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  • Planta 33 – capítulo duodécimo

    29 de junio de 2007

    Cuesta creerlo pero a este capítulo le preceden otros once y puesto que es un relato, no creo que sea muy buena idea el leerlo sin saber lo que sucedió anteriormente. Piensa que esto es como una madeja de hilo y por suerte solo tienes que tirar de Planta 33 – Capítulo primero para llegar al comienzo y al final de cada capítulo encontrarás el enlace al siguiente.

    Después de comerse el helado se volvieron a poner en marcha. El cuerpo les pedía a gritos quedarse allí sentadas disfrutando al calorcito del local pero para eso no habían venido de visita a Roma. se abrigaron y volvieron a la calle. Cruzaron antiguos callejones y pese a que algún observador pudiera pensar que iban sin rumbo fijo, tenían muy claro cual era su objetivo. Al llegar al río Tíber lo bordearon y afrontaron con ganas el puente del Castillo de San Ángel. En la actualidad es un puente peatonal y algunos turistas se hacían las típicas fotos con la vista al fondo del castillo o del Vaticano. Se detuvieron y le pidieron a una pareja si les podía hacer una foto a ellas dos. Se abrazaron dejando a un lado el Vaticano, la plaza de San Pedro. La luz del día empezaba a perder intensidad pero aún no había problemas y la lluvia se había detenido. Recogieron su cámara y miraron la foto. Era perfecta. Siguieron el paseo y se asombraron con la majestuosidad del castillo, un edificio de forma extraña a la vera del río y que parecía unido al Vaticano por una muralla. En el pasado había sido residencia de Papas y lugar de defensa y aunque en la actualidad era uno de los museos nacionales, la muralla seguía allí para recordarnos su historia.

    La avenida estaba flanqueada por hindúes que vendían trípodes a los turistas y que desplegaban sus cosas sobre una manta probablemente para poder salir corriendo más rápidamente si veían a la policía, ya que ellos debían pertenecer a las mafias que controlan este tipo de negocios. Un poco más adelante se pararon a contemplar la gloriosa vista de la entrada al Vaticano con esa soberbia columnata de Bernini. Aunque ya comenzaba a ser tarde la calle estaba bien concurrida. Fueron acercándose procurando sortear los vendedores callejeros que proliferaban por allí como por ningún otro sitio de la ciudad. Aquello ya debía ser territorio de la ciudad del Vaticano y los curas deben ser más condescendientes porque se apiñaban los vendedores en los lados de la acera, prácticamente todos ofreciendo lo mismo y gritándole a las chicas al pasar precios y piropos como forma para reclamar su atención. Ellas se dejaban querer, sonreían y seguían andando. En un momento determinado la Plaza de San Pedro se despliega con todo su encanto y al fondo se ve la Basílica de San Pedro, el corazón del catolicismo, el diminuto estado que al mismo tiempo es la sede de una de las religiones más poderosas del mundo. La plaza es grandiosa, con las dos fuentes a los lados y esas columnas que tocan el cielo. A la derecha podían ver los controles de seguridad y se acercaron. Era tarde y prácticamente no había gente entrando así que fue cosa de unos instantes. Al pasar bajo los arcos de seguridad estos pitaron pero los guardas no las obligaron a quitarse los abrigos, les indicaron que siguieran. Una mujer se quejaba porque no la dejaban pasar con su perro, el cual llevaba un abrigo y miraba indiferente sin saber que todos los problemas eran por su culpa. Como tenían algo de tiempo entraron primero en la basílica. Es un edificio enorme que muestra el poder de la Iglesia y de Dios. Se acercaron a la Piedad de Miguel Ángel y la miraron a través de los cristales que la protegen. Tanta belleza concentrada en una roca que fue moldeada por las manos de un genio. El altar, con su baldaquino fue otro de los puntos en los que se detuvieron a mirar, abobadas y despertó sus recuerdos de misas y otros eventos transmitidos por la tele, con toda la pompa de la curia vaticana y pensaron en la de Papas que habían oficiado misa en aquel lugar. Daba igual el sitio al que miraras, en todos lados había algo que merecía la pena ver. Un montón de curas y monjas las rodeaban, moviéndose de un lado a otro, parándose a persignarse y rezar frente a esta o aquella imagen.

