![]() Cuando visitas Amsterdam y quieres hacer una excursión a algún lugar típico, Volendam y Marken son la alternativa más sencilla porque no están muy lejos y son dos lugares preciosos. En Volendam y Marken, pueblos típicos tienes mis sugerencias para organizar una visita a esos lugares. Si quieres encontrar abundante información sobre los Países Bajos y particularmente de Amsterdam y alrededores, te sugiero que comiences por Visitar Holanda. |
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Álbum de fotos de Volendam y Marken
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Tarzán
Ya sé que aquí se la da todo el mundo de machito y el que más o el que menos se considera poco menos que un intelectual que hasta lee la letra pequeña de los paquetes de rollos de papel higiénico. El único cacho de carne con ojos que tenemos a la vista soy yo. Me la trae al fresco no saberme la vida de todos los artistillas que hay en la wikipedia, me la suda no tener cuenta en last.fm ni preocuparme en descargar cien mil canciones para estar al día y por no hacer, ni siquiera leo libros porque prefiero escuchar audiobooks mientras pedaleo, voy sentado en el metro, vuelo o estoy tirado en la playa. Sin embargo, pese a todas esas carencias, visito museos continuamente, puedo presumir de haber visto obras maestras en el lugar en que se exponen, he caminado por lugares que están en nuestra memoria colectiva y teniendo en cuenta estas graves limitaciones, tengo un espíritu bastante abierto y que se presta a todo. Como parte de mi inculta formación, crecí viendo en el cine todos los musicales de Walt Disney. Todos y no me avergüenzo de ello. Cuando estuve en los Estados Unidos en el año 2006 quise ir a ver el musical de Tarzan pero no conseguí entrada. Me quedé rascado porque de todas esas películas con números musicales, Tarzan es mi favorita.
Cuando volví a Nueva York esta primavera ya lo habían retirado de cartelera. El musical no funcionó. Sin embargo, en Holanda se estrenó un año más tarde, lo modificaron, añadieron cosas, suprimieron otras y se logró lo impensable, una obra infinitamente superior a la original, con mejores números y con un gancho que hasta ahora ha arrastrado a más de medio millón de personas y lo ha convertido en el musical de más éxito de todos los que se han estrenado en los Países Bajos.
Gracias a una promoción conseguí entradas para ir a verlo y ayer fui con una amiga. Llovía sin parar cuando nos acercamos a Scheveningen, una playa preciosa junto a la Haya en la que se encuentra el Fortis Circustheater. Cenamos por allí y a las siete temblábamos de emoción esperando ansiosos que se apagasen las luces y comenzara el espectáculo. Muchos se sorprendieron cuando les dije que iba a ir al musical porque es en holandés y supuestamente no me entero ni de la mitad de la misa. Lo que ellos no saben es que hay algo mágico y poderoso en las cosas bien hechas y uno no necesita comprenderlo todo para disfrutarlas. Me quedé totalmente paralizado desde la primera nota y reaccioné a la música y a la historia como se esperaba, no tuve ningún problema en seguir el relato y me reí a carcajadas en los momentos cómicos, aplaudí a rabiar todos y cada uno de los números y en mi canción favorita de esa película y musical se me puso todo el vello de punta y lloré porque superó mil millones de veces todas mis expectativas. Por supuesto esa canción es En mi corazón vivirás, también conocida por You’ll Be in My Heart o Jij Woont in mijn hart.
Me sorprendió el respetuoso silencio de los holandeses al acabar. Aplauden a rabiar pero no silban, no gritan como los americanos y sin embargo sientes que allí todo el mundo está encantado. Salí del teatro cantando las canciones en holandés, en español y en inglés y hoy he tenido en mi iPod la banda sonora de la película repitiéndose continuamente.
Si por mí fuera, iría todas las semanas a ver este musical. Es sencillamente perfecto. Os dejo con el trailer con el que lo anunciaban:
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Marken
La última imagen de esta serie es esta bucólica postal con algunas casas de Marken, elevadas para protegerlas de las inundaciones y un cielo precioso.
