Podría contar un montón de milongas sobre la razón que me llevó a ver esta película tras la apertura de los cines, pero serían todo trolas, ya que lo cierto es que hace tres años fui a ver Peter Rabbit y me gustó, así que no veía razón alguna para no ir a ver la segunda parte y además, que esta es de las pocas películas supuestamente infantiles que estrenan dobladas al neerlandés y excepcionalmente en versión original, que si tengo que verlos hablando en la lengua bárbara local sí que me lo pensaría. Se trata de Peter Rabbit 2: The Runaway y parece que en España se estrena a mediados de julio en los cines con el título de Peter Rabbit 2: A la fuga.

Los julays de la primera se van a la ciudad y montan un pitote que no veas, pero sin chimpún.

Los humanos de la primera parte se han casado y ahora los animales se aburren como ostras en la granja, ya que no hay guerra. El conejo Pedro está convencido que es primo-hermano del conejo de LaLole y se va a la ciudad y allí se mezcla con animales rufianes, podemitas y truscolanes y acaban en una movida chunguísima de la que tendrán que salir todos juntos como familia. En paralelo, la pava humana firma un contrato con una editorial grande que la lleva a renunciar a todo en lo que ella creía por la pasta o algo así.

Esta es una película ligera, superficial y para entretenerse y todo eso lo consiguen. No hay una historia difícil de entender y todo está meridianamente claro y como sabemos que no le pueden crear ningún trauma a los niños, hasta nos imaginamos como tendrá que acabar. Tiene un montón de escenas divertidas con los animales y también buenas persecuciones y por supuesto hay moraleja para que los pipiolos no aprendan nada de nada. Para una tarde de verano es perfecta.

Si eres un miembro del Clan de los Orcos o un sub-intelectual con GafaPasta, esta es una buena oportunidad para introducir a tus bestezuelas en el mágico mundo del cine.