Pintando la escalera


No seas truscolán y empieza a leer esto por donde se debe, que no es otro lugar que La buhardilla

Por circunstancias de la vida que hacen que me distraiga, nos habíamos quedado hace un par de semanas en La zona gris guijarro, aunque algunos ignorantones miran esas paredes y las ven blancas porque así de brutos son. En realidad casi todos los trabajos ya han acabado, pero por aquí falta por ver algunas cosas y me estoy saltando el orden en el que han ido sucediendo, más que nada porque el mejor blog sin premios en castellano lo manejo a mi antojo y este paso es para mí más importante que los siguientes. Hoy llegamos a la escalera, que aún no veremos en su aspecto final, pero sí que veremos pintada. Antes de pintarla, la lijé y para eso y por primera vez, mi vecino me permitió usar la máquina lijadora que tengo desde hace eones y que es como un ratón gigantesco que absorbe por sus bajos el polvo que se produce al lijar y los almacena en una especie de cilindro en el orto hasta que yo lo vacío. Con la máquina esa, el trabajo horrendo de lijar, que es el que menos me gusta, fue menos horrendo. Lo hice en dos tandas porque entre medias se me acabaron los papeles de lija que usa esa máquina y tuve que hacer una visita de re-avituallamiento a una de las mega-ferreterías. El tiempo de secado de la pintura es de cuatro horas, con lo que en principio, no había problema y se podía hacer desde la punta de arriba hacia abajo y refrenarme de subir a la planta alta durante unas horas. Como siempre, antes de empezar puse abundante cinta de papel cubriendo las zonas de transición para no cagar unos colores con otros. En este caso, seguíamos usando la pintura RAL 9001 o CREMA, que compré para puertas y sus marcos (que aún no los hemos visto) y también para los paneles de madera del dormitorio de la buhardilla, con lo que a ese litro y medio le hemos sacado jugo y yo, aprovechando una oferta de dos por el precio de uno, compré tres litros, con lo que nos quedaba bastante.

Con la escalera lijada y limpiada con agua con un poco de amoniaco y un trapo, varias veces, lo de pintar tomó muy poco tiempo.

La escalera ya tenía el mismo color, así que el ejercicio es solo para restaurarla a su aspecto de hace diez años, que fue la última vez que la pinté (o más bien debería decir que la pintó mi vecino, que yo estaba en Asia y al volver me la encontré ya hecha). La regadera se ha ofrecido a dar contraste y la foto se hizo con luz de día nublado, que la escalera cambia un montón entre días soleados, luz de mañana, luz de tarde, o luz artificial. En este caso hasta el gris de la pared parece crema, que no lo es. Las alfombritas que llevan los escalones aún no se las hemos puesto, pero han sido limpiadas, varias veces, usando mi máquina de vapor, que es como mágica a la hora de limpiar.

,

2 respuestas a “Pintando la escalera”

  1. esa regadera tiene más años que sulaco, que ya es decir, el plástico es lo que tiene… me gusta el color de la escalera, le da mucha luz (como le daría al aseo pequeño un espejo de tamaño normal) 😉