    Bajaron a ver las tumbas de los Papas y les sorprendió lo sencilla que era la de Juan Pablo II, el Papa con el que habían crecido y prácticamente el único que habían conocido. Estaba muy cerca de la tumba de San Pedro, el primer Papa y uno de los doce Apóstoles a los que Jesús envió por el mundo para difundir la buena nueva del Reino del Señor. Una monja rezaba frente a la tumba en silencio. Al salir retrocedieron de vuelta a la entrada y se acercaron a las taquillas para las entradas a la cúpula del Vaticano. Quedaban unos veinte minutos para cerrar y no había nadie haciendo cola. El sacerdote que estaba en ellas les dijo que tendrían que darse prisa y que al cerrar les informarían por megafonía para que bajaran. Les dio entradas para subir por las escaleras pero como no había nadie les dijo que usaran el ascensor. Le agradecieron el gesto. Avanzaron hasta el final de aquel patio y pulsaron el botón del ascensor. Llegó al poco y se subieron. Medio minuto más tarde estaban en la parte superior de la basílica y frente a ellas tenían la espléndida cúpula. El camino estaba bien señalizado y comenzaron la ascensión contando los pasos. Un cartel avisaba que toda aquella zona estaba controlada con cámaras de seguridad y que aquellos que destruyeran o ensuciaran serían expulsados. Justo al lado del cartel había un montón de grafittis de gente que no se daba por aludida. No había más nadie en el lugar y no se escuchaban otras voces. Fueron subiendo los más de trescientos escalones a su ritmo, parándose a coger aire y observando detenidamente el camino. En ocasiones las paredes se curvaban porque estaban andando entre dos cúpulas, pero no se hacía agobiante.

    Al superar los doscientos cincuenta escalones sabían que estaban cerca y pronto fueron doscientos setenta y cinco, trescientos y así, cerca de las cinco de la tarde se asomaron a Roma, la ciudad Eterna, desde lo alto de la Basílica de San Pedro.

    Si quieres seguir leyendo, salta a Planta 33 – capítulo decimotercero

    Technorati Tags: Relatos

  • Tulipán Resumen Semanal

    29 de junio de 2007
    macro rojo fuerte con gotas

    macro rojo fuerte con gotas, originally uploaded by sulaco_rm.

    Desde hace más de un año procuro resumir la actividad de la semana en una anotación que enlaza todo lo aparecido. Esa anotación forma parte de un correo que reciben unas cuarenta personas a través de la lista de distribución de Distorsiones. Esas anotaciones se engloban en el Resumen Semanal y a ellos está dedicado este pedacito de tulipán que muestra una pequeña anomalía en una de esas flores, un toque rojo en un lugar en el que solo debería haber blanco. Este tulipán lo conoceremos como Tulipán Resumen Semanal.

    Si estás pensando visitar Holanda para poder ver estas maravillas, tienes más información en la anotación Guía para el turismo en Amsterdam y Holanda y también puedes ver el Álbum de fotos de tulipanes en el Keukenhof o el Álbum de fotos de Amsterdam

    Technorati Tags: Keukenhof, Tulipanes

  • Un Viaje nocturno a Gran Canaria

    28 de junio de 2007

    No hay dos viajes iguales. Siempre suceden cosas distintas y cada comienzo o final es diferente del anterior. En esta última visita a Gran Canaria solo pude conseguir billetes para horarios intempestivos, saliendo del aeropuerto de Schiphol a las cinco de la mañana, en el primer avión. Como tenía que recoger mi billete en el aeropuerto tres horas antes, sabía que no dormiría nada esa noche ya que soy incapaz de meterme en la cama a las ocho de la noche y esperar dormirme, a menos que me droguen.

