Aparte de las plantaciones de té, el otro lugar que merece la pena visitar en Cameron Highlands es el templo budista de Sam Poh, el cuarto más grande de Malasia y construido en los años setenta. He elegido tres imágenes tomadas en ese templo y en ninguna de ellas se verá el edificio, casualidades de la vida, como el hecho que pasamos por allí justo el día antes de la mayor fiesta budista del año y había un montón de gente enfrascada en los preparativos para que el día siguiente los miles de visitantes tuvieran una buena experiencia. Como siempre al entrar en un templo budista, choca un poco ver las esvásticas, las cuales nosotros asociamos con cierta chusma que populó por Europa pero que en realidad es un símbolo usado desde muchos siglos antes por los budistas.
-
La visita al Photokina 2010
Vamos a comenzar con lo de siempre. Qué desgracia más grande que tiene el ser asocial. Qué más quisiera yo que ser como todos los comemierdas esos que tienen Caraculolibro y se pasan el día en casa actualizando su perfil y contactando con sus quinientos más-mejores-amigos. Pero claro, como yo he venido a este mundo a sufrir y no quiero tener más que un puñado de gente que realmente me conoce, acaban embarcándome en todo tipo de aventuras en el mundo real y hoy me tocaba sacrificarme y tomarme un día de vacaciones (sí, otro de los cuarenta y pico que tengo este año) para ir con mi amigo el Moreno a la última edición del PHOTOKINA, la mayor feria fotográfica del universo y un evento que se celebra cada dos años en la ciudad alemana de Colonia. Así, mientras todos los que no son mis amigos dormían y soñaban con incrementar sus redes sociales y superar los mil contactos para conseguir el título de puta-rastrera social yo me levantaba a las seis de la mañana en mi día de vacaciones y después de despachar los asuntos más trascendentales en el Trono, desayunaba un delicioso bollo suizo casero y me iba en bicicleta a la estación de Utrecht. Allí me encontré con mi amigo y en el primer tren de la mañana nos íbamos hacia Colonia.
En esta edición se celebran los veinte años de feria y llega a sus dos décadas en plena explosión del hobby fotográfico. Nunca en la historia el acceso a la fotografía fue tan sencillo y económico. Desde prácticamente nada hasta una fortuna, hay algo para todos. A propósito, comentar que he incrementado el tamaño de las fotos en flickr en un asombroso sesenta por ciento y si hacéis clic en ellas las podréis ver en un tamaño mayor. Este nuevo tamaño lo compartirán todas las fotos que vaya poniendo a partir de ahora.
Nosotros HABLAMOS el lenguaje de las IMÁGENES ya que de siempre hemos sido y seremos CANONISTAS, una religión muy agradecida. Nuestra primera parada fue en el siempre abarrotado pabellón de CANON, indudablemente la mejor compañía fotográfica del mundo mundial. Allí babeamos con los prototipos de sus nuevos objetivos, sobamos la nueva 60D que no me pienso comprar y asistimos a una presentación de Jonathan & Angela Scott.
Asumo que todos estamos en el mismo nivel subintelectual y hemos visto los documentales de este matrimonio y las increíbles fotos que han hecho a lo largo de las últimas décadas. Es un honor y un privilegio el recibir los trucos y consejos de una gente que hace fotos tan asombrosas que asumes directamente que han sido manipuladas. Por descontado, ellos solo trabajan con el mejor de los equipos y por eso usan Canon.
Después hicimos el paseo de rigor por todos los pabellones e incluso compramos algunas cosillas. Por todos lados ponen a modelos para vender los productos y que la gente les haga fotos e incluso es probable que un fotógrafo profesional te de algún consejo. Ir a esta feria es una experiencia que no se puede definir, hay que vivirla. Te cruzas con leyendas vivas de la fotografía y puedes jugar y tocar lo último en tecnología, cosas que ni siquiera han llegado al mercado. En un puesto de chinos me compré un difusor para mi flash por dos eurolos. Flipé en colores, en las tiendas de fotografía te sablean por esa misma pieza de plástico.
En muchos lugares nos paramos a hablar con los comerciales y nos explicaban todo lo que queríamos saber además de inundarnos a catálogos que seguramente acabaré botando a la basura. Pude tocar y manejar el trípode Benro que me quiero comprar y que pediré a través de Internet y también vi el juego de luces strobist que me temo estará en mi casa antes del sábado.
En el puesto de Lensbaby me dejaron jugar con sus objetivos y me lo pasé muy bien pero al final sigo pensando que no son más que un juguete, curioso y puede que interesante para un par de fotos pero no algo que quiera tener en mi equipo porque no lo usaría con frecuencia y creo que puedo conseguir el mismo efecto con los programas de edición fotográficos. La foto anterior la hice con un objetivo lensbaby al que acoplamos un ojo de pez.
Al final como siempre acabamos yendo a los lugares en los que exponían la carnaza, con unos putorros del copón que permanecen estoicas durante horas enseñando la chicha para que todos los viciosillos que no gustan de las redes sociales nos podamos hartar a hacerles fotos. Es también el lugar en el que más de uno sale agarrotado. Justo al lado mío estaba la que debería haber sido mi foto de la visita al Photokina de este año y que me perdí: uno de los empleados encargados de la limpieza del recinto ferial, un señor con pinta de turco y más de sesenta años, se paró a mirar la chocha del miércoles esa y literalmente babeaba de felicidad viéndole las tetas y seguramente comparándolas con la imagen mental que tiene de las de su parienta la Orca, la cual no las muestra desde que los Beatles se separaron.
Mi zorrón favorito fue otra, la de esta foto, aunque estaba algo escasa de culo pero se le perdona porque de resto estaba perfectamente equipada. Esta sola congregó más gente que el resto, era la sensación de la feria.
Cuando acabamos nuestra visita, cruzamos el puente sobre el río Rín andando (aunque con la entrada va incluído un pase para TODO el transporte público de la ciudad de Colonia) y después de visitar las tiendas fotográficas del centro de la ciudad, entramos al mismo restaurante al que fuimos un par de años antes, nos dimos un homenaje a comida alemana (nada de dieta metrosexual mediterránea) y nos pusimos tibios a cerveza local antes de regresar a la estación y tomar el tren que nos devolvió a la ciudad de Utrecht, a la cual llegamos a las nueve y media de la noche, 14 horas después de partir.
Ha sido un día increíble en el que te sientes como un niño con juguetes nuevos y te diviertes con todo. En el año 2012 también estaremos allí.
-
Mariposa oficial de Malasia
Cualquiera con un poquito de cultura sabe a ciencia cierta que la mariposa oficial de Malasia es la Trogonoptera brookiana, algo tan obvio que no debería ni comentarlo. El concepto de tener una mariposa oficial para el país ya me parece asombroso pero bueno, en cada casa que cada uno haga lo que quiere. La mariposa es negra con unas franjas preciosas en un verde eléctrico. Vi alguna en libertad pero resultaba imposible hacerles fotos y cuando visité una casa de mariposas en Cameron Highlands pude por fin capturar el retrato de una de ellas.
-
Llevando el cofre en la bici
Una de las fotos que hice en Copenhague y que se me habían pasado es la de este hombre llevando un remolque con un cofre en su bicicleta. En Copenhague la gente usa los cascos, algo que en Holanda te marca irremediablemente como extranjero (o más bien americano) ya que nadie los usa y no son obligatorios por ley.
En el Álbum de fotos de bicicletas encontrarás un montón de bicis que he ido fotografiando a lo largo de los años