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Un paseo audiovisual por Lisboa
Iba a comenzar diciendo Yo con la edad pero recién me acuerdo que padezco el síndrome de Peter Pan y me quedé estancado en cierto número y ahora en lugar de incrementar los años, cambio mi año de nacimiento cada año para ajustarlo a la edad fija que tengo. Una vez se me ha chafado el comienzo diré que conforme nos adentramos en el siglo XXI (equis-equis-palito) soy cada vez más renacentista, más multimedia y salto del texto escrito al lenguaje fotográfico, me lanzo a grabar un sermón radiado y de cuando en cuando tenemos hasta vídeos. Hasta ahora hemos visto las fotos que voy poniendo durante semanas interminables en esa dosis diaria y al final de todo las agrupo en un álbum de fotos para que sea más fácil encontrarlas. Hoy doy una nueva vuelta de cuerda a mi desparpajo mediático y presento un pequeño vídeo con las fotos que seleccioné originalmente de las que hice en Lisboa. Aquellos dotados de entendimiento y memoria a largo plazo notarán enseguida que en el vídeo aparecen más fotos. La razón es que cuando hice la selección tenía una cantidad mucho mayor y después tuve que ir sacrificando muchísimas para evitar repetirme y no extender la serie fotográfica durante toda una vida. En este pequeño tributo a Lisboa las podemos ver todas saltando de una a otra con muy poco tiempo de por medio y al ritmo de la canción Trebles Finals: Magic cantada a capella por The Treblemakers en la película Dando la nota ? Pitch Perfect. Que nadie se espere un vídeo larguísimo, son solo ochenta y tres segundos en los que veremos las fotos conocidas y muchas otras. En un futuro es posible que incluya este vídeo como parte de cada álbum pero por ahora lo dejo aislado y contenido en su propia anotación. Como con casi todo en mi vida informática, mil millones de gracias a la compañía de la manzana mordida por dotar sus equipos con un software fabuloso que te permite hacer estas boberías en un rato tonto y casi sin esfuerzo. Sin ellos nada de esto sería posible.
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Estação de Caminhos de Ferro do Rossio de noche
Acabamos el paseo por Lisboa regresando a ver el edificio que más me gustó en esa ciudad y que es tan hermoso de día como de noche. Lo vimos en la anotación Estação de Caminhos de Ferro do Rossio y ahora lo vemos de nuevo luciendo igual de precioso. Aunque aproveché muy bien los dos días que estuve en Lisboa volveré para ver algunas cosas con más calma y visitar lugares cercanos a la ciudad que parecen prometer bastante, eso por no contar las obligatorias paradas en Belém para eso que todos sabemos.
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Caos y muy poco orden
Ayer por la tarde volvía a casa escuchando el El Porcas de Distorsiones 01. Buscaba una buena razón para borrarlo, eliminar la anotación y pasar página ya que siempre tengo la extraña sensación de estar bordeando los límites permisibles y estoy convencido que algún día me pasaré de rosca. No encontré ninguna razón lógica para quitarlo pero al escucharme desbarrando (y era la tercera o cuarta vez que lo oía) llegué al punto en el que hablaba sobre la maldad de los rusos y como yo los he visto en Málaga y me echaba a reír en el tren. Me recordó esa frase de la película American Beauty que dice: Es genial comprobar que todavía tienes la capacidad de sorprenderte a ti mismo. Mira que cuando me senté a hablar sobre la película pensaba que lo tenía todo claro y bien claro y haría algo simple y directo sin demasiadas boberías pero una y otra vez me demuestro que me puedo superar. No lo vi venir. Estaba elaborando la bobería de turno y medio segundo antes de decirlo en algún lugar de mi cabeza salió a la superficie algo que es imposible que no se macerara durante al menos unos minutos. Esto también me recordó que no hace ni dos semanas me preguntaba si ¿Será magia?
Toda la gente que conozco parece moverse con unos objetivos claramente definidos: buscan el éxito laboral y trabajan como locos o no quieren estar solos y se casan aunque su media naranja sea más bien media lima o un día se te acercan y te dicen que quieren tener descendencia como si se hubiera disparado una alarma en su interior o simplemente se regodean sufriendo y viendo el lado negativo de las cosas. Yo no encajo muy bien en todo esto y cuánto más tiempo pasa, menos me conozco. No sé por qué mi objetivo parece ser el descubrir si es cierto que mi estúpida imaginación no tiene límites. Bueno, eso y procurar pasármelo bien en el proceso.
Ya se me recalentaron las neuronas con cosas de tanta profundidad … que se le va a hacer. Bueno, al llegar a mi casa me puse a cocinar como loco preparando parte de la cena de hoy ya que mi amiga la Chinita regresaba a mi casa tras más de dos meses de exilio involuntario por culpa de nuestras agendas, ya que los días que yo tengo libres ella tiene sus clases y los días que ella puede yo tengo las mías. Hemos tenido que encajar la cena en la semana de vacaciones de invierno. Como la colega come como un sabañón la pienso encochinar con una Sopa de castañas de primero (gracias a las castañas peladas y cocidas del Merkamamona que me traje de Españislavia en navidades), una receta de pasta puttanesca (sin segundas intenciones) que quiero probar y para la que también haré pasta fresca y finalmente, una nueva iteración de los Pastéis de nata en la que probaré algo nuevo ya que pillé mi viejo molde metálico de magdalenas y después de una hora y pico y las manos medio desolladas conseguí separar los moldes y convertirlos en individuales. Le había propuesto a la Chinita hacer una Pavlova de postre o un MEGA-suspiro coronado con frutas del bosque pero al parecer y según ella, tiene mucho azúcar. Esa no sabe que la cantidad de azúcar que hay por pastéis de nata es de al menos veinte gramos y como seguro que se come al menos dos, se va a poner melosa que no veas.
O sea, como si dijéramos, que soy un bicho raro, altamente impredecible y seguramente que puede saltar por donde menos te lo esperas (y me lo espero). Ahora que lo pienso, es que siempre estoy hablando de lo mismo y me repito más que unas gambas al ajillo y esto no es más que una nueva iteración de lo del Uno u otro camino de hace una luna. A ver que excusa se me ocurre la próxima vez que el Rubio me diga que tengo que sentar cabeza que a mí siempre me ha sonado como que alguien te quiere plantar el culo encima y aplastarte con gran maldad y alevosía …