Cada visita al Keukenhof es única. No solo las flores cambian y lo que hoy luce precioso mañana puede que esté ajado sino que todo el parque recibe cada año un montón de esculturas que lo adornan y que en muchos casos se pueden comprar. Hay años que son más horribles que otras en en el 2003 les dio por la madera y en uno de los rincones del Keukenhof plantaron a este chamo (o esta chama) que parece descansar en la hierba. La foto la hice en abril del año 2003 y dudo mucho que la estatua siga en este estado ya que la lluvia debe haberse trabajado la madera hasta hacer que se pudra. La foto la vimos por primera vez en junio del año 2005 en la anotación Hombre de madera y hoy le damos la bienvenida al Club de las 500.
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Verliefd op Ibiza
El primer gran título holandés para este año es una comedia romántica sin grandes pretensiones que cuando ves el trailer parece más bien un comercial turístico de la isla de Ibiza y en el que se resalta lo guay que es el lugar para bailar, beber, comer y follar, aunque como todo en esta vida, el orden lo podéis ajustar según vuestras preferencias. En su semana de estreno los cines estaban petadísimos de gente joven ávida de ver las chochas famosas de este país ligeras de ropa y los pibes guaperas luciendo abdominales de ciencia ficción de la buena. La película se llama Verliefd op Ibiza que yo traduciría al español en el improbable caso de que esta película se estrene en el país como Enamorado de Ibiza pero seguro que los distribuidores optarían por un título más lúdico y ajustado al original como Me rasco el potorro porque me pica en Ibiza.
Un montón de julays se van pa’ Ibiza a follá
Esta es una de esas películas con una purriada de pequeñas historias que van convergiendo en el gran final y que por supuesto tratan sobre el amor (o más bien el sexo). Un montón de holandeses van a Ibiza o viven en Ibiza y allí se conocen y se enamoran y se pelean y se arrejuntan entre ellos siempre bajo el sol veraniego del lugar, el alcohol que no deja de fluir de cualquier grifo que haya en el lugar y siempre rodeados de cuerpos bellos y hermosos ya que todos sabemos que en Ibiza las feas no son bienvenidas. Una de esas historias es la de un supuesto futbolista que firma por el Barca y que tiene una novia que supera cualquier nivel concebible de estupidez y convierte a Paris Hilton en una intelectual. El chaval planea casarse con ella porque es guapa y tal y tal pero conoce a una regordeta con tres neuronas y le deslumbra la capacidad intelectual de la chica, de la que se dijo que una vez leyó un libro. Otra historia es la de una post-menopaúsica que está de vacaciones con una amiga y que se enrolla con un chamo de veintisiete años al que le dan ascos las de su edad y que prefiere comer almejas Gran Reserva. La amiga de esa chama acaba con un rockero más viejo que Sara Montiel. Y así, unas cuantas historias más.
Tenemos una historia simple en la que se busca la forma de quitarle la ropa a la gente a las primeras de cambio, con música actual, mucho DJ y similares y en la que lo más fascinante es que en dos horas, sólo hay una escena en la que un neerlandés se cruza con alguien nativo que dice una frase en español y tuvieron tanto acierto que eligieron a un argentino, ya que definitivamente su español no era de la península o de las islas Baleares o Canarias. Aparte de este desparpajo para tropezarte con gente que habla holandés, la película es un vehículo insubstancial de entretenimiento y no aspira a más nada. En el cine hubo gemidos de burras pariendo entre las hembras cuando se ve el culo de uno de los protagonistas que al parecer es muy famoso en la tele y al que por supuesto yo no conocía porque no veo la caja tonta. Mi única pega es que me pareció demasiado larga, la estiraron demasiado y no se puede sacar de donde no hay con lo que muchas escenas parecen de relleno. Si la hubiesen aligerado en media hora, estaríamos ante una buenísima comedia romántica. Por desgracia no es así.
No hay que preocuparse, esto no llegará a los cines españoles y ni intelectuales de GafaPasta ni Orcos del Clan tendrán que verla.
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Scheepvaart en Transport College en el club de las 500
La ciudad de Rotterdam es la menos holandesa de todas las que hay en el país y la razón está en que su estilo arquitectónico no cuaja con el resto. Allí en donde tenemos preciosas casas pequeñas junto a los canales con esas inclinaciones estrambóticas, aquí nos encontramos con exóticos edificios de diseño como el Scheepvaart en Transport College que vimos por primera vez en diciembre del año 2007, hace más de cinco años. Ha pasado el tiempo y hoy le damos la bienvenida al Club de las 500.
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Basilica di San Clemente al Laterano
El primer lugar que visité en Roma fue la Basílica de San Clemente de Letrán. Me lo sugirieron en la pensión en la que me hospedaba y fue todo un acierto. Es una basílica que está cerca del Coliseo pero de alguna manera, fuera de la ruta turística. Lo especial y asombroso es que en realidad son tres edificios en uno y un viaje de más de mil quinientos años por la historia de la ciudad de Roma. Al entrar tenemos una preciosa basílica, un edificio del siglo XII (equis-palito-palito) que llevan los dominicos irlandeses. El edificio tiene unos techos fascinantes y unos frescos de vértigo y un mosaico de agárrate y no te menees. Todo eso en la parte gratuita. Pagando cinco leuros se accede a las excavaciones del edificio y tras descender un nivel, llegamos a la primera basílica a la cual corresponde la foto de hoy y que descubrieron en unas excavaciones en 1860 y la cual se cree que es de finales del siglo IV (palito-uve). En la misma se eligió en 1099 al cardenal Rainerius de San Clemente como papa Pascual II. Ahí no acaba la cosa ya que si descendemos un segundo nivel llegamos a unos edificios romanos y un templo pagano. Realmente es todo un descubrimiento y una visita obligada en la ciudad de Roma, sobre todo por la fascinante historia y la forma en la que allí siempre han construido sobre lo viejo.