Preparando el jardín y alguna otra cosa


En estas semanas de otoño es cuando más trabajo en el jardín. Cada semana saco un contenedor lleno hasta arriba, con todo cortado en trocitos pequeños para que la cantidad de materia que meto en el mismo sea mayor y pesado como si lo hubiese llenado con piedras. El césped ya no crece o lo hace lentamente pero los árboles se están deshaciendo de las hojas y alguno de ellos hay que podarlos. Mi vecino me mira fascinado mientras yo invierto unas horas del domingo recogiendo, limpiando, podando, troceando y volviendo a recoger. ?l tiene su jardín preparado hace cosa de un mes pero mis ciclos son más lentos. Son trabajos mecánicos que me gustan porque me permiten en paralelo escuchar un audiolibro y vagar por otros mundos. También me gusta porque por la mañana la temperatura es muy baja y para mí gusto se trabaja mucho mejor. Cuando acabo, regreso a mi casa y me tomo un capuchino mientras me enfrío, ya que el ejercicio me transforma en un generador de energía.

En la parte trasera de mi jardín, justo al lado de la puerta y escondido de la vista, está el armamento más eficaz que he encontrado contra los gatos de los hijos de la gran puta que intentan cagar en mi jardín. Un sensor de movimiento conectado a la manguera y que cuando ellos entran, les da un baño de agua que los hace huir aterrorizados. Desde que lo puse, allá por el mes de julio, solo he visto un gato y ninguna mierda. Al parecer pasó y cuando vio el agua no sabía por donde huir, hasta que me vio salir con el cuchillo dispuesto para hacer el asado y se lanzó como loco de regreso a la puerta recibiendo otro baño. Mi vecino tiene otro aparato igual y entre los dos hemos acabado con el problema de las mierdas de los gatos en nuestras propiedades. Sus dueños ahora se quejan del mal olor que hay en el parque en el que juegan sus hijos ya que los gatos mean y cagan allí. Hay que ser hipócrita, cabrón y cerdo asqueroso para tener una mala bestia en tu casa, soltarla para que vaya a cagar a la de tus vecinos y cuando tu puto animal lo hace en donde tus hijos ojalá que agarren infecciones mortales, te molestas. Como le expliqué a uno de ellos este verano mientras hacía fotos porque decía que era increíble que hubiese tanta mierda en el lugar (y el colega no tiene un gato, tiene dos y siempre sueltos ??), los gatos deberían cagar en las casas de sus dueños y si no, que los lleven al matadero y los ahorquen allí.

El domingo, mientras recogía, escuché a uno maldecir en alto, pero una maldición holandesa, que son muy blandengues y sin gracia ninguna como el Godverdomme, que se podría traducir como un joder o un cojones pero en plan julandro. Si ese supiera lo florido que puede ser el español y lo a gusto que se queda uno cuando suelta un me cago en Dios y en la puta que lo parió se apuntaba a clases de español inmediatamente. El hombre maldecía porque las hojas que cubren la zona no le habían permitido ver una cagada reciente de un gato y el pastel al completo se le había adherido a sus zapatos. Yo me reía por lo bajini mientras recogía hojas y en ese momento aparece el gato del susodicho, se le acerca para rozarlo con esa manía tan asquerosa que tienen esas bestias miserables y en la que levantan el rabo para que les puedas ver el orto perfectamente y el tipo estaba tan caliente y tan fuera de sí que sin darse cuenta (o quizás sí que fue consciente) le arreó un tremendo patadón a aquella bestia asquerosa que graznó como un cuervo y salió corriendo hacia su casa.

Curioso como yo me limito a educar esas alimañas con chorros de agua a diez grados y el dueño prefiere la violencia pura y dura. Ahora que sé que es tan sensible, cuando en invierno me dejen el regalo y esté congelado, se los iré tirando en su jardín y en primavera va a flipar con su tremenda plantación de mierdas de gato descongeladas. El año pasado elegimos otra víctima y entre las que puse yo y las que dejó mi vecino, cuando desapareció la nieve, en esa casa alucinaron en colores. El hedor duró como tres semanas en las que no había quien pasara por la puerta de su jardín.


