Perdida – Gone Girl


David Fincher es un director de esos que siempre tienes en cuenta, que sabes que hace cuatro pallufos pero cuando la clava, la clava de verdad. Conscientemente me salté The Girl with the Dragon Tattoo porque el libro me pareció una mierda épica en los primeros veinte minutos que escuché del audiobook antes de abandonarlo y la película sueca me gustó pero no tanto como para ir a la segunda y tercera, las cuales opté por evitar ya que lo de pelleja con tatuajes y piercings haciendo de ramera jacosa no me parece interesante. Sin embargo, me divertí con La red social – The Social Network y la creación del CaraCuloLibro, eso que tanto os mola porque lleváis una verdulera completamente desarrollada en el interior, me fascinó The Curious Case of Benjamin Button – El curioso caso de Benjamin Button e incluso supe apreciar Zodiac. Otras películas de este director que vi y me encantaron pero de las que no hay comentario en la bitácora por ser anteriores a su creación son la genial Fight Club y el clásico Se7en. Por eso, tenía muchísima curiosidad por ir a ver Gone Girl y como dura casi tres horas, ayer por la tarde fui al cine a tener una experiencia mística, o al menos esa era mi expectativa, que por suerte se cumplió. En España se estrena la semana que viene con el título de Perdida.

Un julay las pasa putas por culpa de la perra sucia y rastrera con la que se casó

Esto son como cuatro o cinco películas en una ya que la historia va cambiando el foco continuamente y contar el tema la arruinaría. Decir que un tipo está casado con una pija super-tiesa porque se mete los tampones por el ojete del orto y no puede doblar la columna y cuando ella desaparece, al parecer con violencia, lo acusan a él. Tendrá que probar que no lo ha hecho con todo el universo considerándolo culpable y solo apoyado por su hermana gemela.

¡Guau! ¡Tremendo espectáculo cristiano! Cada vez que la historia está en un punto extremo, salta a otro hilo y piensas que la han cagado y te tienes que tragar con aceite de ricino tu pensamiento porque la historia vuelve a recuperar el ritmo y sube mil kilómetros más alto que el segmento anterior. Así una y otra vez. David Fincher recupera la magia de Se7en y nos vapulea, nos manipula, nos engaña y nos muestra sus mentiras y lo único que nos queda es reconocer su grandeza. Tienes que ir al cine pronto porque como algún jodelagranputa truscolana te la cuente, te jode toda la magia. Ben Affleck probablemente está ya en la lista de candidatos al Oscar por un trabajo fabuloso y un papel épico. Mira que conseguir que lo odies y al poco que te de un montón de lástima es difícil. A su lado, Rosamund Pike es la pelleja más mala que he visto nunca en cine, es que lo borda, tremendo malaje de hembra. Chico, con chamas así, es preferible pajiarse. Tyler Perry, actor que normalmente me rebota y no lo soporto aquí está fabuloso como abogado sin escrúpulos y aportando un toque ligero a tanto melodramón. Finalmente, nombrar también a Neil Patrick Harris, que hace de friki que no veas y realmente lo consigue, sobre todo cuando estás acostumbrado a verlo en papeles de comedia. Con un guión fabuloso, con un director que sabía lo que quería y que no se molesta en ponernos las cámaras en lugares escondidos para pretender que es un artista y que se limita a vapulearnos con una historia y con unos actores que dan lo mejor de sí mismos, el resultado es épico. Un peliculón.

Esto puede llegar a gustar a los miembros más inteligentes del Clan de los Orcos, digamos que esos que solo suspenden menos de tres por evaluación. Definitivamente es película obligatoria para los sub-intelectuales de GafaPasta y de visionado forzado para cualquiera que disfrute con el buen cine.


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