Prime Time


Visto que en España la gente no va al cine porque casi todo el mundo prefiere tener la mula funcionando en su casa las veinticuatro horas para poder descargarse las cosas que quieren ver y aquí nadie paga por ir a una sala, no es extraño que la única forma de hacer películas es a base de subvenciones de ayuntamientos, comunidades autónomas y todo tipo de organizaciones que ponen su dinero ahí sabiendo que jamás lo recuperarán pero esperando que la exposición mediática de su nombre sea la suficiente para que haya merecido la pena. A veces me da hasta vergüenza cuando en la sala en la que solo estamos cinco personas a una sesión de noche de sábado que debería estar atestada nos bombardean con el listado interminable de todos aquellos que han producido la película. Salvo en el cine español y en el sudamericano, en el resto del mundo eso no sucede así. Es bueno recordar que por algo siempre se dice que España es diferente. Siguiendo la pauta habitual, aprovecho mis vacaciones para ver todo ese cine que sé que de otra forma jamás veré. En la cartelera desde el día de Navidad tenemos una película llamada Prime Time, de póster algo turbio y que prometía defraudarme ya desde el cartel.

Un hatajo de julays salen en la tele tocándose los mondongos y poco más

Comenzamos con una ligerísima y extraña introducción de algunos personajes. En un futuro muy peligroso y bla ?? bla ?? bla. Todo como muy aburrido. Después, en una tele por Internet que la gente ve en sus teles normales va a comenzar un nuevo programa. Raptan a un puñado de julays y además de emitir en directo la señal de como lo han hecho, los largan en un recinto de cristal y los meten sin su permiso en un reality en el que el público los juzgará por un secreto terrible que esconden. Una soberana estupidez que hace que se desmorone el castillo desde el comienzo. Imagino que a los que siguen el Gran Julano, Operación Julay, la isla de los Julays y vete tú a saber qué otros programas de este tipo les debe resultar fascinante y entretenido el poder ver una edición completa de uno de ellos en hora y media en lugar de los cuatro meses habituales. En lo que a mí respecta, yo casi no veo televisión y nunca programas de ese tipo. De cuando en cuando me tropiezo con artículos en la prensa que me recuerdan que a mí me aburre infinitamente el tirarme frente a la tele cuando hay tantas cosas por hacer y disfrutar.

Con toda la chusma en el plató de diseño pachanguero, los irán enfrentando en juicios sin garantías judiciales de dos en dos y al perdedor de dichos juicios por decisión de la audiencia le dan el pasaporte y los largan de allí con billete hacia el más allá. Entre las cosas que fallan está la total ausencia de un ambiente claustrofóbico, la simpleza y falta de recursos de los actores, que parecen estar inmensamente aburridos en sus distintos papeles y no terminan de dar la nota que nos trasmita el pánico que deberían tener y la estupidez de la trama que sucede en la sala de montaje del plató televisivo. De tanta basura es culpable el director y quien quiera que escribió un guión tan soso y aburrido. El final te deja más helado que un témpano y preguntándote si realmente te respetan como espectador o se están riendo de ti.

Es una mierda y no hay por donde cogerla. Si realmente quieres ir al cine, elige mejor que hay cosas muy buenas en cartelera y no caigas en este soberano error.

2-10 Muy mala


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