos para un par de semanas más como máximo y después saltaremos a algún lugar de Europa, aún sin determinar. O vamos a una nueva ciudad o añado algunas fotos en ciudades en las que he estado varias veces. Hasta el final del verano o así no regresaremos a Asia para recorrer Vietnam.
Acompañando a las fotos del lago vimos una imagen de la piscina principal en el Complejo de aguas termales Hu-Pin, lugar que cuando visité era el único cliente.
Durante la semana pasada me las apañé para ir a ver ocho películas al Cine con lo que he podido recuperar un poco el ritmo tras el dramático arranque del año. Aprovechando que mi despensa está bien surtida, comenté cuatro películas. Comenzamos con la fantástica Big Hero 6, seguimos con la mierda de Cincuenta sombras de Grey – Fifty Shades of Grey, nos recuperamos con la amena y muy bien realizada Paddington y acabamos con la pasable Bob Esponja: Un héroe fuera del agua – The SpongeBob Movie: Sponge Out of Water.
Como siempre, mencionar que pongo otro tipo de fotos en Comida en fotos y el resumen del papeo producido en mi casa durante la semana:
Y así transcurrió la semana pasada …