    Mi amigo el Rubio lo trató de mitigar invitándome a cenar y a salir desde su casa hacia el aeropuerto. El problema es que al hacerlo tuve que adelantar las horas de stress preparando la maleta y olvidándome algunas cosas. Por eso mismo empecé la maleta desde la noche anterior, poniendo las cosas básicas y acumulando trastos cerca de ella para no olvidarlos. El viernes salí del trabajo a la carrera para ir a mi casa y tener al menos media hora para finiquitar restos. Llegué completamente sudado, me di una ducha rápida e hice tres batidas por la casa buscando las cosas que seguro me iba a olvidar. Después cogí los trastos y fui en guagua a la estación y desde allí en tren a Woerden. Cuando subí al tren comenzó a llover con fuerza y para cuando llegué a Woerden diluviaba. El Rubio me esperaba en el coche y lanzamos el equipaje en su interior antes de salir hacia su casa pitando. Pasamos la tarde entre risas y juegos, con su hija tratando de enseñarme algunas palabras en holandés. Esta semana reciben la visita de unos australianos y me preguntaron por algún sitio a donde llevarlos y estuvimos mirando mis álbumes en flickr. Mientras los revisábamos la mujer del Rubio se fijó en las fotos que tengo de ellos, que son muchísimas. Nos conocemos hace siete años y durante todo este tiempo hemos pasado de todo. Una de las tradiciones es que siempre que nos vemos para emborracharnos nos hacemos algunas fotos y como siempre es con mi cámara ella no las había visto. Ver ese álbum es recorrer parte de nuestra vida fijándonos solo en grandes momentos. Ya que estábamos por la labor añadimos nuevas fotos con los tres juntos. Pasada la medianoche cogí el penúltimo tren para ir a Utrecht y desde allí tomé el tren nocturno que va a Amsterdam y al aeropuerto. Nunca pensé que fuera tan popular. Estaba hasta la bandera entre borrachuzos que iban o volvían de marcha y viajeros que como yo arrastraban sus maletas paa ir al aeropuerto.

    La otra cosa que me llamó la atención de este tren es que en lugar de ir por la ruta directa entre Amsterdam y Utrecht, va por Hilversum (aunque no para allí). Íbamos pasando estaciones que conozco al dedillo, lugares que no significan nada para otras personas pero que están en el libro de mi vida … Utrecht Overvecht, Hollandse Rading, Hilversum Sportpark, Hilversum, Hilversum Noord, Bussum Zuid, Naarden Bussum, Weesp, Diemen, Amsterdam Muiderpoort, Amsterdam Centraal, Amsterdam Sloterdijk y así llegamos al aeropuerto alrededor de las dos de la mañana. Más de la mitad del tren se bajó allí.

    A esa hora el aeropuerto está lleno de vida, con los mostradores de muchas de las compañías que comienzan a abrir para atender a los clientes. Yo tenía que ir al de Neckermann para recoger mi pasaje y pagarlo. La chica que me atendió fue la misma con la que hablé cuatro días antes para hacer la reserva. Deben tener unos horarios de trabajo terrible en esa empresa. Comprando el billete los cuatro últimos días para vuelos charter lo consigo muchísimo más barato. El problema es que si no salen ofertas te quedas en tierra y que en ocasiones lo que tienen no es muy interesante. Esta vez hubo suerte y conseguí billete de nueve días a Gran Canaria por ciento noventa euros incluyéndolo todo. El vuelo de ida era con Martinair y el de vuelta será con Transavia. La joven me quiso explicar todas las boberías que están obligados a decirte y que yo me conozco al dedillo pero terminamos saltándonos esa parte y estuvimos hablando de lugares de mi isla que ella había visitado. Después me acerqué a los mostradores de facturación, solté lastre y crucé los controles de seguridad. Hay una zona a la altura de las puertas «D» en la que han puesto unos sofás y butacas muy cómodas y tomas de corriente para los portátiles así que me compré un café y me tumbé en uno de los sillones a esperar. Las tiendas del aeropuerto ya estaban abriendo y no eran ni las tres de la mañana.

    No quería dormirme y no me apetecía escribir por lo que usando mi teléfono como módem bluetooth aproveché mi conexión a Internet y estuve respondiendo correos, creando otros nuevos y leyendo bitácoras. Cuando tienes un Mac todo el mundo piensa que eres un pobre infeliz que no tiene a su disposición software y no puede hacer nada pero lo cierto es que los Mac simplemente funcionan, hacen todo aquello que quieres sin problemas y casi siempre sin tener que comprar software o hardware adicional. Cerca de donde yo estaba me encontré a otro viajero con un Mac que igual que yo, navegaba por Internet y más allá vimos a un pobrecito con su Windows resignado a ver vídeos y navegar con el teléfono ??

