Pascua con retraso


Hoy pasado el mediodía venía por mi calle la señora que reparte el correo y a la que prácticamente recibimos tirando voladores pero de peos (pedos godos y eso …) porque es como el cordón umbilical del mundo que no es digital con nosotros y cuando te toca el timbre se te ilumina el universo por la oportunidad de intercambiar unas palabras, aunque sea a distancia, que ella te deja el paquete junto a la puerta y se pone a una distancia de más de un metro y medio a esperar que abras. Me traía una especie de cajita y lo primero que pensé es que por fin Virtuditas compartía esas recetas por las que nos hace esperar nueve años o quizás más, que hasta el pobrecito de Genín, cuando finalmente se enteró de cómo hacer una empanada, leyó mal el concepto y en vez de horno usó un soldador, con el dramático resultado que todos conocemos. Según cogí la caga, la agité, claro, como hacemos todos y aquello estaba como lleno de cosas sueltas y me corro todo pa’mi casa con prisa y sin pausa para abrirla, con la misma prisa que tiene un podemita cuando consigue meter la mano en los presupuestos del Estado para robar y dejarlo desfondado. Mirando el remitente, veo que es de la empresa del Sol Coroniente para la que trabajo y entonces una pequeña nube cruzó mis entendederas y surgió la teoría del harakiri y pensé que no solo me daban el finiquito, además me mandaban un cuchillo de tienda de todo a menos de un leuro para así ahorrarse la liquidación, algo que puedo creer y creo que son capaces de hacer. Decidí seguir abriendo la caja y cuando lo hice me encontré con una tarjeta y lo que se puede ver en la foto:

En el pasado aquel tan lejano, en la Pascua, siempre regalaban huevos de chocolate a los empleados, los ponían en recipientes enormes en cada planta y la gente los atacaba con saña y se agotaban enseguida. Como éste año no hemos estado allí, nos han mandado un paquete con un puñado de huevos de Pascua (de chocolate), una bolsa de nubes y una tableta de chocolate de una compañía que tiene un nombre muy peculiar y que no se ha creado en estos días, que se llaman así desde siempre y cuyo nombre tiene trazas de soledad. Es un chocolate algo más caro de lo normal, porque supuestamente quieren acabar con la esclavitud en las plantaciones de chocolate en África y pagan más y todo eso, pero a mí particularmente nunca me han convencido porque en su chocolate solo hay un treinta y poco por ciento de cacao y te lo cobran a un precio por el que yo puedo comprar prácticamente dos tabletas con un ochenta y cinco por ciento de cacao, pero igual lo usaré para el chocolate que me tomo con ciertos churros que puede suceder y sucede que son mi desayuno favorito de los sábados. Inmediatamente le regalé huevos de esos a mis vecinos, que si están en mi casa me los como y acabo obeso como los comentaristas.


4 respuestas a “Pascua con retraso”

  1. Me parece un detallazo. Sobre todo que al no hacerlo en la oficina se tomasen la molestia de hacer el envío. Un gallifante extra para tu empresa.

  2. Virtuditas, creo que toda la gente que van a echar no están de acuerdo contigo. El puñado de huevos de chocolate, unos céntimos, la tableta de chocolate, si compraron cien a la vez, seguramente un leuro o menos, las nubes, medio leuro y como empresa pagan una mierda en sellos, con lo que se habrán gastado, digamos que como mucho tres leuros por persona. En el mismo día que nos llegó, anunciaron que dejan de dar la ayuda al transporte y que van a forzar a gente a tomar vacaciones o bajas para no pagarles y no olvidemos que echan al 15 por ciento de la plantilla y se deshacen de otro 25 por ciento regalándolos a otra empresa que los echará más tarde sin indemnizarlos.

  3. Los amarillos son muy retorcidos, tanto huevo me da a mi que es algún tipo de mensaje encriptado…
    Algo así como, «Sabemos que no tienes huevos para largarte de la empresa, ahí te van unos cuantos a ver si así te decides y te perdemos de vista, y de paso te jodes y nos ahorramos la indemnización, que sabemos que es lo que mas amas de nuestra empresa»… 🙂
    Salud

  4. Vale, le retiro el gallifante. Jo, con la ilusión que me hacía a mí que nos regalasen una mierda de participación anual para la lotería de Navidad… pero está claro que hay que ver todo lo que hay por detrás…