17 respuestas a “Preparando el jardín y alguna otra cosa”

  1. jajajajaja Me meo de risa…jajajaja
    Esta es una de esas entradas que siempre estoy deseando que publiques porque es que cuando escribes en clave de humor, me descojono de risa, literalmente!!!
    Eso del sensor de movimiento me está dando ideas, lo que pasa es que no tengo cercada la parcela porque odio las cercas y por mi finca pasan agricultores amigos y seria una putada calarlos, pero hay unos perros a los que les tengo mucha gana porque vienen a cagar a mi céspez, los muy cabrones…
    Mi vecino me quiere dejar su escopeta de perdigones para que les endiñe un tiro, que no mata pero duele un huevo, así ha acabado el con visitas de perros sobre todo y algún que otro gato asilvestrado que hay por aquí, aunque esos se respetan porque hacen mucho bien con los topos y demás roedores manteniendolos a raya.
    Salud

  2. O sea, digo yo, si dijéramos, ¿el puto gato suyo puede invadir una propiedad privada y jiñar en el jardín y yo no puedo recogerla y devolvérsela? Tengo una caja con cien guantes de silicona que compro por un leuro y pico y no me cuesta ni un segundo el recoger, lanzar y tirar el guante en el contenedor de la basura. Este año tendré que caminar un poco más porque al que vamos a educar está tres casas más allá.

  3. También puedes practicar el tiro del mojón, a ver si aciertas. Por otro lado, es una idea excelente eso de devolverles las mierdas, porque Sevilla está llenita de mierdas de gatos y perros, si les tiráramos a sus dueños las mierdas en su casa, seguro que las recogían. Mucho hablar de mierda trae suerte, por lo menos eso se dice aquí en el sur, iré a echar la primitiva a ver si me puedo jubilar y mandar el curro al carajo.

  4. Yo ando buscando un dispositivo de ese tipo, aunque la verdad es que no se si me sería útil, ya que donde más cagan es en la entrada de mi casa, y claro no me apetece que me bañe a mi el jodido trasto.
    La ventaja es que me pega que tengo algún vecino aún más malvado que los dueños de los gatos y los envenena.

    Hace unos años teníamos un par de gatos (y dueños) hijos de puta, estuvieron dando la lata unos meses hasta que de pronto, zas, desaparecieron los gatos y hemos tenido un par de años de tranquilidad. Hace unas semana ha aparecido un nuevo monstruo cagón, pero en la última semana no lo he visto, no se si por la lluvia o que mi vecino esta vez tuvo menos paciencia y lo liquidó antes. No se quienes son lo vecinos, ni el dueño de la bestia ni el envenenador, pero le doy las gracias a este último.

    El problema de los perros y sus caquitas, lo llevo más o menos controlado, como me nombraron secretario de la asociación de vecinos del barrio, cuando veo a alguien paseando con el perro, le doy una pequeña charla, y les advierto que hay dos multas, una por llevar el perro suelto, y otra si caga y no lo recoge, y a 180?? cada una, y que además hay unos vecinos muy cabreados con lo de las caquitas, y que no hace falta que te pille el poli, basta que un vecino te grabe y le entregue el vídeo a la poli para que te multen. La cosa ha mejorado mucho, ya que a nadie le apetece pagar de 180 a 360?? de multa.

    La cosa se está poniendo seria con eso de la cacas de los perros, de hecho un alcalde de otro municipio, contrató detectives privados para pillar a los infractores. Solo falta que en la ciudad de Las Palmas se pongan un poco más las pilas, ya que allí si que da vergüenza.

  5. Al final va a parecer sulaco un amante de los gatos al lado de algún comentario que se lee por aquí por solo darles un bañito a 10 grados (dios, me dió un escalofrío cuando lo leí).
    Dejo claro que estoy TOTALMENTE EN CONTRA del envenenamiento (o maltrato físico como los perdigones) de este tipo de animales. (Excepciones: Ratas, cucarachas, … estas no cuentan como especies animales), ahora, ¿con sus dueños? ¡¡¡mano dura!!!!! Y la idea de devolverles SU mierda, porque es suya igual que el animal que la caga, me parece simplemente, sublime.
    Luis, si donde más te cagan es justo en la puerta, deberías dejar de usar lejía en esa zona, les encanta el olor para echar las jiñadas.

  6. No, no es por la lejía, no uso. Es que desde la cancela a la puerta de mi vienda hay un camino con un paterre a un lado, y es el paterre donde cagan, en la tierra. Pero claro si instalo, suponiendo que lo consiga el aspersor con detector de movimiento, cuando pase yo o mi mujer también nos bañará, o no en función de cuanto sea de direccionable.