En Zaanse Schans o Volendam y Marken tienes mis sugerencias para organizar una visita a esos lugares. Si quieres encontrar abundante información sobre los Países Bajos y particularmente de Amsterdam y alrededores, te sugiero que comiences por la Guía para el turismo en Amsterdam y Holanda y en el Álbum de fotos de Volendam y Marken puedes ver todas las fotos.
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El precio de la belleza
Una fina lluvia caía sobre el césped. El intenso verde de la hierba resaltaba con el agua que lo empapaba. Extrañamente, en el cielo se podía ver un precioso sol y un arco iris que abría una puerta hacia algún lugar desconocido.
Dejó las herramientas en la caseta y se acercó a mirar las hortensias. Acarició con cariño una de las flores y quitó las hojas secas. Las plantas respondían a sus cuidados dando lo mejor de ellas mismas, iluminando su jardín con su belleza.
Siguió caminando y llegó al final del mismo, a un lugar en el que no crecía nada, un rectángulo de tierra húmeda y revuelta. Se le torció el gesto e hizo como si no lo miraba. Esa era la única aberración de su hermoso mundo, un lugar que necesitaba pero en el que no quería pensar. Estaba allí porque incluso en el más perfecto de los universos existe el mal y aquí, en este rincón dedicado a exaltar y elogiar la belleza, el mal lo encarnaban sus vecinos. Ninguno de ellos parecía comprenderlo, todos lo saludaban y pensaban que no se daba cuenta de sus miradas, silenciosos reproches porque sabían que él estaba detrás de todo.
Sonrió. El bien siempre triunfa, igual que en las películas. ?l los había advertido, les dio suficientes oportunidades para que lo arreglaran pero ellos no querían comprender. Al final pasó lo que pasó y nadie lo podía culpar por ello. Si uno deja una puerta abierta es porque quiere que curioseen en el interior o porque desea que algo que posee y quiere con vehemencia escape. Y así sucedía. Salían de las casas y algún imán los mandaba directos a su jardín, su posesión más preciada y arañaban, destrozaban y deshacían su precioso trabajo.
Llegaban incluso más lejos porque esos malditos gatos soltaban sus excrementos entre sus rosas, junto a sus hortensias o sobre el césped. No les importaba que fuera una propiedad privada y parecían ignorar el cartel que prohibía la entrada. ?l no dejaba la puerta abierta y el muro de casi dos metros debería servir de advertencia.
Así que pasó al contraataque. Primero vino el alambre electrificado rodeando su perímetro. No sirvió de mucho, los gatos siguieron entrando, saltando sobre la trampa. Ese fue el último aviso que dio. Si querían guerra, la iban a tener. Compró el veneno y con el mismo impregnó el cebo. Era como pescar, pero en casa. Lo dejó en un rincón que sabía que frecuentaban y un día más tarde allí estaba una de esas bestias malditas, tirada sobre la hierba, inmóvil, con un poco de espuma saliendo de su boca.
Abrió la zanja al final del jardín y lo enterró allí. Dejó pasar unos días. No podía evitar sonreír al ver los carteles pegados en las farolas en los que el descuidado dueño solicitaba ayuda para encontrar a su gato. ?l sabía que nunca lo harían.
El segundo en caer fue una semana más tarde. Una bestia enorme y peluda que a veces, cuando la descubría en el jardín, se enfrentaba con él. Lo enterró en la misma zanja. En las farolas ambos gatos compartían protagonismo. Por este hasta ofrecían recompensa. Los otros dueños intuyeron que algo iba mal y por unos días no dejaban salir a sus animales de casa. Por desgracia la gente siempre olvida. ?l no quería hacerlo pero no iba a permitir que estropearan su jardín. Hubo un tercero, un cuarto, un quinto y un sexto. Después llegó la calma. No quedaban gatos en aquella calle y él no los echaría de menos.
Por eso los vecinos lo miraban. Conocían su odio por los gatos e intuían que él los había eliminado. Ninguno de ellos se atrevió a preguntarle. Mejor así. Pronto llegaría el otoño y empezaría a preparar el jardín para el invierno.