    A las cuatro y media me levanto para ir al avión, miro una pantalla y leo que están en ?ltima Llamada – Cerrando Puerta de embarque. Me dio un golpe de adrenalina y perdí la dignidad corriendo por aquel inmenso aeropuerto hasta llegar sin aliento a la puerta de embarque, en donde una amable señorita me dijo que me había confundido y ese era un vuelo de Transavia con destino Gran Canaria. Me dijo cual era la puerta de embarque del mío y retrocedí sobre mis pasos aún con el susto en el cuerpo. Ya estaban entrando y después de un par de minutos yo también pisaba el avión, un A320 alquilado por Martinair a alguna compañía alemana. Me senté en mi asiento de ventana y me dormí inmediatamente. No sé ni como ni cuando despegamos porque toda esa parte yo estaba en el otro lado viviendo grandes aventuras. Sobre las seis de la mañana servían el desayuno y el olor de la comida me despertó. Agarré la caja que me ofrecieron, me la comí en un tiempo récord y volví a quedarme dormido dos horas más. En mi segundo despertar vi que los que iban a mi lado tenían un bebé de menos de un año y los pobres posiblemente no habían parado en todo el vuelo ya que el chiquillo no dormía. La última hora y media la pasé entre sudokus y los vídeos que ponen en el avión.

    Al llegar a Gran Canaria todos se ponen de pie y se aprestan a recoger su abultado equipaje de mano para ser los primeros en salir del avión como si de esa forma pudieran abandonar antes el aeropuerto. no se dan cuenta que las maletas tardan. Yo fui de los últimos en desembarcar y aún así tuve que esperar quince minutos en las cintas de entrega de equipaje hasta que mi machacado trolley asomó. He de comprarme uno nuevo, el Samsonite que me ha acompañado los últimos siete años está desmembrándose y no creo que sobreviva mucho más. Ya ha perdido la mitad de las cremalleras y tiene abolladuras y rotos por todos lados. Conmigo ha visitado cuatro continentes y se ha hecho unos sesenta mil kilómetros cada año y NUNCA lo han extraviado. Yo creo que lleva la suerte consigo y por eso me cuesta dejarlo porque seguro que el próximo que compre se me pierde en el primer viaje. Este trolley siempre ha sabido coger el avión correcto y llegar conmigo al destino, incluso cuando hemos volado con Iberia, compañía famosa por su descontrol con el equipaje.

    Al reencontrarnos subimos juntos a la terminal de Salidas en donde ya nos estaban esperando y de esta forma arrancó mi viaje a Gran Canaria, un viaje que comenzó a las seis menos cuarto de la tarde y que culminó a las nueve y cuarto de la mañana del día siguiente.

    Technorati Tags: Gran Canaria, viajes

  • Tulipán Otros Mundos

    28 de junio de 2007
    Masa de tulipanes amarillos

    Masa de tulipanes amarillos, originally uploaded by sulaco_rm.

    Un universo tan cerrado como el las bitácoras se alimenta de enlaces que la gente se intercambia sin venir a cuento. Hay algunas bitácoras que tienen unas barras laterales infinitas con cientos de amigos ficticios. Todo sea por subir en cualquier tipo de jerarquía de esas que se crean continuamente para medir quien la tiene más gorda, más grande y más popular (la bitácora, por supuesto). Como hay veces en las que uno acaba hablando de otros, surgió la necesidad de tener una categoría para este tema y se llama Otros Mundos. La idea era bonita pero he terminado usando ese cajón para otras cosas que no vienen a cuento. En cualquier caso, estos tulipanes de un amarillo intenso se conocerán en esta bitácora como Tulipán Otros Mundos.

    Si estás pensando visitar Holanda para poder ver estas maravillas, tienes más información en la anotación Guía para el turismo en Amsterdam y Holanda y también puedes ver el Álbum de fotos de tulipanes en el Keukenhof o el Álbum de fotos de Amsterdam

    Technorati Tags: Keukenhof, Tulipanes

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