  7. Una alternativa es comprar una red para proteger los frutos de los árboles, son finas y se venden en mega-ferreterías y comprar también algo para crear una especie de invernadero con ella en el paterre. Los gatos no entrarán porque está protegido por la red. Con el tiempo se olvidan del lugar como cagadero. Esa será mi solución de invierno

  8. En Santander no se ven muchas por la calle, pero en los jardines y trozos de hierba que hay en medio de las calles es una verdadera peste. La gente suelta al perro a que cague en el verde y muchas veces ni recoge nada, como por ahí no pasa la máquina de limpiar calles aquello se convierte en un verdadero asco.

  9. A virtuditas, pues las ratas también deberíamos conservarlas, mantenerlas a raya para que no sean plaga, pero sería lo mismo que con los gatos, si se convierten en plaga hay que eliminar el exceso.

    Piensa que sin las ratas no funcionaría el alcantarillado de ninguna ciudad, a ver que hacíamos entonces.

  10. Virtuditas, yo soy incapaz de pegarle un tiro a un animal, te lo digo para que te quedes tranquila…jajaja
    Besos y salud

  11. En mi jardín se pasean, a sus anchas, no sé cuántos gatos?? Normalmente lo hacen por la noche (porque los oigo, pero no los veo). Alguna vez, durante el día, me he tropezado con alguno; y tendría que haberme grabado, en más de una ocasión, porque no veas la que armo intentando que se asusten y se vayan. Al final, he logrado que se me queden mirando??como diciendo: ¿A ésta qué leches le pasa?..y al cabo de un rato siguen paseándose por dónde les da la gana; eso sí, en los límites de la parcela. Al principio me encontraba muchas cagadas; pero ya hace tiempo que deben de haber encontrado algún otro lugar más cómodo (porque todo ha cambiado desde que puse el césped de plástico).

    El caso es que yo soy incapaz de matar, pegar, o maltratar a nada ni a nadie (incluidas las plantas). Sólo me salto ésa norma en el caso de los insectos, porque la sensación que me producen es superior a todas mis fuerzas. Así que no puedo presenciar ningún tipo de maltrato. Además, los gatos (que no me gustan nada) me libran de tener demasiadas ratas y ratones (cosa que abunda por ésta parte de la montaña). Así que mientras me mantengan a raya a ésos seres tan despreciables (aunque necesarios en su justa medida), como son la mayoría de los roedores, a mí me va bien.

    Y con los perros (que ésos sí que me gustan más), habría que hacer lo que hace Luís; me ha gustado mucho ésa idea. ¡Qué pena que no fuera él el secretario de la asociación de vecinos de mi urbanización!…Aquí, ninguno hacemos gran cosa.

  12. Huitten,todo es ponerse, cierto es que necesitas cierta colaboración del ayuntamiento y la policía. La ventaja es que aquí parece que empezamos a concienciarnos de la asquerosidad y mala imagen que dan las cagadas de las mascotas, y que no solo existe el derecho a tener mascotas, sino el del resto de los ciudadanos a no aguantar malos olores ni tener que ir esquivando «minas» mientras paseas.

    Por eso las multas se han elevado, hay zonas, como los paseos por la costa en la que la policía tiene tolerancia cero con estas infracciones. Ademas desde las asociaciones de vecinos tenemos contacto, más o menos periódico con la policia, tanto municipal como nacional, y podemos pedirles cierta colaboración, y eso facilita las cosas.

  13. Luis, si pasas por la calle de mis padres verás que alguna casa tiene garrafas de agua medio llenas en la acera. Al parecer los perros no mean ni cagan allí porque no les mola lo del agua tan cerca …

  14. Lo del agua no lo había oido nunca, de todas maneras el problama mayor era al final de mi calle, a mi no me afectaba mucho (con lo perros) y eran dos cabrones que directamente soltaban los perros para que hicieran sus cositas, y como no se solían ir lejos, pues esa zona estaba inundada. Después de hablar con ellos la cosa ha mejorado muchiiiisimo.

  15. Luis: Tienes razón en lo de que todo es ponerse. Lo que pasa es que hay pocas ganas por parte de muchos; la gente sólo sabe quejarse. Lo que hace falta, tanto en las ciudades como en todo el País, son jóvenes líderes (con nuevas y buenas ideas) que nos transmitan las energías e ilusiones que todos hemos perdido. Si yo tuviera unos añitos menos, te aseguro que me ponía de secretaria de todo lo que se me pusiera por delante; desde una asociación de vecinos, a la presidencia del País. Jajaja??