El teatro Real se construyó en el siglo XIX (10+1+10-2 para aquellos que fracasaron en el intento de adquirir una poca cultura y han terminado enviando esemeses escasos de letras y abundantes en faltas) y está muy cerca del Nyhavn.
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Fantástico Sr. Fox – Fantastic Mr. Fox
¿Quién no ha leído un montón de libros de Roald Dahl cuando era un tierno cachorro? Por Dios, no respondáis si no lo habéis hecho, esta es una pregunta retórica ya que prefiero pensar que no fui un bicho raro que arrasó la biblioteca de su colegio buscando esas preciosas joyas literarias y devorándolas. Ya de adulto regresé a muchas de ellas en la forma de audiolibros, un formato que enaltece la obra de este maestro de la literatura para jóvenes de espíritu y corazón. Cuando me enteré que habían adaptado Fantastic Mr. Fox se me iluminaron los ojos y hoy hablaremos un poco de la película que se ha estrenado en España con el título de Fantástico Sr. Fox hace cosa de una semana.
Un zorro julay le toca los güevos a los vecinos y la pipa del potorro a la parienta y por su culpa todo irá de mal en peor
El señor Fox renunció por amor a una vida de pillaje y robo y se hizo un zorro hecho y derecho que lucha para sacar adelante a su familia. En un punto determinado vuelve a las pillerías y se dedica a robar a tres granjeros a los que no les sienta muy bien y que optan por atacar al señor Fox y a su familia y en esa guerra descubrirá que son muchos los que le quieren y que el está dispuesto a dar la vida por ellos.
Lo primero es comentar que la pelicula no es de animación por ordenador sino que usaron la técnica del stop-motion en el que se fotografía cada fotograma cambiando milimétricamente los elementos de la escena para ir creando la sensación de movimiento. En la era de los efectos apabullantes esta forma más artesanal queda un poco deslucida y en ocasiones puede resultar algo burda. Aún así, los diálogos son excepcionalmente buenos y compensan por todo lo demás. Hay chispa entre los protagonistas y la trama se desarrolla vertiginosamente durante los escasos 89 minutos que dura la película. No creo que sea particularmente apta para niños pequeños pero los adultos la disfrutarán como enanos. Si la veis en versión original disfrutaréis con las voces de Nuestra Señora Meryl Streep y del panoli de George Clooney entre otros.
La película es una pequeña joya, una obra deliciosa con la que nos lo pasaremos muy bien y que como sucede siempre en las obras de Roald Dahl, tiene moraleja. No es muy apta para descerebrados y aquellos a los que la saga de Bourne y la del señor de los Julandrillos atrofió completamente pero para el resto y particularmente para los intelectuales cejijuntos, esta es una que no hay que dejar de ver.
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Bollos Suizos o Cristinas
Desde que pasé por Santiago de Compostela tenía clarísimo que quería aprender a preparar Cristinas (o bollos suizos) y de hecho he estado unas semanas dale que te pego ajustando la receta. Aún no estoy del todo satisfecho pero la iré retocando y afinando según pase el tiempo.
Mi relación con estos dulces viene de hace mucho tiempo, de cuando era pequeño y mis padres me llevaban de vacaciones a Santiago de Compostela. Siempre íbamos a la pastelería Mora y yo me ponía ciego. Según pasó el tiempo llegué a llevarme bandejas con 30 Cristinas que congelaba y me iba comiendo poco a poco. En realidad el preparar los bollos suizos no es muy complicado, el problema es que hay que mezclar muy bien y el tiempo que toma. Para ello, la amasadora me ha venido de perlas. Con las cantidades de esta receta salen unos nueve bollos suizos y se pueden congelar perfectamente.
Los ingredientes: 100ml de leche, 100 gramos de azúcar, 60 gramos de mantequilla, 2 huevos, 375 gramos de harina, 1 sobre de levadura (que no sea de la química), un poco de sal y para adornar 1 huevo, azúcar y si se quiere agua de azahar.
La implementación:
Se pone en un bol la leche, el azúcar y la mantequilla y comenzamos a batir con unas varillas. Añadimos la levadura y los dos huevos y seguimos batiendo hasta que la masa no tenga grumos. Se echa la harina poco a poco y la sal y se sigue batiendo. Después de unos minutos dejamos reposar la masa hasta que doble su tamaño (más o menos una hora).
La masa estará muy pegajosa así que os ponéis un poco de harina en las manos y la troceáis, yo los hago de unos 60 gramos cada uno. Se engrasa la bandeja del horno y vamos depositando cada bola que hagamos en la misma. Lo volvemos a dejar reposar unas dos horas para que doble su tamaño.
Se enciende el horno y se pone a calentar a 200º. Después de ese tiempo se bate el huevo restante y en otro cacharro ponemos tres cucharadas de azúcar y unas gotas de agua (o el agua de azahar si es eso lo que estáis usando). No pongáis mucho porque el azúcar ha de quedar como pegotes.
Se hace un corte con una cuchilla por encima de cada bollo, los pintamos con huevo batido y en el corte le ponemos un poco del azúcar con agua.
Se pone la bandeja en el horno y lo dejamos doce minutos.
Después de hornearlos los sacáis y los dejáis enfriar. Están deliciosos.
Si quieres ver otras recetas que he cocinado puedes ir al índice de Mi pequeño libro de recetas de cocina y allí tienes la lista completa