Lo que más me gusta del otoño es que es la época en la que vuelve la Bokbier, la mejor de las cervezas. Quien no haya tomado al menos una vez en su vida una de estas, no tiene ni puta idea del grado de perfección que puede alcanzar la cerveza. Son la nobleza de dicha bebida, la alta alcurnia.
Los alemanes tienen su propia cerveza Bock pero es diferente en sabor y fabricación a las holandesas. Las de este país suelen tener 6.5% de alcohol y un cuerpo con un color morado característico. Su sabor es bien fuerte y la diferencia de cualquier otra cerveza. Hay decenas de marcas y el último fin de semana del mes de octubre, en Amsterdam se celebra el Bokbier Festival en el que se pueden probar todas las que se producen en el país.
La Bokbier es una cerveza que sólo está disponible en tiendas entre finales de septiembre y diciembre. Es estacional. Originalmente aparecía en Marzo, pero a lo largo de los años ha ido adelantando su salida y ahora se asocia con el otoño. Me he pasado todo el mes de septiembre yendo a preguntar en las tiendas de venta de alcohol por la Bokbier y siempre me decían que llegaba la semana siguiente. Lo mismo se puede decir del resto del país. Todos esperamos como agua del cielo la llegada de este jugo divino, esta delicia que alegra las noches y que te da un puntillo después de dos o tres.
Tras una tensa espera, una tarde que voy al supermercado veo el cartel indicativo y una multitud dándose codazos para conseguir algunas. Como ya he dicho, hay muchas marcas y mi objetivo para este otoño es probar tantas como pueda. He comenzado por la Bavaria Hooghe Bock y he de decir que aunque no soy un gran fan de esta marca, se han superado con su Bokbier. El sabor está muy templado, con un ligero toque dulce, el color es el adecuado y cuando ya la tienes en la boca te da ese agradable toque tan característico de las Bokbier.
Si tenéis pensado venir a los Países Bajos este Otoño no os olvidéis de pedir una Bokbier en cualquier bar. Es una experiencia única que no deberíais perderos.