He estado guardando un secreto durante toda la semana por el bien de la humanidad y de los catalanes pero no lo puedo callar más. En estos momentos, mientras escribo estas líneas, en algún lugar de Barcelona el Chino busca restaurante para cenar. Ya sé que parece increíble pero es cierto, el Chino está de vacaciones en España acompañado por una banda de chinos. Así que si esta semana paseabas por la ciudad y te extrañó cruzarte con un grupo de cabezudos de ojos rasgados y color amarillo, es más que probable que hayas visto a la leyenda asiática viviente. Y si hoy estabas en el monasterio de Monserrat y escuchaste una conversación que no podías entender porque estaba encriptada, definitivamente los vistes.
Conseguir que el Chino visite España ha sido todo un triunfo diplomático que me tengo que adjudicar. Mi amigo el asiático ha estado en un montón de lugares de Europa pero nunca en España. Se hizo Italia al completo en cinco días, Francia en tres días y medio, Bélgica en una tarde larga de verano y Alemania en cuatro días. Siempre se negó a visitar nuestro país porque no tiene una historia interesante ni monumentos con leyenda y encima la gente no habla inglés y las tías parecen sacadas del pueblo de los Hobbits (Chino dixit y yo se lo refuté porque todo el mundo sabe que los Hobbits son julandrones y en su pueblo no hay hembras).
Después de convencerlo el Chino se encargó del aspecto logístico y para hacer honor a su reputación se montó un viaje de película. Por ahorrarse seis ??uros se fueron en tren hasta Bruselas en donde durmieron en una de las casas nido para chinos ilegales. Al día siguiente volaron con Ryanair a Barcelona por un euro más tasas de aeropuerto. Si se suma el dinero que se gastaron en tren, en comida, en guagua y en tasas al final resulta que no han ahorrado nada pero esa gente es incapaz de comprender el concepto.
Un par de días después que se marcharon le envié un SMS al Chino informándole de malas noticias en el trabajo y de paso aprovechando para saber sobre ellos. Mi mensaje fue tan claro como es habitual con este hombre: Desgracias grandes son. Reverso Tenebroso ganar. Grande Pez dejar empresa y ser futuro incierto. Chino tú mucho cuidar en España y Farruquitos esquivar que peligrosos ser y licencia sin coches conducir.
Esa misma noche me llegó la respuesta de mi amigo: Reverso Tenebroso ganar no poder. Luz en túnel al final haber. España maravilla ser. Comida deliciosa estar. Marisco en todos lados haber y país yo amar. Ciudades de verdad ser con mucho chino y gente gritar. Gran Muralla faltar pero lo demás como en China ser. Farruquito ver no pero gitanos en plaza haber y familia del artista asesino parecer.
En el trabajo el Moreno no se podía creer que al Chino le guste España y me dijo que seguro que es porque la comida de los restaurantes chinos es más barata que aquí porque obviamente Holanda es el mejor país del universo como todos sabemos. Yo asentí pero le recordé que con todo lo bueno e increíble que es este país, en la comida España no tiene parangón. Para verificar el asunto le envié un correo: ¿Comer que tú? ¿China comida?
Esa misma noche me llegó la respuesta: Loco tú estar. Española comida ser maravillosa. Yo amar. Calamares y pulpo comer. Y mejillones, berberechos y almejas. Paella también comer pero mucho arroz tener y preferir substancia de mar. Prima de Farruquito cámara querer robar. Gentuza rumana ser. Chinos rumanos odiar.
Llevé el mensaje a mi trabajo en donde el Moreno seguía sin poderse creer que nuestro querido Chino prefiera España a los Países Bajos. Se montó una teoría de falta de restaurantes chinos que ha forzado a los amarillos a sacrificarse y tener que comer marisco, algo que todos los holandeses saben es malo de necesidad. Yo le eché una mirada de infinito desprecio y no respondí. Le mandé un nuevo correo al Chino: Negra Paella tú probar. Calamar de tinta tener, riquísima estar.
Por supuesto hubo respuesta: Negra Paella no encontrar. Mar de frutos de cesta comer con asado pescado, pulpo, gambas, mejillones y pequeña langosta parecida comer. Mejor comida ser mi vida de. Paraíso estar en España. Mañana Monserrat ir, aún no conocer pero bonito ser porque en España estar.
De nuevo hubo una reunión extraordinaria en la máquina de café en la que informé de las últimas noticias al Moreno que a estas alturas está claro se muere de rabia porque mi país le gana al suyo en algo. Su cara cuando le expliqué el tipo de comida que consumen los chinos en mi país fue todo un poema. Aproveché para mandar un último mensaje al Chino: ¿Disfrutar de Monserrat tú? ¿Más comida buena tener?
Hace unos minutos, mientras escribía esto me llegó la respuesta del asiático: Monserrat paraíso ser en tierra. España lo mejor ser. Hoy Paella comer pero pedir arroz no poner, solo animales de mar muertos. Mañana a Holanda volver. Domingo llamar y todo contar. En Navidades Portugal visitar y año próximo a España volver.
Y esta ha sido la primera experiencia del Chino con nuestro país y parece que promete volver a vivir más aventuras.